domingo, 5 de abril de 2020

Sima la Raja (Villanueva de Alcorón): a falta de unos metros... falta oxígeno

¡Hola de nuevo lectores errantes!

No tenía pensado subir una entrada de esta expedición que hicimos el 12 de Octubre del pasado año... pero, dadas las circunstancias: 

          a.-) aprovecho para entretenerme un rato en crearla, y 
          b.-) de paso espero que os entretengáis un rato en leerla (aunque ésta será corta).

Pues bien, el día de autos (12-10-2019) nos plantamos en Villanueva de Alcorón: Javi, Hermano Erante y yo.


Nos ponemos todo el equipo, nos cargamos los macutos al hombro y deambulamos por los bosques de Mormejar, también conocida como Serrezuela de Valsalobre dentro del Parque Natural del Alto Tajo.


Pasamos junto a la boca de la Sima Diana, cerca de la cual habíamos dejado el coche, y hacemos una caminata, campo a través hasta la boca de la Sima la Raja, que es la que teníamos pensado descender esta vez.



Boca de la Sima la Raja, en Villanueva de Alcorón (Guadalajara)

Ésta sima fue elegida en 2018 por la Federación Castellano Manchega de Espeleología y Cañones para ser equipada como segunda sima escuela de la Serrezuela de Valsalobre, ya que con el buen tiempo la primera sima escuela de la zona (Sima Juan Herranz I) se suele llenar de visitantes que bajan a admirar su bella sala.

Por ello, fue re-equipada recientemente, contando con dos vías paralelas de descenso.

El nombre de esta sima describe muy bien lo que es: una gran raja formada a expensas de una fractura en la roca caliza.

Hermano Errante monta a un árbol, y desciende por la rampa de entrada hasta la cabecera donde anclará la cuerda para descender el primer pozo de 45 metros.


Hermano Errante montando la cabecera asegurado a un pino.
Una vez montada la cabecera, continúa su descenso montando los fraccionamientos. Voy yo el siguiente. Monto el descensor en la cuerda, el shunt (elemento de seguridad anti-caídas), y me voy para abajo detrás de él. Por encima me sigue Javi.

Paso la cabecera, después un desviador (más rápido de pasar que un fraccionamiento), después un fraccionamiento, luego otro, luego otro... así hasta que llegamos a la base del pozo de 45 metros.

Aquí hay un paso estrecho, pero sin complicaciones, y una zona de descanso donde pisamos tierra de nuevo. Ahora, hay que internarse por ese paso estrecho y montar la cabecera del pozo de 20 metros que nos llevará al fondo de esta sima, a 90 metros bajo la superficie.

Yo ando esperando anclado a un fraccionamiento, con Javi a su vez esperando por encima de mí. Hermano Errante está montando el siguiente pozo cuando algo empieza a pitar insistentemente.

- ¡Joder! ¡Que susto me ha dado el cacharro! - grita Hermano Errante.

- ¿Qué pasa? ¿Cuánto oxígeno marca? -le contesto yo, un poco más arriba.

- Aquí, 18. Voy a bajar un poco más a ver... -me responde.

Mal rollo. Menos mal que Jorge (del Grupo conquense ARA) nos ha prestado el medidor de oxígeno en esta ocasión.

Hermano Errante baja un poco más, dice que le quedan unos 10 metros para pisar el fondo, pero la maquinita no deja de pitar. No es cuestión de arriesgar. Da media vuelta con el medidor de oxígeno marcando una concentración del 17,8%. Por debajo de 18% ya empieza a ser peligroso.

No queda otro remedio... media vuelta. Javi comienza a subir. Nosotros le seguimos.

Sabíamos que las algunas cavidades presentan valores bajos de oxígeno durante el estiaje, y por ello habíamos pedido a Jorge el medidor (os dejo aquí el enlace al artículo de la Revista Calar 2020 donde se habla de este fenómeno: https://www.fcme.org/cavidades-con-aire-enrarecido/ ). 

Lo malo es que, en el mes de Octubre, se supone que ya debería haber acabado el estiaje... ¿no?

Pues nada... a nosotros se nos ha jodido en esta ocasión bajar a -90 metros. O, quizá no...

Subo aquí el vídeo de nuestra breve incursión a la Sima la Raja:


Vídeo con las imágenes que grabé durante esta incursión fallida.

