viernes, 15 de marzo de 2019

Explorando un karst cualquiera...

¡Hola de nuevo, lectores errantes!

En la crónica de hoy, vamos a explorar una zona kárstica de nuestra provincia, pero esta vez no voy a dar la localización del lugar.

El 'gran mar de piedra' de este karst.

Esta zona, la descubrí 'superficialmente' en una de mis rutas, un domingo a principios de enero de este año. Vi callejones pétreos y muchas formas labradas indudablemente por la erosión del agua en la caliza, tras lo cual pensé: "Esta zona, pinta bien para encontrar alguna cueva... tendré que volver más adelante", y así hice. Desde aquel día, he vuelto a investigar unas 5 veces más en solitario, y otras 2 con Hermano Errante, ese karst en busca de cuevas o simas y, algo hemos encontrado...

Para empezar, vamos a aclarar algunas cosas, como por ejemplo: ¿qué es un karst? Pues bien, la palabra karst hace referencia a una forma de relieve originada por meteorización química de determinadas rocas, como la caliza. La 'meteorización química' hace referencia al proceso de karstificación, que viene a ser el proceso químico por el cual, el CO2 que contiene el agua de lluvia (y el que arrastra de hojas de árboles y de la atmósfera) reacciona al contacto con la roca caliza, creando anhídrido carbónico (ya que la caliza reacciona a los ácidos) que al liberarse disuelve lenta y pacientemente la roca, y transporta materiales, mediante el agua, a otras partes. Así es como se forman los espeleotemas como las estalactitas o estalagmitas (con los materiales disueltos de otros lugares y depositados en los techos y paredes de las cuevas), además de crearse formaciones externas (a campo abierto) como callejones, lapiaces, dolinas, uvalas, poljés, sumideros, etc... en las zonas de erosión.

No quiero extenderme demasiado con la teoría, sólo decir que, con un vistazo estando en ese lugar, es fácil saber que la erosión ha tenido que dar lugar a la formación de algún fenómeno kárstico de los que me interesan: cuevas y simas.

Pues bien, tras ese primer vistazo rápido, volví con Hermano Errante unos días después, para adentrarme más en esta zona y buscar 'bujeros'. Al poco de llegar ya vimos indicios de cavidades, aunque la mayoría no pasan de ser oquedades por las que no puede pasar una persona...

Una muestra:

Boca de una cueva que parece que tira, pero en la que no es posible meterse dado lo estrecho del agujero de entrada...
La boca de esta cueva se parece mucho a la de la Cueva del Alto de la Peña, en Las Majadas, ya que está en medio de un callejón estrecho (un macrolapiaz) excavado en la roca por el agua.

Hermano Errante sale tras asomarse y ver que no se puede pasar. 

Hermano Errante en la boca de esta cueva.

¡Esto pintaba muy bien, sin duda!

En ésta primera no pudimos entrar, pero no habíamos hecho nada más que empezar a buscar y, ¡ya había cosas interesantes! Esto nos subió la moral y seguimos deambulando por este lugar, y encontrando cosas como estas:

Llegando al karst.

Y digo yo... ¿cómo ha acabado teniendo esa 'visera' la roca?

Hermano Errante ante un 'bujero' en uno de los callejones de este karst.

'Gran mar de piedra', dividido en varias 'islas' por una multitud de callejones que lo cortan por donde el agua ha erosionado más.

Viendo esos 'callejones' (técnicamente llamados macrolapiaces) se intuye que ha tenido que pasar mucha agua por ellos durante muchos milenios, y por ello estábamos casi convencidos de poder encontrar alguna cueva que tuviese un desarrollo aceptable. Yo, ya estaba casi soñando con encontrar un colector subterráneo donde diesen a parar las aguas que corrían por esos callejones en época de lluvias. Pensaba que, si todos los callejones desaguaban en un mismo punto, debería haber una galería enorme excavada bajo el suelo de la zona que pisábamos. Quizá lo haya, pero no llegamos a investigar tanto...

Aun así, si que encontramos muchos pequeños sumideros, como los del siguiente vídeo y las tres fotografías que le siguen:

Pequeños sumideros. La mayoría demasiado pequeños como para colarse por ellos.

¿Esto tira? ¿Tiene desarrollo?

¿Y ésta?

¿Acaso ésta es la buena? A las simas que aparecen en estas tres fotos no intentamos bajar... quizá lo hagamos más adelante.

En otra visita en solitario investigué un par de karst cercanos, pero no vi tantos indicios de erosión como en éste, así que volví a patearlo varias veces más, mientras recolectaba imágenes y vídeos.

Macrolapiaz al borde del 'gran mar de piedra' donde más tarde Hermano Errante encontraría una sima a la que bajamos.

En el borde del 'gran mar de piedra', donde hay un barranco.

Covacha en uno de los callejones de esta zona.

En esta secuencia se puede ver el proceso de formación de un callejón o macrolapiaz. La primera imagen es un surco en un mar de piedra, excavado por la acción erosiva del agua. En las siguientes la grieta se va ensanchando y sus paredes se van separando y haciendo cada vez más altas, hasta formar grandes callejones como veréis más abajo...

