jueves, 31 de octubre de 2019

Cuevas y covachas cercanas a Cuenca

Hay multitud de agujeros en los afloramientos de roca caliza que rodean la ciudad de Cuenca. Sobre todo en las hoces de los ríos que cruzan nuestra ciudad: el Júcar y el Huécar. La mayoría de ellos son de grandes dimensiones, pero poco profundos. También hay algún agujero de pequeñas dimensiones pero con algo más de profundidad y alguna formación endokárstica (es decir, espeleotemas subterráneos). E incluso, contamos con un par de minas entre los subterráneos más cercanos a la ciudad (son los 'agujeros' que más desarrollo tienen en la zona y los más cercanos a la capital) las cuales investigaremos en la siguiente entrada.

Aquí no están todos los que son, pero son todos los que están.

Donde más de estas 'covachas' hay es en la Hoz del Río Júcar, en la margen derecha del río (según el sentido de las aguas). En este lado tenemos la Cueva de San Julián el Tranquilo (que no aparece aquí), otro gran abrigo rocoso que hay justo encima de ella, otra pequeña cueva encima de la Playa Artificial y otras dos más adelante, más o menos a la altura del kilómetro 4 de la carretera CM-2105 que discurre junto al río Júcar. En la margen izquierda del Júcar visitaremos la Cueva del Sombrero. Aquí también investigué dos grandes covachas de las que no tengo imágenes.

Para preparar esta entrada, he seleccionado tres cuevas en la Hoz del Huécar, aunque he obviado la conocida Cueva de la Zarza (de la que solo mostraré un par de imágenes desde lejos) y una de las que he incluido se encuentra ya en la población de Palomera (la Cueva del Moro) a 9 kilómetros de Cuenca.

También he incluido dos covachas situadas en la Sierra del Bosque (el cerro donde se encuentran los restos del antiguo telégrafo).

Pues bien, vamos a lo que vamos. Empezaremos con éstas dos últimas covachas.

Para comenzar, vamos cerca de Cuenca capital. Nos desplazamos a la parte Oeste de la ciudad. En sus afueras. A la llamada (según los mapas) Sierra del Bosque. Llamada comúnmente en Cuenca, 'el cerro del telégrafo', lugar donde se ve la antigua torre del telégrafo.

Desde el tramo de carretera nacional N-320 que discurre a los pies de esta pequeña sierra, se ven, llegando casi al viaducto que precede a la rotonda de Albaladejito, dos abrigos a unos 60-70 metros de altura sobre la calzada, a la izquierda. Y, hasta allí que me fui una tarde...

Subiendo por un barranco seco, llegué a las cercanías del primer abrigo. Desde ahí hice una foto mirando hacia la ciudad, que se ve al fondo:


Panorámica de las vistas que hay poco antes de llegar a estos dos abrigos de roca.


Al llegar al abrigo, uno no se encuentra con gran cosa... esto es lo que hay:

Primer abrigo de la Sierra del Bosque (cerro del Telégrafo)

Y, ya que el otro abrigo estaba bastante cerca, me acerqué a verlo. Aunque, visto éste primero... no albergaba esperanza de encontrar algo que ahondase mucho más en aquel cerro.

Y así fue.

Foto desde el fondo del segundo abrigo de la Sierra del Bosque.

Pero bueno, las vistas desde las cercanías a los abrigos sí que merecieron la pena...

Panorámica desde las inmediaciones de los abrigos.

Dejo el mapa de la localización aproximada de este par de abrigos, sin gran interés:

Rodeada con un círculo aparece la zona aproximada donde se encuentran estas dos covachas.
Pulsar imagen para ampliar.

Seguiremos ahora por las covachas de la Hoz del Río Júcar.

Para comenzar por esta zona, explicaremos que la hoz está formada en 2 farallones. Lo aclaro: tenemos un farallón calizo de unos 30 a 50 metros de altura, que parte cercano al nivel del río Júcar (donde se encuentran un montón de sectores de escalada deportiva que atraen a miles de escaladores de toda España cada año. Junto a la carretera CM-2105) y sobre él hay un cinturón de bosque de anchura variable, sobre el que, a su vez, hay otro farallón de roca con menor altura. A los pies de éste segundo farallón es donde se desarrollan la gran mayoría de abrigos rocosos y pequeñas cavidades de esta zona.