Dejo por aquí también la imagen de la topografía de esta cavidad, editada por el Grupo Espeleológico Viana:


Topografía en planta y perfil de esta Sima la Raja.

Y bueno... como nos habíamos quedado con ganas de más y estábamos cerca de la Sima de Alcorón, decidimos realizar una visita turística a esta cavidad de grandes dimensiones, y que baja tan profundo como la Sima la Raja.

Así pues, comemos algo en las mesas de la entrada, cogemos el medidor de oxígeno (más por curiosidad que por otra cosa, ya que no creemos que en esta sima haya descendido), las luces y para abajo.

Ésta sima es turística, y está acondicionada con una escalera que nos lleva hasta la parte más baja de la sala, aunque no es la parte más baja de la sima...

En este lugar siempre hay gente. Nos cruzamos con multitud de visitantes durante nuestro descenso.


Fotografía desde la zona baja de la gran sala que forma la parte turística de esta cavidad.

Aquí abajo, hay un pilón con agua. 

Paramos a echar un vistazo ya que sabemos que este no es el punto final de ésta sima. Sabemos que hay un hueco por el que la sima baja un poco más, hasta los 88 metros de profundidad, y queremos echar un vistazo (pero sin bajar, ya que hemos dejado las cuerdas en el coche).

No tenemos la topografía a mano, así que no sabemos bien por dónde es. Nos asomamos a un par de grietas, comprobamos el porcentaje de oxígeno que marca el medidor (19,8% creo recordar) y volvemos a la superficie.

Dejo por aquí el vídeo de las imágenes que tomé en esta Sima de Alcorón:


Sima turística de Alcorón.

También dejo por aquí la topografía de esta cavidad, realizada hace ya años por los compañeros de la Asociación Espeleológica Conquense Lobetum:

Topografía de la Sima de Alcorón.
Y, cómo no, he subido un vídeo a YouTube con lo que grabé en vídeo de las peripecias aquí contadas. Lo podéis ver completo en el siguiente enlace:


Para terminar, vamos con un pequeño homenaje.

Una vez arriba, un hombre nos ve con el medidor y entabla conversación con nosotros. Es espeleólogo también (aunque su aspecto no vaya muy acorde, ya que es un hombre muy grande y corpulento). Intercambiamos conversaciones sobre cuevas, oxígeno y demás y, al decirle que Hermano Errante y yo estábamos afiliados con la Asociación Espeleológica Conquense Lobetum nos da recuerdos para Valero, Cañada y Padre Errante, a los cuales conoce desde hace tiempo, gracias a la pasión por las cuevas. Nos choca que este hombre venga desde Daimiel (Ciudad Real) hasta aquí a hacer espeleo. Una paliza de viaje cada vez que quiere meterse en una cueva. Eso demuestra su dedicación. Nos quedamos con su nombre para transmitirle el saludo a Padre Errante: se llama Emilio. Padre Errante nos habla muy bien de él. Guarda buenos recuerdos.

Unos meses después (hace unos días), sale el número digital de la Revista Calar, dedicada a la Espeleología de Castilla la Mancha. En uno de los primeros artículos de dicha publicación se habla de los logros y la gran afabilidad de Emilio Núñez de Arenas, bombero de Valdepeñas (Ciudad Real) que al parecer falleció recientemente. Su foto me suena. Es el mismo Emilio que conocimos aquél día. Uno de los creadores del Grupo Espeleológico de Ciudad Real "Huesos". Vaya...

Valga este artículo como pequeño homenaje a ese afable pionero de la espeleología castellano manchega con el que cruzamos unas cuantas palabras un día 12 de Octubre de 2019 al salir de la Sima de Alcorón, tras no haber podido descender la Sima la Raja. Poco después falleció. Descansa en paz, Emilio.

Para acceder a la Revista Calar 2020, tenéis aquí el enlace de descargahttps://www.fcme.org/revista-calar/

Por cierto, la imagen de la portada es de Edu, compañero de Fotoespeleo QNK que ganó el concurso de fotografía de 2019 de la revista. Estuvimos allí cuando la hizo: Sima del Bancal de la Nevera.

Y, por mi parte, nada más.

¡Saludos y a cuidarse mucho, lectores errantes! ¡Nos vemos en el monte!

¡Hasta la próxima!

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