jueves, 5 de septiembre de 2019

Cueva del Boquerón, hasta el sifón Almusent (Buenache de la Sierra)

Hay otra Cueva del Boquerón en Valdecabras, la cual os mostré en esta entrada pero no tiene nada que ver con la que vamos a visitar hoy, salvo que también actúa como surgencia en época de lluvias.

Volvemos al blog con otra entrada subterránea, esta vez en otra cueva activa, es decir, de las que se inundan y escupen agua en época de fuertes lluvias. Vamos a ver una pequeña parte de la Cueva del Boquerón (aunque debería ser llamada más correctamente como Surgencia del Boquerón) en Buenache de la Sierra, hasta su sifón. Si bien, ésta cueva consta de más de 5 kilómetros de recorrido total (es una de las grandes de nuestra provincia), el camino se suele acabar para la mayoría de sus visitantes a los 400 metros de la boca, que es donde nosotros queríamos llegar en esta ocasión. En ese punto, una bóveda sifonante ya sólo deja paso a los más valientes ya que se hace necesario bucear un par de metros para salir por el otro lado. Nosotros en esta ocasión no quisimos hacernos los valientes, aunque es verdad que, una vez visto el percal... yo quiero volver para intentar franquear ese paso en un futuro no muy lejano.
Hasta ese punto únicamente ves 400 metros de cavidad, pero si lo pasas, tienes otro kilómetro y pico de galerías hasta el siguiente sifón, en el cual ya sí que se hace necesario conocer técnicas, y contar con material de espeleobuceo (una de las prácticas deportivas más peligrosas del mundo).

Ésta cavidad es conocida desde hace muchísimo tiempo, lo que queda atestiguado en las firmas que hay sobre el hollín en rocas cercanas a la boca, donde una de las veces que he bajado ahí, encontré una firma de alguien datada en el año 1.800 y pico. Ya en el año 1.968 el Grupo Espeleológico Querneto levantó la primera topografía de la cavidad, concediéndole un desarrollo de 460 metros hasta la bóveda sifonante. Después otros grupos espeleológicos siguieron avanzando en la exploración y desde entonces se ha superado un sifón más (el sifón G.E.T), y se ha llegado a un sifón terminal que actualmente creo que sigue sin ser explorado. Se han topografiado algo más de 4 kilómetros, pero se han reconocido algo más de 5, es decir, que aún queda por topografiar más de un kilómetro de galerías de esta cavidad.

Ahí tenéis el escenario, ahora vamos con la crónica.

Ésta cueva del Boquerón cuenta con una entrada espectacular, que es bastante conocida y transitada (actualmente hay un sendero de medio recorrido, marcado con franjas blanca y amarilla, que nos lleva hasta la boca) la cual os muestro en la siguiente imagen panorámica y un pequeño vídeo:

Panorámica de la boca de la Cueva del Boquerón.

Vídeo del farallón calizo donde se encuentra la boca de entrada.

Aprovechamos esta época de estiaje (estuvimos en ella el pasado día 17 de Agosto) para visitarla, ya que cuando llueve mucho y se acumula el agua en el acuífero que la alimenta, se produce el conocido como 'reventón', parecido al de la Cueva de los Chorros en Riópar, y la cueva expulsa un gran caudal de agua con una fuerza y estruendo impresionantes.

Detalle de la boca de entrada. Hay un pequeño resalte y una primera zona estrecha.

Ésta surgencia actúa como colector de desagüe a las precipitaciones que se filtran en esta parte del extenso paraje Tierra Muerta, drenando esas aguas hacia el Barranco del Boquerón desde donde descienden hasta el  embalse de la Toba. Estamos al sur de éste embalse, yendo desde el Prado de los Esquiladores por la carretera que lleva hasta el Albergue Fuente de las Tablas. En esa carretera aparcamos el coche, cogemos los neoprenos, el material y nos dirigimos hacia la boca de la cueva, siguiendo una aproximación semejante a la que aparece marcada en rojo en la siguiente imagen:


En rojo aparece marcada la ruta más directa para llegar a la entrada a la cavidad.

En esta ocasión estamos: Hermano Errante, Cristian y yo. Una vez en la boca de la cueva toca lo más engorroso de todo: ponerse los neoprenos.

Una vez equipados los tres, nos adentramos. Al principio, ascendemos un corto resalte y avanzamos por un suelo lleno de bloques desgajados, hasta que llegamos a un corto laminador donde hay que arrastrarse un poco.

Vídeo de esta primera parte de la cueva.


Tras pasar por esta estrechez (que no es nada incómoda de superar) nos metemos en una sección con el suelo de roca viva, bastante lavada por la acción del agua. Hay marcas en las paredes, conocidas como 'golpes de gubia' que muestran la erosión producida por el golpeo de las piedras que arrastra por aquí la potente corriente en épocas muy lluviosas. Os dejo una imagen de estas formaciones:

Golpes de gubia en las paredes de este tramo.

Un poco más adelante la galería desciende poco a poco hasta que llegamos a la zona de marmitas. En un principio están secas y en su interior muestran pequeños guijarros más o menos redondeados por la acción del agua al correr por aquí. Se están formando, poco a poco, las conocidas como 'perlas de las cavernas'. Avanzamos y, ya empieza a haber algún charco, y algunas galerías estrechas que salen a ambos lados de la principal.

Más adelante, ya empieza el chapoteo. Aquí las marmitas ya tienen agua y, debido a su baja temperatura, preferimos hacer la ida hacia el sifón intentando evitarla, pasando en oposición sobre las marmitas de transparentes aguas.

Este tipo de avance, en oposición, cansa bastante y a pesar de la alta humedad y de la temperatura fresca, íbamos sudando de lo lindo.

