¡Hola de nuevo, personas errantes!
He dejado esto parado un tiempo, pero no he dejado de rodar por la naturaleza, así que, intentaré volver a subir regularmente entradas a este blog. Serán, como siempre, entradas camperas. Entradas de majestuosos rincones naturales. Entradas de fauna y flora. Entradas de lugares poco conocidos. Entradas como la de hoy, de sitios con muy, muy pocos visitantes.
Volvemos al subsuelo de la Muela de la Madera, la gran muela kárstica situada entre las poblaciones de Uña y Las Majadas.
Y en la entrada de hoy, vamos a uno de esos últimos sitios de los que he hablado antes: los muy poco visitados. De hecho, es muy probable que en el sitio al que vamos a adentrarnos hayan estado menos personas que en la superficie de la Luna (la cual han pisado 12 personas hasta el momento). Un poco más abajo os explicaré el por qué...
Padre Errante participó en esos 'pateos' y descendió a muchos de los 'bujeros' que encontraron en esa época. Pero también nos cuenta que, debido a la gran cantidad de simas y grietas que vieron, el trabajo de topografía y exploración fue acelerado. Más o menos sería algo así: van a un sector con varias simas marcadas. Se dividen en grupos y cada grupo (de 2 o 3 personas) se metía en una sima y echaba un vistazo. Si la sima tenía posibilidades de avanzar metros, la dejaban para explorarla más adelante con un buen grupo de gente. Si eran pozos de escaso desarrollo (como el que nos ocupa en esta entrada), se hacía un croquis rápido de la morfología de la cavidad, se medía aproximadamente las distancias y se salía para, quizá, no volver más. Todo esto con iluminación de carburo, con brújula, mapas (no había GPS) y echándole muchas horas, y muchos fines de semana.
Así pues, con el ánimo de volver a re-encontrar (y dar a conocer) lo que ya encontraron los compañeros de Lobetum, fuimos a dar una vuelta de reconocimiento por el siguiente sector de la Muela de la Madera.
En este mapa vemos marcada la Sima de la Crin, pero una vez llegas al lugar exacto donde está ubicada: no hay sima. Solo monte. Y lo mismo pasa con multitud de cuevas y simas marcadas en los mapas por el Instituto Geográfico Nacional. Quizá se deba a lo mencionado anteriormente: en los trabajos de exploración, en los años 80 se iba con mapa y brújula, con lo que estimar las coordenadas era más delicado que ahora.
Entonces, ¿qué podemos hacer? Volver a patear monte. Volver a buscar lo encontrado hace 40 años.
Y así nos plantamos en el lugar, 4 personas, una mañana para hacer una batida en busca de la Sima de la Crin.
Tan sólo encontramos una sima a unos 500 metros al Norte de donde sale marcada en el mapa. Una vez en su boca de acceso, por más que buscamos el crotal identificativo (una lámina de plástico naranja como la que colocan al ganado para marcarlo) que colocó Lobetum en las simas a las que descendió, no lo vimos por ninguna parte. Lo que sí vimos fue un 'spit' oxidado, que nos daba idea de que esa sima se había descendido con anterioridad por alguien. Al no encontrar más simas por los alrededores, supusimos que habíamos dado con la Sima de la Crin, y así la marcamos en nuestros GPS.
Un tiempo más tarde volvimos con material de instalación, cuerda, y todo el equipo para echarle un vistazo. Y la verdad es, que la topografía y la descripción de la Sala prometían bastante... pero no encontramos nada de eso.
![]() |
Imagen de la publicación 'Cavidades de Cuenca - I Muela de la Madera' de A.E.C. Lobetum con la topografía de la sima a la que creíamos que íbamos a descender. |
Sino, más bien esto:
![]() |
Calavera con grandes colmillos al fondo de la sima. |
Pero bueno, no adelantemos acontecimientos. Veníamos Moi, Hermano Errante y un servidor a descender esta sima. Luego os digo cuál puede ser (aproximadamente). Y como decía al principio, seguramente, ésta sea una de esas simas cuyo fondo ha pisado menos gente que la superficie lunar...
¡Al lío!
20 de Diciembre de 2023 - Al pasar por Villalba de la Sierra le pedimos a Lupo (fundador del Club Diaclasa Villalba al que pertenecemos actualmente) un taladro y unos tornillos Fixe autoroscantes, para montar una instalación temporal. Subimos a la Muela de la Madera. Plantamos mi coche a unos 50 metros de la boca de la sima. Nos ponemos los trajes de faena, y entramos en materia.
Moi ancla la cuerda a una sabina cercana a la boca de esta cavidad.
Hermano Errante se ancla a esta cuerda, se aproxima a la abertura y se pone a taladrar un par de agujeros para insertar en ellos los 2 tornillos (y sus 2 chapas) de la cabecera que sostendrá nuestro peso.
![]() |
Hermano Errante taladrando los agujeros para anclar la cuerda |
Ya está el primer agujero, ahora a por el segundo.
Una vez montada la cabecera, se va para abajo. Tarda un rato. Desde arriba, Moi y yo nos comunicamos a voces con él. Sigue bajando. Dice que se puede bajar de una sola tirada (desde la cabecera en la boca de la cavidad hasta el fondo sin tocar las paredes ni tener que montar fraccionamientos). Aun así monta un fraccionamiento un poco más abajo de la mitad del pozo, para intentar agilizar la salida de la cavidad (no debe haber dos espeleólogos en un mismo tramo de cuerda salvo para maniobras de rescate, así que cuanto más fraccionamientos haya, más personas pueden estar progresando al mismo tiempo por la cavidad). De todos modos, no sirve de nada.
Al llevar más de 30 años sin bajar nadie a este sitio (muestra de ello era la corrosión sufrida por el 'spit' que había en la entrada, y que, ni se nos ocurrió utilizar) las paredes han acumulado rocas que quedan incrustadas en el pozo, y se suelen producir peligrosos desprendimientos de piedras a cada mínimo roce en la pared. Por este motivo, hasta que Hermano Errante no llega al fondo de la sima y se puede apartar de la zona de caída de piedras, no vocea para darme el 'libre', que confirma que puedo comenzar a descender yo.
Sigo bajando hasta el fraccionamiento que está más abajo de la mitad del pozo, y mi hermano me da la noticia:
- "No estamos en la Sima de la Crin. Aquí no hay sala por ninguna parte."
Piedras, palos y huesos. Siempre hay de esas 3 cosas en el fondo de las simas de por aquí. No me preguntéis el por qué.
Y, otra cosa... ¡vaya colmillos tiene esa calavera, ¿no?!
Dos se esconden bajo la repisa del fondo, uno sube. Luego uno se esconde, y el otro sube. Y el último, desmonta los anclajes de la instalación mientras va subiendo. Así, llegamos de nuevo al mundo exterior:
Antes de guardar la cuerda, la medimos a 'brazadas' para saber aproximadamente la profundidad del pozo que hemos descendido. Unos 31 metros. No, no se corresponde con la Sima de la Crin.
Una vez en casa, consulto la publicación de la Asociación Espeleológica Conquense Lobetum titulada: 'Cavidades de Cuenca - I Muela de la Madera' donde aparecen las cavidades más relevantes de la zona, y por la descripción y alguna topografía semejante (así como por la ubicación aproximada) creo que la sima a la que hemos descendido esta vez pertenece al grupo de las 'Gamma'.
Y, nada... ¡hasta la siguiente aventurer@s errantes!