jueves, 21 de diciembre de 2023

¿Sima de la Crin? Pues, va a ser que no...

 ¡Hola de nuevo, personas errantes!

 

He dejado esto parado un tiempo, pero no he dejado de rodar por la naturaleza, así que, intentaré volver a subir regularmente entradas a este blog. Serán, como siempre, entradas camperas. Entradas de majestuosos rincones naturales. Entradas de fauna y flora. Entradas de lugares poco conocidos. Entradas como la de hoy, de sitios con muy, muy pocos visitantes.

 

Volvemos al subsuelo de la Muela de la Madera, la gran muela kárstica situada entre las poblaciones de Uña y Las Majadas.

 

Y en la entrada de hoy, vamos a uno de esos últimos sitios de los que he hablado antes: los muy poco visitados. De hecho, es muy probable que en el sitio al que vamos a adentrarnos hayan estado menos personas que en la superficie de la Luna (la cual han pisado 12 personas hasta el momento). Un poco más abajo os explicaré el por qué...

 
¿Cuánta gente habrá estado alguna vez aquí? Ya os digo que menos de 10 personas seguro.
 
Tras el pequeño éxito que tuvimos hace 4 años, al volver a descender la Sima Malditos I, 30 años después de que se descubriese y 'sacarla del olvido' (ya que al año siguiente se publicó su topografía, características y acceso en la revista de la Federación Castellano-Manchega de Espeleología y Cañones, así como se realizó una re-instalación de anclajes por parte del Club Diaclasa Villalba para facilitar su acceso y darla a conocer a más aficionados a este deporte-ciencia que es la espeleo), hace un tiempo nos animamos a volver a 'sacar del baúl de los recuerdos' algunas simas de las que encontró la Asociación Espeleológica Conquense Lobetum en los 'pateos sistemáticos' que dieron por la zona en los años 80 y 90, contabilizando más de 200 simas en esta muela kárstica conquense.
 

Padre Errante participó en esos 'pateos' y descendió a muchos de los 'bujeros' que encontraron en esa época. Pero también nos cuenta que, debido a la gran cantidad de simas y grietas que vieron, el trabajo de topografía y exploración fue acelerado. Más o menos sería algo así: van a un sector con varias simas marcadas. Se dividen en grupos y cada grupo (de 2 o 3 personas) se metía en una sima y echaba un vistazo. Si la sima tenía posibilidades de avanzar metros, la dejaban para explorarla más adelante con un buen grupo de gente. Si eran pozos de escaso desarrollo (como el que nos ocupa en esta entrada), se hacía un croquis rápido de la morfología de la cavidad, se medía aproximadamente las distancias y se salía para, quizá, no volver más. Todo esto con iluminación de carburo, con brújula, mapas (no había GPS) y echándole muchas horas, y muchos fines de semana.

 

Así pues, con el ánimo de volver a re-encontrar (y dar a conocer) lo que ya encontraron los compañeros de Lobetum, fuimos a dar una vuelta de reconocimiento por el siguiente sector de la Muela de la Madera.

Ahí aparece la Sima, pero... (pulsar sobre la imagen para ampliar)
 

En este mapa vemos marcada la Sima de la Crin, pero una vez llegas al lugar exacto donde está ubicada: no hay sima. Solo monte. Y lo mismo pasa con multitud de cuevas y simas marcadas en los mapas por el Instituto Geográfico Nacional. Quizá se deba a lo mencionado anteriormente: en los trabajos de exploración, en los años 80 se iba con mapa y brújula, con lo que estimar las coordenadas era más delicado que ahora.

 

Entonces, ¿qué podemos hacer? Volver a patear monte. Volver a buscar lo encontrado hace 40 años.

 

Y así nos plantamos en el lugar, 4 personas, una mañana para hacer una batida en busca de la Sima de la Crin.