Lapiaz. El agua ya ha hecho un pequeño canal en la roca.
El lapìaz va cogiendo profundidad poco a poco.
Y el agua sigue horadando pacientemente hasta formar estrechos pasillos, y más adelante callejones.

Estos macrolapiaces, cortan el 'gran mar de piedra' por muchos puntos, formando callejones, que van en dirección a un barranco cercano.


En el 'gran mar de piedra' junto al barranco.

Os dejo por aquí un vídeo con tres tomas de dos 'mares de piedra' que estuve recorriendo por la zona:

Vídeo con tomas de tres grabaciones diferentes en dos 'mares de piedra' de la zona.

Recorrí el 'gran mar de piedra' por encima y me metí en los callejones que lo surcaban. Vi unas 5 o 6 posibles simas, pero no parecían tener mucha profundidad. Había grietas por todos lados y yo deseaba dar con una que me condujese a ese gran colector subterráneo soñado.

Eso sí, esos 'mares de piedra' (me ha dado por llamarlos así porque así es como se llama a un paraje parecido de la Ciudad Encantada) me dejaron flipado, y confuso. Aún sigo sin comprender cómo han tomado esa forma las rocas de la siguiente foto:

Las rocas con forma redondeada y alargada parece que no pintaban mucho sobre un 'mar de piedra'. ¿Cómo se formaron? (Pulsar la imagen para mpliar)
Quizá en la foto no se aprecian bien. Os dejo un par de vídeos donde se ven más de cerca:


Las extrañas rocas del 'gran mar de piedra'.

El 'gran mar de pìedra' con las rocas extrañas encima y el 'gran callejón'.


Aquí vino la sorpresa. En este último vídeo se ve un gran macrolapiaz al que no pudimos bajar, pero desde arriba Hermano Errante y yo vimos que en la parte final (hacia la que discurrirían las aguas) había un agujero. Lo llamamos el 'Sumidero del Gran Callejón', ya que el callejón en el que estaba, era el más ancho y, por tanto, el que potencialmente habría llevado más agua en época de grandes lluvias, lo que implica que habría más erosión, y ello podía llevar al gran colector que yo anhelaba encontrar allí... pero ese día no encontramos el sitio para bajar, se nos hacía tarde y tuvimos que volver.

Dos días después (sí, estaba tan ilusionado que volví al poco tiempo...) volví en solitario y encontré la forma de adentrarme en el 'gran callejón'.

Panorámica desde el 'gran callejón' mirando hacia la zona desde la que se entra.

Otra panorámica desde dentro del 'gran callejón', cerca de donde acaba en el barranco cercano.

El 'sumidero del gran callejón'.

Iba en solitario y sin material de espeleo (arnés, cuerdas, descensor, etc), así que no pretendía intentar bajar en caso de encontrar que el agujero tenía profundidad... pero, ni falta que me hizo. Mis ilusiones al traste. El 'gran sumidero' no tiraba. Desde arriba daba la impresión de que tiraba, pero una vez aquí... se veía el fondo. Vaya...

Así que, volví a patear los callejones, y esta vez sí que encontré una sima por cuya boca de entrada podría entrar. Grabé el siguiente vídeo y memoricé el lugar para volver a explorarla más adelante con Hermano Errante, trayendo ya material de espeleo.

Boca de una sima que tenía muy buena pinta y no tenía indicios alrededor de haber sido explorada.

Y, eso mismo hicimos. Volvimos otro día con las cuerdas y todo el equipo y nos fuimos directos a la sima del último vídeo, que había descubierto poco antes.

Una vez allí, decidimos anclar la cuerda a un anclaje natural, esto es: a un árbol. Había cerca un pino bastante recio, y ese fue el punto donde atamos la cuerda y me dispuse a bajar yo el primero a explorarla, ya que había sido su descubridor.

Aquí estoy yo bajando a la sima.

Un poco más abajo ya se bajaba en volado, sin tocar las paredes.

Pues bien, me tiro para abajo. Al poco veo un tronco empotrado contra la pared. Se ve el fondo, con lo cual no tiene mucha profundidad. Mi esperanza era que tras llegar a la base de este primer pozo, que tendría unos 8 o 9 metros, se abriese una galería hacia alguna parte, pero no era el caso...

No había ningún indicio de que nadie antes hubiera bajado aquí, así que ese es el consuelo que me queda... el haber sido el primero en meterme; pero esto no llegaba a ninguna parte. La base del pozo era un círculo de un metro sesenta de diámetro (aprox.), con una grieta estrecha a un lado que se cortaba a los 2 metros aproximadamente y una repisa en frente. Al parecer esta era una sima joven. No le ha dado tiempo a desarrollarse y agrandarse. Espero volver a poder descenderla dentro de 100.000 años, a ver si ya tiene algo interesante... jajaja.