Por si no me he explicado bien, os dejo éste vídeo donde podéis verlo más claramente:

En este vídeo se aprecian los dos farallones rocosos que componen gran parte de la Hoz del Júcar en sus inmediaciones a la ciudad de Cuenca.

A las covachas de esta zona, desde donde mejor se accede es desde la senda que sale frente al Recreo Peral (Juego de Bolos) y que nos conduce por el cinturón boscoso, sobre el primer farallón, hacia la Ermita de San Julián el Tranquilo (patrón de la ciudad). A ver, es desde donde mejor se accede, pero eso no quiere decir que hacerlo sea fácil...

Por ejemplo, para llegar a la primera covacha, situada encima de donde se encuentra el edificio de la 'Playa Artificial de Cuenca' hay que subir una cuesta empinadísima de tierra dura pero suelta, y luego lidiar con zarzas y espinos hasta poder llegar a su boca desde el camino que lleva a la Ermita de San Julián. Desconozco el nombre de esta pequeña cavidad, si es que lo tiene...

Os dejo un par de imágenes de Cuenca tomadas desde la senda que conduce a la ermita, antes de subir campo a través para llegar a la primera covacha:

Panorámica de la parte de Cuenca que se asoma a la Hoz del Júcar desde la parte alta del primer farallónde roca.

La otra orilla de la Hoz desde el camino que nos lleva a la ermita de San Julián (patrón de la ciudad).

Esta covacha a la que me dirigía, la había visto desde la carretera que sube al Castillo por la Ermita de San Isidro. La entrada es baja, pero se puede pasar sin tener que agacharse demasiado. Dejo aquí una foto desde dentro:

Boca de esta cueva vista desde el interior.

Nada más pasar, la cueva asciende un poco y hay una antesala donde se puede estar de pie. Después hay que agacharse ligeramente para pasar a una sala también donde se puede estar en pie. A la izquierda de la entrada hay una zona rebajada, probablemente por erosión del agua hace mucho tiempo. A la derecha, la cueva parece continuar un poco hacia el interior del farallón por una pequeña gatera que un poco más adelante se cierra. Dejo un vídeo de esta pequeña cavidad, internándome desde su boca.

Vídeo grabado mientras entraba a esta pequeña cueva.


Estuve merodeando después para ver si en las cercanías había algún otro agujero en la roca, pero no vi nada más.

En otra ocasión me fui a la Cueva de San Julián el Tranquilo, pero desde arriba, desde la loma de Casasola (al oeste del Júcar). A ver, no es la Cueva de San Julián propiamente dicha la que buscaba (ya que está vallada) sino un gran abrigo de roca situado en un espolón rocoso que se encuentra a unos 60 o 70 metros sobre ésta. Llegué a situarme justo encima, en lo alto del espolón, pero desde ahí no se podía bajar, de modo que otro día lo intenté desde la ermita de San Julián (desde abajo) ascendiendo campo a través hasta el abrigo rocoso, del cual, por desgracia, no tengo fotos. Este gran abrigo se ve bien desde la carretera de San Isidro, que conduce desde el Puente de Valdecabras hasta el Castillo. Es poco profundo y la luz llega hasta su fondo.

Después de ello, y siguiendo por la misma orilla del Júcar, fui a investigar un gran abrigo que se deja entrever entre los árboles pasado el punto kilométrico 4 de la carretera CM-2105. Y me llevé una sorpresa al descubrir otra cueva justo al lado.

Tras subir por una empinadísima cuesta y 'jabalinear' entre multitud de plantas con espinas, al llegar a la base del farallón rocoso de arriba, me topé con esto:

Boca de entrada a una cueva que no me esperaba encontrar.

Y claro... tuve que meterme, a ver qué había...

Tras la entrada, de techo bajo pero que permite pasar sin necesidad de arrastrarse, damos con una sala amplia y donde se puede estar cómodamente de pie. Hay una columna de piedra a la derecha de la entrada y alguna pequeña colada que indica que esta cueva, durante algún tiempo, fue activa y de sus techos manaba algo de agua. Desde el fondo de la sala, lo que se ve es más o menos esto (la foto está retocada con efecto HDR para resaltar las zonas oscuras, pero al parecer no salió con muy buena calidad...)

Panorámica desde el fondo de esta pequeña cueva.

Aquí hay otra imagen de la pequeña colada que se aprecia a la izquierda de la foto anterior.

Pequeña colada al fondo de la cueva.

