jueves, 28 de febrero de 2019

Ruta al Castillo de Dueñas desde Cañamares

Bienvenid@s a esta nueva entrada del blog. Esta vez nos acercaremos al antiguo emplazamiento de un castro celtíbero, en las cercanías de la Herrería de Santa Cristina, al que llegaremos saliendo desde las inmediaciones de Cañamares.

En esa zona hay varios “castillos”, que es el topónimo que se suele dar a los lugares donde antaño había poblaciones. Y cuando digo antaño, quiero decir hace muuuucho tiempo. Estos “castillos” son en su mayoría de origen celtíbero, con lo cual estamos hablando de una época próxima al siglo VI antes de cristo, hasta el siglo I antes de cristo.

Quizá veáis más adelante alguna entrada de otro de los “castillos” de esta zona…

Vamos a lo que vamos. 

Para llegar al Castillo de Dueñas, en primer lugar, deberemos ascender al cordal de la Sierra del Barranco de la Goteruela, perteneciente al término municipal de Cañizares; que se encuentra al Norte de Cañamares. Pasamos el pueblo de Cañamares y, justo donde acaba, antes de salir del pueblo, en una calle junto al colegio de la localidad, nos adentraremos para salir por otro camino a la parte Norte y cruzar el Río Escabas por un puente. Ahora el camino se adentra en un valle que recorreremos hasta llegar a un barranco que no viene nombrado en los mapas. Antes de ese barranco, en un paraje llamado Cueva del Gato dejé el coche y me puse a andar hasta que el camino se corta y se convierte en una senda que, bruscamente, empieza a ascender encaramándose a un lateral del barranco.

Poco antes de abandonar la senda, al comienzo de los 500 metros de ascensión.


Más adelante la senda se pierde y me adentré directamente en el cauce seco del barranco para ascender por él.

Panorámica de este barranco sin nombre desde el que subí al Cerro Atalayuela, al Norte de Cañamares.

Aquí ya había muy poca vegetación. Iba andando sobre roca desnuda, por el cauce de un barranco estacional (sólo entra en carga tras épocas de lluvias) con pequeñas marmitas labradas en la caliza. En las fotos no se aprecia bien la inclinación, pero la subida era empinada. Además, la roca estaba descascarillada en algunos tramos, y era peligroso resbalar y caer.


Este barranco se divide en dos por su parte media, y yo cogí para subir, el ramal que está más al Este, ya que es el que mejor me pillaba para enlazar con un camino forestal más arriba…

Más arriba, ya casi en el final del barranco.

La ruta había partido desde unos 850 metros de altitud sobre el nivel del mar, y ya, al final del barranco, estaba a poco más de 1.300 metros de altitud, con lo cual había salvado la mayor complicación de la ruta… pero aún debía ascender un poco más, hasta llegar a la Atalayuela, que es el punto más alto de este cordal, con 1.369 metros de altitud.

Caseta de observación y vértice geodésico de la Atalayuela, a 1.369 metros de altitud.
Había salvado los 500 metros de desnivel en poco tiempo y ahora sólo quedaba continuar por el camino que recorre este cordal hasta llegar a un puntal rocoso donde antaño se encontraba el castro celtíbero en el paraje hoy llamado Castillo de Dueñas.

Desde la Atalayuela el camino comienza a descender suavemente, unas veces entre pinares y otras entre monte de matorral bajo. A veces también, entre los pinos, había algún hueco que permitía ver los cerros cercanos, como muestra la siguiente fotografía, hecha mirando hacia el Este:

Territorio de Cañizares, esculpido en gran parte por el Río Guadiela.

Todo este cordal montañoso hace de divisoria administrativa entre los términos de Priego y Alcantud por el Oeste; de Cañamares por el Sur y de Cañizares por el Este. Es decir, que he pasado por cuatro términos municipales diferentes en una misma ruta. No está mal, ¿eh? jejeje

El camino transcurre en dirección Norte hasta que muere a unos 200 metros del Castillo de Dueñas. Ahora debemos ir campo a través hasta salir del bosque, ya que no hay ninguna senda. Ya se ve precipicio. Estamos al borde de este cordal, que acaba quedando colgado de unos peñascos en un puntal rocoso difícil de transitar, dentro del término de Cañizares. Estamos llegando ya, por fin, al Castillo de Dueñas

Panorámica desde las riscas donde acaba el cordal de la Sierra del Barranco de la Goteruela, cerca del Castillo de Dueñas.

Imagen tomada con el zoom. Esas blancas paredes del fondo son las de la impresionante Hoz de Tragavivos, que vimos en esta entrada.

De hecho, ya se ve ahí el emplazamiento donde se encontraba el castro celtíbero…

Este último puntal rocoso del cordal que he venido siguiendo es el  lugar donde estaba el Castillo de Dueñas.

Aun así, lo que queda no es fácil. Hay que alejarse del precipicio y buscar un paso que nos permita bordear las rocas por el interior, para descender por una rampa empinada  y subir después por otra hasta colocarnos en el punto donde se hallaba este castro celtíbero, sobre unas peñas asomadas a la hoz del Guadiela.