 

Tan sólo encontramos una sima a unos 500 metros al Norte de donde sale marcada en el mapa. Una vez en su boca de acceso, por más que buscamos el crotal identificativo (una lámina de plástico naranja como la que colocan al ganado para marcarlo) que colocó Lobetum en las simas a las que descendió, no lo vimos por ninguna parte. Lo que sí vimos fue un 'spit' oxidado, que nos daba idea de que esa sima se había descendido con anterioridad por alguien. Al no encontrar más simas por los alrededores, supusimos que habíamos dado con la Sima de la Crin, y así la marcamos en nuestros GPS.

 

Un tiempo más tarde volvimos con material de instalación, cuerda, y todo el equipo para echarle un vistazo. Y la verdad es, que la topografía y la descripción de la Sala prometían bastante... pero no encontramos nada de eso.

Imagen de la publicación 'Cavidades de Cuenca - I Muela de la Madera' de A.E.C. Lobetum con la topografía de la sima a la que creíamos que íbamos a descender.

 

Sino, más bien esto:

Calavera con grandes colmillos al fondo de la sima.
 

Pero bueno, no adelantemos acontecimientos. Veníamos Moi, Hermano Errante y un servidor a descender esta sima. Luego os digo cuál puede ser (aproximadamente). Y como decía al principio, seguramente, ésta sea una de esas simas cuyo fondo ha pisado menos gente que la superficie lunar...

 

¡Al lío!

 

20 de Diciembre de 2023 - Al pasar por Villalba de la Sierra le pedimos a Lupo (fundador del Club Diaclasa Villalba al que pertenecemos actualmente) un taladro y unos tornillos Fixe autoroscantes, para montar una instalación temporal. Subimos a la Muela de la Madera. Plantamos mi coche a unos 50 metros de la boca de la sima. Nos ponemos los trajes de faena, y entramos en materia.

 

Moi ancla la cuerda a una sabina cercana a la boca de esta cavidad.

Aspecto del lugar donde nos estamos metiendo
 

Hermano Errante se ancla a esta cuerda, se aproxima a la abertura y se pone a taladrar un par de agujeros para insertar en ellos los 2 tornillos (y sus 2 chapas) de la cabecera que sostendrá nuestro peso.

Hermano Errante taladrando los agujeros para anclar la cuerda


Al principio el taladro no iba fino del todo... quizá por el frío
 

Ya está el primer agujero, ahora a por el segundo.

 
Pero en el segundo agujero ya ha entrado en calor
 

Una vez montada la cabecera, se va para abajo. Tarda un rato. Desde arriba, Moi y yo nos comunicamos a voces con él. Sigue bajando. Dice que se puede bajar de una sola tirada (desde la cabecera en la boca de la cavidad hasta el fondo sin tocar las paredes ni tener que montar fraccionamientos). Aun así monta un fraccionamiento un poco más abajo de la mitad del pozo, para intentar agilizar la salida de la cavidad (no debe haber dos espeleólogos en un mismo tramo de cuerda salvo para maniobras de rescate, así que cuanto más fraccionamientos haya, más personas pueden estar progresando al mismo tiempo por la cavidad). De todos modos, no sirve de nada.

 

Al llevar más de 30 años sin bajar nadie a este sitio (muestra de ello era la corrosión sufrida por el 'spit' que había en la entrada, y que, ni se nos ocurrió utilizar) las paredes han acumulado rocas que quedan incrustadas en el pozo, y se suelen producir peligrosos desprendimientos de piedras a cada mínimo roce en la pared. Por este motivo, hasta que Hermano Errante no llega al fondo de la sima y se puede apartar de la zona de caída de piedras, no vocea para darme el 'libre', que confirma que puedo comenzar a descender yo.

 

Me anclo a la cuerda, bajo hasta la cabecera, me anclo de ésta mientras cambio el descensor a la cuerda que sale de la cabecera hacia el fondo, y voy para abajo.

 

Antes de llegar a la mitad del descenso se ve una 'ventana', lo que viene a ser un hueco en una de las paredes del pozo, que da a otro pequeño pozo. Lo revisaremos a la subida.