También hice algún vídeo, como los siguientes, del interior de esta cueva que no esperaba encontrar:

Mosquitos, arañas, algún nido y poco más... lo de siempre.

Vídeo mostrando la morfología de esta cuevecilla.

Detalle de la pequeña columna que hay a la derecha de la entrada.


Tras echar una ojeada salí, y andando por la base del segundo piso de roca, accedí al abrigo que había venido a ver. Para llegar a él tuve que armarme de paciencia y pelear con un montón de plantas con espinas, otra vez.

Ésta es la imagen desde el lateral derecho de este amplio abrigo.

Gran abrigo.

Una imagen de la boca, desde su interior:

Aspecto de la boca desde el fondo del abrigo.

Y una panorámica en HDR desde el fondo:

Panorámica desde el fondo, con efecto HDR.

Aquí, en el fondo del abrigo había un par de gours (una especie de pilones naturales donde se estancaba el agua). A la derecha del abrigo había restos de escorrentía, seguramente de hace mucho tiempo. Al comienzo de éste vídeo se aprecia la erosión provocada por agua que debía salir de ese rincón, ahora cegado:

Vídeo desde el rincón derecho de este abrigo.

También eran curiosas las raíces que recorren el suelo del abrigo. Para quien no lo sepa, las higueras, necesitan una gran cantidad de agua para crecer y dar sus frutos (algunas dan dos frutos cada temporada: las brevas en Junio y los higos en Agosto-Septiembre). Las raíces de las higueras son tremendamente fuertes, ya que remueven la tierra por donde se desarrollan. En su incansable búsqueda de agua incluso son capaces de partir grandes rocas si la raíz encuentra un resquicio por el que colarse y crecer. Se han encontrado raíces de higuera hasta cotas de 125 metros de profundidad en algunas cuevas y simas.

Aquí están las potentes raíces de la higuera que custodia la parte izquierda de esta covacha, internándose hasta las paredes del fondo de ésta en busca de humedad: 


Raíces de higuera hundiéndose en el fondo del abrigo para beber de la humedad que allí se almacena.

Ahora, pasaremos a la margen izquierda del río Júcar, a la altura donde parte el camino de la fuente de Martin Alaja. En el farallón rocoso donde se practica escalada, hay una curiosa cueva formada por un derrumbe de grandes bloques de caliza. A pesar de su corto desarrollo, ésta cueva si cuenta con nombre propio. Se llama: la Cueva del Sombrero.

Hay que subir por una empinada cuesta hasta ella, pero es la más evidente de las que se han mostrado hasta ahora, ya que, aunque su boca no se ve claramente, sí que se encuentra fácilmente debido al derrumbe de rocas que la formó. Ésta cueva se encuentra en la base del primer farallón, el más cercano al río.

En el último tramo hasta su boca hay que realizar una pequeña trepada, que no tiene dificultad. Dejo aquí un vídeo grabado desde la boca de entrada:

Vídeo desde la boca de entrada a esta cueva.

El interior es amplio y se puede estar de pie tranquilamente, pero no pasa de ser una sala irregular cuyo techo y paredes forman grandes bloques encajados. Dejo por aquí un vídeo de su interior:

Interior de la Cueva del Sombrero.

Y con esto, ya hemos visto unas cuantas covachas de la Hoz del Júcar... aunque también estuve en dos grandes abrigos de roca que se encuentran en el farallón superior de esta parte de la hoz, y que son fácilmente visibles desde el kilómetro 4 de la carretera CM-2105. Llegar a ellos fue un suplicio peligroso (ascendiendo por una empinada cuesta que resbala muchísimo) y no tenían gran cosa que ver, de modo que ni los fotografié... ni recomiendo a nadie intentar llegar a ellos.

Vamos a hacer un resumen de estas covachas y su localización aproximada en el siguiente mapa:

En color ocre está la primera covacha que hemos visto (encima de la Playa Artificial).
En color verde está el abrigo que hay sobre la Cueva de San Julián 'el Tranquilo' (del cual no hice fotos).
En color amarillo la cueva que descubrí buscando el abrigo que hay a su lado (km. 4 de la carretera).
En azul los dos grandes abrigos de roca a los que es difícil y peligroso llegar (de los que no hice fotos).
En rojo, la Cueva del Sombrero.

Y ahora, vamos a la Hoz del Río Huécar. Como dijimos al principio de esta entrada, he seleccionado tres cuevas de esta zona, aunque éstas ya no están tan cercanas a Cuenca capital. Ni son abrigos rocosos, sino que se adentran un poquito más bajo tierra.

