Otra entrada con sabor a norte, sabor a Cantabria. Otra vuelta a la gran Meca española de la espeleología: la gran Cueva de Coventosa, en Arredondo.
Hace unos años estuve junto a Hermano Errante dando una vuelta por los niveles inferiores de esa cueva, bajo la entrada. Vimos la Sala de los Fantasmas, la de los Lapiceros y la Sala del Espejo, pero eso fue un 'espeleo-paseo' comparado con lo que veníamos a hacer esta vez. Os dejo un enlaces con la crónica de esa primera visita a Coventosa, y algunos datos de esta gran cavidad: https://almaerrantedeestosmontes.blogspot.com/2018/07/parte-iii-trilogia-de-espeleologia-en.html
Pues bien, esta vez, junto a varios miembros del Club Diaclasa Villalba, nos propusimos avanzar por la zona activa de esta cavidad. La intención era reconocer la salida del 'Agujero Soplador' hacia la red activa (por donde corre el agua de esta cueva), con el fin de realizar la travesía completa en un futuro.
Sabiendo dónde íbamos a meternos, la noche anterior a la expedición teníamos bastantes dudas sobre la logística y el material. Y, es que, éste es un tema delicado. Me explico: ésta cueva es bastante fría por las corrientes de aire que la recorren, además teníamos la intención de cruzar los lagos dos veces (subida y bajada) para lo cual hace falta neopreno y flotador (o barca). Con lo cual, nos debemos meter a la cueva con todos los cacharros de progresión vertical (arnés, cabos de anclaje, croll, descensor, etc), el mono, un neopreno, comida, flotadores y una muda de ropa seca para ponernos al salir del agua. Vamos, que cada un@ llevaba su saca hasta arriba de cosas y de peso...
En cuanto a lo de los neoprenos, cada uno eligió la manera de organizarse. Algunos hicieron el recorrido únicamente vestidos con el neopreno; otros lo hicimos con el neopreno puesto sobre la piel, y el mono de espeleo encima. Alguno, incluso cruzó los lagos (de agua realmente fría) únicamente llevando un mono de tela sobre la ropa interior...
Una vez que cada uno se hizo con la idea de cómo organizarse para salvar los lagos, nos pusimos en marcha. Eran las 8 y media de la mañana de un día lluvioso típico del norte.
Subimos hacia en párking de Coventosa y nos colocamos todo el material. A las 9 y media estamos entrando por la boca de la cavidad.
La idea es avanzar muy rápido, casi sin detenernos. Somos un grupo grande y la progresión por los ascensos, descensos y pasamanos se puede alargar bastante...
Tras pasar, bajar por una rampa y usar las 3 cuerdas que colocamos el día anterior para bajar el primer resalte de 12 metros, nos hallamos en la encrucijada donde podemos elegir entre bajar a la Sala de los Fantasmas, o seguir hacia la red activa. Hacemos esto último, avanzando unos metros por la galería y subiendo por un resalte de unos 5 metros a una galería colgada que nos conduce hacia una gatera desde la que se desciende a 'La Galería del Metro', que se trata de una gran galería.
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Foto que nos hizo Pablo en la 'Galería del Metro'. |
Después de este tramo nos encontramos con un largo pasamanos montado en fijo con un cable de acero en su tramo inicial, por el que bajamos hacia 'Los Gours'.
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Pasamanos con cable de acero a la izquierda y colada sobre el desfonde de la galería. |
Aquí ya entramos en la red activa. Hay una pequeña laguna y cae un chorreo constante del techo:
Tras superar este tramo, seguimos por una galería con un curso activo de agua. Al menos, no hay pasos sifonantes (inundables) en la sección que vamos a recorrer, así que avanzamos sin problemas por los pasamanos que hay instalados para superar este tramo sin tener que andar por el agua.
Después, llegamos a 'La Playa', tras realizar alguna corta trepada por cuerda en fijo. El nivel del agua parece no ir muy alto...
Tras pasar 'La Playa' nos plantamos en la 'Sala de los 71 m', donde el techo se encuentra (como el nombre de la sala indica) a 71 metros sobre nuestras cabezas. Nos encontramos en un cañón altísimo y ancho.
Lo siguiente es volver al curso activo, intentando evitar el agua donde cubre mediante los pasamanos que hay en el lateral derecho de la galería, en el tramo llamado 'Las Marmitas'. Estamos ya en el sector conocido como 'Cañón de Coventosa' donde, por más que damos potencia a nuestros frontales y buscamos el techo, no lo vemos. Está muy alto sobre nosotros. Caen gotas de agua por varios puntos. Parece que estemos haciendo un descenso de barrancos nocturno bajo un cielo completamente negro y sin estrellas, que nos manda ráfagas de lluvia en lugares localizados.