 

Sigo bajando hasta el fraccionamiento que está más abajo de la mitad del pozo, y mi hermano me da la noticia:

     - "No estamos en la Sima de la Crin. Aquí no hay sala por ninguna parte."

 

Pues vaya...

 

Yo llevo el medidor de oxígeno, y tras pasar el fraccionamiento comienza a pitar. Mal rollo. Miro el indicador: 18,6%. No hay problema, pero el pitido constante del medidor es irritante...

 

Bajo hasta el fondo. Hay un montículo de piedras que han ido cayendo desde el exterior (llamado 'cono de derrubios'). Abajo hay un pequeño saliente de roca bajo el que Hermano Errante está refugiado de la caída de piedras. Me refugio junto a él y pego una voz a Moi para que pueda empezar a bajar.

 

Cae alguna piedra, pero estamos más o menos protegidos de los impactos. Aquí el medidor de oxígeno llega a bajar a 18,5%. Es por debajo de lo normal, pero no es peligroso.

 

Mientras, grabo:
 
Efectivamente, esto no se parece a la topografía que traíamos de la Sima de la Crin. Fail.
 
No hay sala. No hay formaciones.

 

Piedras, palos y huesos. Siempre hay de esas 3 cosas en el fondo de las simas de por aquí. No me preguntéis el por qué.

Y, otra cosa... ¡vaya colmillos tiene esa calavera, ¿no?!

Pues eso... restos de muerte por doquier
 
Una vez Moi pasa el fraccionamiento y llega a la base del pozo salimos de nuestro 'refugio anti-pedradas' y echamos un vistazo. Al otro lado de donde nos hemos refugiado hay una gatera. A simple vista parece que se cierra un poco más adelante, pero el intrépido Moi se adentra para comprobarlo. Le dejo el medidor de oxígeno, que en esa zona más estrecha desciende hasta un 18%.

Visto que la gatera no va a ninguna parte... solo queda volver a subir, algo desconcertados.
¿Qué sima es esta?
 
Efectivamente. No tira. Pues nada... ¡para arriba otra vez!

 

Dos se esconden bajo la repisa del fondo, uno sube. Luego uno se esconde, y el otro sube. Y el último, desmonta los anclajes de la instalación mientras va subiendo. Así, llegamos de nuevo al mundo exterior:

Foto que me hizo Hermano Errante a la salida.
 

Bueno, pues... ya estaría. Pero, ¿dónde hemos estado? En una sima, eso está claro...
 

Antes de guardar la cuerda, la medimos a 'brazadas' para saber aproximadamente la profundidad del pozo que hemos descendido. Unos 31 metros. No, no se corresponde con la Sima de la Crin.

 

Una vez en casa, consulto la publicación de la Asociación Espeleológica Conquense Lobetum titulada: 'Cavidades de Cuenca - I Muela de la Madera' donde aparecen las cavidades más relevantes de la zona, y por la descripción y alguna topografía semejante (así como por la ubicación aproximada) creo que la sima a la que hemos descendido esta vez pertenece al grupo de las 'Gamma'.

 
Las 'Gamma' son 13 simas independientes, las cuales cuentan con unas características comunes: el sector de su ubicación y su morfología consistente en un solo pozo sin formaciones calizas destacables. Además, según la publicación las 'Simas Gamma' van desde unos pocos metros de profundidad, hasta los 42 de la más profunda de estas 13 simas bautizadas con el mismo nombre y números correlativos. ¿A cuál de ellas entramos? Pues, ni idea la verdad...

De todos modos, seguiremos intentando averiguarlo.

Para ir acabando, os dejo por aquí el enlace al vídeo que he subido a YouTube con los vídeos que conforman esta entrada: https://youtu.be/nls_Cf5w0Jg

 

Y, nada... ¡hasta la siguiente aventurer@s errantes!

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