Estas 3 cuevas sí que tienen nombres. Son: la Cueva del Agua, la Cueva de la Arena (ambas en el cruce de Palomera, en el kilómetro 6 de la carretera CU-V-9144) y la Cueva del Moro (ya en el término municipal de Palomera).

Las dos primeras no son conocidas apenas. Padre Errante nos habló de ellas, y de la época de sus inicios en la espeleología cuando subía con 15 años, hasta allí andando junto a unos cuantos amigos para entrar por primera vez en el apasionante mundo subterráneo.

No son nada fáciles de encontrar, ya que están situadas en la base del segundo farallón rocoso (ésta hoz es como la del Júcar, con dos niveles de roca: uno junto a la carretera y otro unos 30 -40 metros más arriba) en una cuesta empinada donde la maleza las oculta.

La Cueva del Agua nos costó encontrarla. Tanto que, menos mal que Padre Errante nos sacó las castañas del fuego. Cuando le dijimos que íbamos a buscarla, sin decirnos nada se fue con su coche al cerro de enfrente y, con unos prismáticos, nos observó. Cuando vio que no dábamos con ella, nos llamó al móvil para ir indicándonos sobre la marcha hacia dónde nos teníamos que mover para encontrarla, y al poco ya estábamos en la pequeña boca de esta curiosa cueva, a la que hemos vuelto un alguna vez más desde entonces.

La primera vez fuimos Hermano Errante y yo. Había nieve aquella tarde, y subir por la ladera era muy delicado. Tras seguir las indicaciones de Padre Errante llegamos hasta la boca de entrada y nos metimos, a ver qué se ocultaba ahí. Y lo que se ocultaba, era una sala de techo bajo (de 1,50 m de altura aproximada) con un charco que rodeaba una pequeña isla con 3 columnas calizas más o menos situadas en el centro de ésta. Bueno, mejor mirad las fotos, que se explican mejor que yo:

Sala principal de la Cueva del Agua.

Otra toma de las sala principal.

Hermano Errante junto a las columnas de la sala principal.

A la izquierda de la entrada había más charcos con agua, algunas columnas y tonos extraños en algunas rocas.

Zona encharcada junto a la entrada.

Más pequeñas columnas y agua.

Agua clara y colores curiosos en las rocas que forman esta cueva.

También tengo un vídeo de esta zona, a la izquierda de la entrada:

Primera parte de la Cueva del Agua.


A la izquierda de las columnas del centro de la sala (pasada la zona del vídeo anterior), hay un paso estrecho seco. Al final de él, un pozo al que se podía llegar andando también sobre el charco por la sala principal.

Hermano Errante se metió en ese pozo para ver adónde llevaba.

Paso estrecho por donde se puede esquivar el agua de la sala principal.

Foto que me hizo Hermano Errante desde el pozo donde acaba esta pequeña cavidad.

Hermano Errante saliendo del pozo final y vista de la cueva desde el fondo.


Otras vistas desde el fondo de la cueva son éstas:

Esta vez, parece que había menos agua...

Otro vídeo desde el fondo de la sala principal.


Ésta última imagen es de la segunda visita que hicimos a este lugar, ésta vez con Edu (de Fotoespeleo QNK) para hacer un par de fotos de esta cavidad y darnos otra vuelta por ella.

Preparando las fotos.


Yo hice un time-lapse de la sesión de fotos desde el fondo de la cueva:

Time-lapse durante la sesión de fotos.

Y el impresionante resultado de las fotos de Edu, fue el siguiente:

Foto hecha con un solo flash y aprovechando la escasa luz natural que entra por la boca de la cueva.
Hermano Errante al fondo como modelo.

Foto hecha con la iluminación de los flashes. Edu y Hermano Errante como modelos.

Sí que dio juego esta Cueva del Agua. Mucho más que su vecina. Su antítesis: la Cueva de la Arena. Y es que, los que pusieron nombre a estas dos cuevas, se lo curraron un montón (sarcasmo). La Cueva del Agua suele tener agua. ¿Y la Cueva de la Arena?


Evidente, ¿no? ¡Un montón de arena!