Es impresionante.
Ya estamos cerca de los lagos. Hemos avanzado a un ritmo endiablado y, llegamos al comienzo del primer lago en tan sólo dos horas desde la boca de la cavidad. Para ir un grupo tan grande como vamos, está bastante bien...
En la zona anterior a los lagos hay cascadas que surgen de las paredes y sumideros por donde el agua desaparece. Este tramo parece un Aqua-park oscuro.
En el comienzo de los lagos, toca parada. Aquí debemos despojarnos de nuestros monos de espeleo, dejarlos colgados de la pared al resguardo de la corriente de agua, hinchar los flotadores (cada uno llevamos dos, uno para usar, y otro por si pinchamos el primero), meter todo lo que vayamos a llevar al otro lado de los lagos en las sacas y echarnos al agua.
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Foto antes de los lagos, donde dejamos los monos y nos enfundamos los flotadores. Foto hecha por Pablo. |
Aun con el neopreno, se nota que el agua está muy fría. Las manos se hielan al ir nadando, aunque esto es muy divertido y vamos cantando canciones y riendo. Yo, oigo a alguien cantar la canción del 'Barquito chiquitito' y se me mete en la cabeza, de modo que paso el primer lago cantando la canción mientras voy agarrándome del hilo guía para avanzar más rápido.
Pasamos el primer lago. Nos metemos en una zona seca, pero al poco ya nos estamos metiendo en agua gélida del segundo lago. Vuelta a buscar el hilo guía y avanzar con cuidado de no pinchar el flotador.
Así llegamos otra vez a tierra seca, donde debemos salir del agua, pasar por un pequeño caos de bloques con cuidado de no dañar nuestros flotadores, y volver a meternos en el agua. Ahora llegamos al tercer y último lago.
Tras pasar este último lago, dejamos los flotadores a un lado de la galería para recogerlos a la vuelta y volver a pasar los lagos. Mercedes llega a este punto con su flotador pinchado, y Pablo aprovecha para hacerle esta foto:
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Mercedes (al fondo) agarrada a su flotador pinchado, llegando al final del tercer lago. Foto de Pablo. |
Una vez llegamos arriba, hay una galería grande donde debemos avanzar por un caos de bloques hacia la galería que continúa en dirección al 'Lago de la Tirolina'. Por aquí atravesamos un aporte de agua que cae sobre una colada blanca y se pierde al fondo de la galería.
Llegamos así al 'Lago de la Tirolina', donde hay que superar otro resalte.
Aquí había montada una tirolina para pasar por este punto más rápido al hacer la travesía, pero se ve que la retiraron ya que estaba bastante deteriorada.
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Foto hecha por Pablo desde la parte de arriba del Lago de la Tirolina. |
Así, la mitad del grupo iniciamos la vuelta hacia el lugar donde hemos dejado los monos a esperar, mientras la otra mitad avanza hacia su objetivo.
Volvemos a recoger nuestros flotadores, y nos metemos en los lagos, esta vez a favor de la corriente, por lo que avanzamos más rápido que a la subida.
Una vez en la zona inicial de los lagos, hacemos una parada para comer y esperar a que el grupo en punta se una a nosotros. Aquí me doy cuenta de que la cascada que caía en este punto lleva ahora mucho menos caudal, pero lo extraño es que el curso activo (el río que forma los lagos) en cambio parece haber aumentado bastante su caudal. Más abajo, al llegar a 'La Playa' confirmamos que el nivel ha subido aquí aproximadamente un palmo.
Aun así, no hay peligro.
Las galerías de esta cueva son enormes y tendría que caer un verdadero diluvio para que se inundasen las secciones por las que tenemos que volver.
Así pues, tras haber comido algo y ponernos algo de ropa seca y el mono de nuevo, nos dirigimos de vuelta a la salida pasando por todos los obstáculos, ya a un ritmo algo más cansado que a la entrada.
Tras 8 horas y media en la cavidad (a las 6 de la tarde) volvemos a estar en la boca de Coventosa, con una gran sonrisa en la cara a pesar del cansancio.
Aquí va la topografía con el recorrido que hicimos:
También os dejo por aquí el enlace a un vídeo que he subido a Youtube con las escasas imágenes que pude grabar dado el frenético ritmo de progresión que seguimos durante toda la actividad: https://youtu.be/Qh9G6GKBXcw
¡Y, nada más por hoy!
Si os ha gustado, estad al loro, que en unos días subiré otra entrada de una gran cueva cántabra que visitamos el pasado puente de Octubre: Cueva Fresca.
¡Hasta entonces!
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