Tras un rato alternando zonas secas con zonas de pozas, llegamos a suelo seco. Hay arena. Estamos en la bifurcación, desde donde sale una galería colgada, algo estrecha, hacia nuestra derecha. En esta ocasión no subiremos por ella.

Desvío en la galería principal, al salir de la zona más acuática.


Nos dirigimos hacia nuestra izquierda, en camino al llamado Sifón Almusent (aunque, en época de estiaje pasa de ser un sifón a ser una bóveda sifonante). Aquí la sección de la galería aumenta sus dimensiones. El techo está más arriba y el conducto por el que progresamos es más ancho. Dejo un vídeo de este grandioso tramo de la galería principal:

Otro tramo de galerías amplias.

Éste tramo tiene algo menos de 200 metros, estamos a mitad de nuestro recorrido, y vuelve a haber agua, pero con poca profundidad.  Ya estamos muy cerca del sifón. Os dejo un vídeo de nuestra llegada hasta él:

Fotografía de este tramo amplio de galería.

Debido a la alta humedad y nuestro calor corporal es difícil hacer fotos en estos ambientes. Sale mucho vaho.

Éstas imágenes están tratadas con un efecto HDR para resaltar las zonas más oscuras y afinar las claras.
Aunque, al forzarlo, hace que salga algo de 'grano' en las fotos...

Llegada al sifón Almusent.


Estamos en el sifón Almusent (en realidad, es una bóveda sifonante, ya que hay poco menos de 2 metros hasta salir por el otro lado, y para franquear los sifones suele ser habitual el uso de botellas de oxígeno y técnicas de espeleobuceo dado que son más largos) que tiene el agua clara y una cuerda guía instalada en fijo para evitar complicaciones durante su franqueo.

Hermano Errante y Cristian junto al sifón.

 Aquí viene la duda: ¿intentar pasar o dejarlo aquí? El paso, a pesar de no ser peligroso (en teoría) parece bastante peliagudo. Llevamos frontales resistentes al agua, pero eso de bucear a pulmón libre sin saber por donde puedes sacar la cabeza para volver a respirar, en una cueva a 400 metros de la boca, acojona. Te puedes desorientar, angustiarte, engancharte en algo y acabar ahogándote...

Así es el lugar en cuestión:

Hermano Errante tanteando con los pies el paso.

Vídeo de la entrada al sifón Almusent.


Hermano Errante estuvo hace un año y pico en esta cueva y llegó hasta este mismo punto. En esta ocasión dice que el nivel del agua parece más alto que la anterior. Eso no nos tranquiliza. El pequeño espacio libre que hay entre la superficie del agua y la roca (de unos pocos centímetros), sopla un aire gélido y constante, lo que nos da idea de que al otro lado, hay aún bastantes salas y galerías. Pero no. No estamos del todo convencidos. No lo vemos claro. Si fuésemos con alguien que lo hubiese superado antes y nos dijese el punto bueno por el que hacerlo, lo habríamos hecho, pero no es el caso. Lo dejamos para otra ocasión.

Foto de la galería principal desde el sifón Almusent. Ésta foto se hizo con la técnica de ligth-painting, iluminando la escena con nuestros frontales mientras el móvil tenía el obturador abierto. También tiene efecto HDR para resaltar.

Iniciamos el camino de vuelta por la amplia galería de la imagen anterior.

Volvemos, tras cambiar las pilas a algún frontal que ya iba a medio gas, por la amplia galería principal. En alguna parte, aparecen gateras laterales, y Hermano Errante se interna un poco en una de ellas para ver si está explorada o si tira hacia alguna sala. Estas gateras no aparecen en la topografía, pero sí que habían sido exploradas a juzgar por las marcas de quemadura de carburero que Hermano Errante vio.

Investigando rincones.

Hermano Errante echando un vistazo a una gatera lateral.

Seguimos desandando lo andado de vuelta a la zona acuática. A la ida hacia el sifón íbamos evitando el agua, y tardamos una hora en llegar. A la vuelta, ya más mojados y refrescados, nos metemos por la zona acuática, tardando 40 minutos en salir de nuevo al exterior. Antes de la zona de pozas, adelanto a Cristian y Hermano Errante para grabar éste vídeo al comienzo de esa parte. Después, el móvil guardado en el bote estanco, y a vadear aguas heladas...

Cruzando la zona de pozas.
Más agua, gélida y transparente.

Se intercalan zonas de agua con zonas de roca pura, marcada por los 'golpes de gubia' que mostramos al principio. Ésta zona, con la roca tan lavada y con la sección tan circular debe de actuar como 'tubo de presión' cuando las zonas anteriores de la cueva, que son más amplias, se inundan con el agua que pasa por el sifón.

Pasando por esos 'tubos de presión'.

Otro tramo con la roca lavada y golpes de gubia en las paredes.

Otro vídeo más de esta zona.

Y así seguimos progresando hasta llegar de nuevo a la amplia boca de esta cavidad. Nos hidratamos bien, nos quitamos los neoprenos (¡que gustazo desprenderse de él, oye!) y reemprendemos el camino de vuelta hacia el coche.

Por aquí os dejo el enlace del vídeo que he subido a YouTube sobre nuestro recorrido por esta cavidad, con algún vídeo más que aquí no he puesto: https://youtu.be/VZ7-oyWNePo

Dejo por aquí la topografía de esta gran cavidad, de la que recorrimos una parte mínima, ya que llegamos sólo hasta el Sifón Almusent. Detrás de ese paso, que esta vez no intentamos franquear, hay muchos más kilómetros de galerías que, algún día os mostraré en otra entrada.

Topografía sacada del Catálogo de Grandes Cavidades Españolas.

Volveremos. Seguro.

¡Hasta la próxima lector@s errantes!

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