Parece mentira que estén tan cerca la una de la otra (unos 80 metros) y que sean tan parecidas, pero diferentes. La Cueva de la Arena se encuentra a la misma altitud que la del Agua (aproximadamente) pero bajo un farallón de poca altura. La entrada es baja, pero el interior formado por una única sala, es más alto que el de su vecina. Aquí se puede estar de pie, sobre una 'playa subterránea' de fina arena.

Hice un intento de fotografía panorámica en su interior, aunque con la luz del frontal moviéndose no es fácil cazar bien la escena. Pero bueno, se distingue más o menos la morfología de la sala de esta cueva...

Panorámica, algo borrosa, de la Cueva de la Arena.

Ésta cueva es totalmente fósil, al contrario que su vecina, pero en el techo presenta formaciones de tiempos muy remotos:

Formaciones fósiles de la Cueva de la Arena.

No tiene mucho más que señalar... salvo que, hay un buen montón de arena metido ahí dentro...


Dejo esta última foto de la boca de entrada desde el interior:

Boca de la Cueva de la Arena desde dentro.

Aquí dejo un mapa donde señala, aproximadamente, la localización de estas dos cuevas.

El punto azul representa la Cueva del Agua, y el punto marrón un poco más arriba, la Cueva de la Arena.

Vamos ahora con la más alejada de Cuenca de las que he incluido en esta entrada. Ésta cueva es muy conocida, y es fácil llegar a ella. Viene señalada en el mapa y, lo único que hay que hacer es seguir el camino que, pasando junto al cementerio de Palomera, discurre en dirección contraria a las aguas del Río Huécar por su orilla, hacia el lugar de su nacimiento. Tras cruzar un puente y subir una rampa, el camino se desvía a la derecha hacia un gran abrigo de roca el cual, presenta una abertura en su base. Ésta es la entrada a la Cueva del Moro, en Palomera:

Entrada a la Cueva del Moro, en Palomera.

La entrada es amplia, y se puede pasar de pie. Su interior, es curioso, ya que una alta diaclasa parte el techo en 2, formando una bóveda de curiosa forma. Es como si estuviésemos dentro de la cáscara de una almendra puesta de lado o un barco puesto al revés, con la parte más afilada a la derecha de la entrada, donde hay un estrechamiento que se cierra a los pocos metros. A la izquierda hay restos de gours, por donde el agua debía fluir hace mucho tiempo y el techo está más alto. El suelo de la entrada que recibe algún rayo solar es verdoso por el musgo, está muy plano y compacto (por el paso de la gente) y el ambiente es muy fresco en su interior.

Suelo verdoso, con musgo muy fino creciendo en él.

Ahí ando yo, como referencia para tener una idea de la altura y dimensiones de esta sala.

Cada vez que he ido a ella (que han sido muchas) me he preguntado cómo se pudo formar esta cueva con su curiosa morfología y sus grandes dimensiones interiores. Y, la última vez creí verlo claro. La diaclasa, en sentido paralelo al plano de la pared exterior de la cueva, se fue ensanchando y desprendiendo materiales, mientras se formaba una bóveda. Estos materiales fueron retirados por la gente hace mucho tiempo y por eso el suelo es completamente plano. Aunque, son conjeturas mías...

Atardecer desde la entrada a la Cueva del Moro.



Aquí está esta cavidad situada sobre un mapa:

Cueva del Moro (aunque en el mapa sale en plural...) al Este de Palomera.

Alguien dirá, que me he pasado por alto una de las cuevas cercanas a la capital más grandes y conocidas... pero, por eso mismo, he decidido obviarla. Se trata de la Cueva de la Zarza, de la cual sólo mostraré dos imágenes tomadas desde lejos, ya que se trata de un lugar de muy fácil acceso y, que doy por descontado que conoce bastante gente de la ciudad.

La Cueva de la Zarza vista desde el camino que sube al Cerro de San Cristóbal (cerro de las antenas).

A pesar del aspecto, consiste en una visera de roca de unos 35 metros de largo con un fondo de 7 u 8 metros.

Y, con esto ya os he mostrado unas cuantas cuevas y covachas cercanas a Cuenca, a las que, no hace falta llevar equipo especializado para entrar a curiosear, eso sí, dejando todo al irnos tal y como estaba, o mejor.

En esta entrada iba a incluir dos minas abandonadas muy cercanas a la ciudad, pero he pensado que se iba a alargar mucho la cosa y he decidido que formarán la próxima entrada de este blog, ya que bien merecen una mención aparte.

¡Hasta entonces, errantes!

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