Enfrente de nosotros está la Peña Escrita, lugar donde hay un tramo de calzada romana y una inscripción en latín donde explica quién, y por qué, donó el dinero que hizo posible la edificación de dicha calzada. Aún tengo pendiente visitar ese lugar…. pero pronto lo veréis en alguna entrada de este blog. Seguro.

Os dejo unas imágenes de las vistas desde este Castillo de Dueñas:

Panorámica de la Peña Escrita y el Estrecho de las Tejeras, dibujado por el Río Guadiela, desde el Castillo de Dueñas.

Vista hacia la Serranía de Cuenca. Tengo en mente hacer una ruta por el lugar que se ven en la foto....

Buitres y vista hacia la Alcarria desde el Castillo de Dueñas.
La verdad es, que el sitio no defrauda, pero sí el castro… me explico. Esperaba encontrar las marcas de los muros de las casas que allí hubo, o un aljibe excavado en la roca donde almacenasen el agua de lluvia, o peldaños labrados en la roca a modo de escalera, o algo… pero es que, allí no había nada que indicase que fue un lugar habitado antaño.

En el “Boletín de la Real Academia de la Historia, Tomo 6”, del año 1.886, se escribe lo siguiente sobre este “castillo”:
“… el último castillo está al mediodía de la Peñaescrita, sobre unos montes, y peñascos muy encumbrados. Llamase Castillo de Dueñas, y domina por su elevada situación una gran parte de la Alcarria, y Serranía, porque aquí es donde se divide la Serranía de la Alcarria. Fue este edificio de gran fortaleza, tanto por su disposición natural, quanto por la artificial: hoy se conservan dos escalas labradas en el peñasco sobre que estribaba el Castillo, una mirando al norte por la parte esterior, y la otra al oriente en forma de caracol por la parte interior. Esta obra es de un esquisito trabajo…”
 Sí. Vale. Éste es el emplazamiento, pero no pude dar con las ‘escalas’ de las que habla; supongo que habrán desaparecido, quizá por desprendimiento de las rocas donde estaban labradas, o quizá, que el lugar habrá sido saqueado repetidas veces a lo largo de los siglos; y que la meteorología habrá hecho el resto… pero esperaba ver algún indicio de construcciones antiguas o algo, y no encontré nada (salvo un espacio con tierra muy negra en la base del “castillo”, que supuse que eran cenizas de hogueras, arrastradas por las aguas y que habían oscurecido la tierra en ese punto, pero nada más).

Ésto es exactamente lo que hay en este "castillo".

Vale. Pues ya había visto este sitio y tocaba volver, en un principio por el mismo camino, que en esta ocasión ascendía unos 200 metros de nuevo hasta la Atalayuela. De vuelta me fijé en que algunos pinos ya tenían molestos huéspedes alojados en sus ramas, y es que, como no llueva bastante o caiga una nevada tardía, me da a mí que este año vamos a tener bastante invasión de Oruga Procesionaria…

La desagradable plaga de la Procesionaria parece que este año va a volver a dar guerra por nuestra Serranía...

En algún hueco que dejaba la masa boscosa a los lados del camino, se podía ver a lo lejos el Estrecho de Priego, tal  como muestra la siguiente fotografía:

Estrecho de Priego a lo lejos.
Una vez pasada de largo la Atalayuela, no quise volver por el barranco por el que había ascendido, ya que el sol ya pegaba fuerte y por allí no hay ninguna sombra… además de que la costra de algunas zonas de la roca hacía que fuese demasiado arriesgado bajar por ese lugar. Entonces lo que hice fue seguir un camino que sale un poco más abajo de la Atalayuela (camino que no sale en los mapas y que transcurre entre la divisoria administrativa de los términos de Cañamares y Cañizares) que me llevaría hasta la parte alta de la zona afectada por el incendio forestal de Cañamares que tuvo lugar en 2.017. Fue provocado y afectó a un total de 185 hectáreas de pinares. Me alegró ver que nos árboles no estaban muy afectados (salvo en algunas zonas, de donde ya los habían retirado) y que se estaban regenerando bien (había bastantes brotes de encinas y pinos). Dejo unas imágenes para que veáis los efectos del fuego en este incendio:

Parta alta, donde dicen que se originó el incendio.

Panorámica. Este camino, parece de nueva construcción, y hecho para sacar lo pinos del quemado.

Así queda el bosque, dos años después de un incendio.
Al salir del camino, para enlazar con otro, tuve que bajar, monte a través, por una pendiente muy inclinada y de rocas sueltas que resultó un auténtico suplicio. Una vez en el centro de la zona quemada, y ya en llano, cogí otro camino hacia el Sur durante un kilómetro para volver a salir campo a través hacia el Oeste y bajar por un barranco labrado sobre yesos al valle donde tenía el coche aparcado. Este barranco era muy estrecho en su base, debido a los estragos que el agua había hecho en el débil yeso, y progresar por él no era nada fácil, pero ya había completado casi mi ruta.

Mapa de la ruta. No lo he podido sacar en una escala más ampliada, por lo que no se ve del todo bien....
Por último, os dejo un vídeo-resumen de los vídeos que fui grabando por el camino:



Vídeo resumen de la ruta desde Cañamares hasta el Castillo de Dueñas.

Y, ¡esto es todo amig@s! ¡Hasta la siguiente entrada!

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