Os dejo un vídeo en el que he fundido 3 vídeos grabados en esta sima, a la que también bajó Hermano Errante a investigar:


Vídeo de esta pequeña sima que, al parecer, hemos sido los primeros en explorar. (Las cifras que digo en el vídeo, luego pensé que eran exageradas, viendo la escala cuando baja mi hermano, estimo unos 8 o 9 metros)


Vale, pues ya habíamos despejado una incógnita... de modo que, subimos de nuevo a la superficie, recogimos el material y nos fuimos a la siguiente.

La siguiente parada era una grieta que Hermano Errante había descubierto en el recodo de uno de los callejones que surcan el 'gran mar de piedra' de este karst. Cuando lo descubrió y tiró un par de piedras para sondear su profundidad, me dijo que sonaban como bajando por una rampa, unos cuantos metros. Tenía buena pinta. Así que nos fuimos para allá, adentrándonos en uno de los callejones de esta zona, un sitio alucinante.

Hermano Errante en el callejón que llevaba a la sima que él había descubierto.

Callejón desde el recodo donde se encontraba la boca de la sima. Estamos en el interior de un macrolapiaz.

Aquí ya no era tan sencillo como llegar, anudar la cuerda a un árbol y meterse a la sima. Este estrecho callejón no tenía cabida para árboles, y había que currárselo un poco más, taladrando a mano las paredes para poner un par de anclajes de seguridad y bajar..

Hermano Errante me preguntó si se ponía él a meter los spits en la roca, a lo que yo no le dije que no... ya que este proceso es lento y laborioso. Y algun@ dirá... ¿Qué hay que hacer? ¿De qué va eso de colocar spits? Pues nada, os lo resumo. Se trata de meter un taco de acero en la roca, con un martillo y un burilador. Golpe a golpe. El spit, es como un macarrón de acero, hueco por dentro, con un borde dentado. Esa parte dentada va taladrando la pared a cada golpe y sacando la roca que deshace por ese hueco central. Una vez bien asentado en la roca, se saca el spit y se mete dentro de éste un taco que, al presionar contra la roca con un último martillazo, se introduce en el spit y lo expande, abriendo el macarrón de acero y fijándolo a la roca para que no salte aunque se apliquen fuerzas en cualquiera de las direcciones.

Con el spit clavado en la pared, se fija una chapa a él enroscándola, con un tornillo que viene incluido con la chapa, se ata la cuerda, se pone el descensor en ella y, ¡para abajo!

Ahí va una foto, y un vídeo del proceso de instalación hasta tener montada la cuerda y bajar por el hueco:

Hermano Errante dándole caña al martillo y el burilador. A sus pies, el agujero por el que íbamos a entrar.

Vídeo donde se muestra el paseo por el callejón de acceso y la preparación de la instalación para meternos a explorar la sima.

Lleva su faena, ¿eh? Pues vale, ya estaba todo listo. Ésta la había encontrado Hermano Errante, de modo que sería él quien tuviera el privilegio de entrar primero. Yo le seguí, y tras superar el corto descenso (serían unos 3  o 4 metros con buenos apoyos para las manos y los pies) estaba en un callejón muy estrecho que bajaba en rampa hacia un recodo oscuro. Bajamos la rampa ayudándonos de la misma cuerda que habíamos anclado arriba. Esto tiraba para adelante, ¡y tenía muy buena pinta!

Metido de lleno en un macrolapiaz dentro de otro, Hermano Errante baja la rampa ayudado por la cuerda.

Vídeo de la incursión en la sima que Hermano Errante había encontrado.

Aquí tampoco había restos de exploraciones anteriores, ni de que nadie se hubiese metido a investigar. La rampa acaba, se avanzan unos 3 o 4 metros y la grieta gira a la derecha, donde hay unos 6 metros más, con un pozo que Hermano Errante cruzó en oposición para llegar a una gatera donde la cueva se cerraba. El pozo, tampoco tiraba. La cueva moría ahí, y no pasaba de ser una gran grieta bajo el 'gran mar de piedra', que se encuentra unos 18 metros por encima.

Salimos pues de ella, y fuimos a la última del día.

Nos alejamos del 'gran mar de piedra' hasta una grieta que Hermano Errante bajó a explorar. Yo no bajé pues, una vez abajo, me dijo que no merecía la pena. La grieta se hundía unos 10 metros en su zona central, pero ahí se cegaba. Para bajar montamos la cuerda en un árbol cercano. No había que rapelar, sino que era una rampa muy pronunciada de bajada.

Hermano Errante explorando la grieta.

Con esto ya nos habíamos quitado el resquemor de querer saber qué había allí, y a las simas menores que se han mostrado más arriba no intentamos entrar. Quizá alguna sí que tire, pero visto lo visto, parece que se trata de un karst de formación joven, y las grietas que hay, a pesar de estar muy erosionadas, no han llegado a formar aún galerías subterráneas grandes.

Por mi parte, volveré por allí a echar otro vistazo alguna vez más, a ver más cosas curiosas de este curioso karst que aún no ha revelado todo lo que esconde. Seguro.

Y con esto... me despido. ¡Hasta la vista lectores errantes!

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