viernes, 21 de junio de 2019

Sima del Tío Seis Dedos, en Tragacete

Volvemos con otra aventura subterránea, cada vez profundizando un poco más en cada sima que visitamos. 

En esta ocasión, el sábado pasado, Hermano Errante y yo nos presentamos en la boca de la Sima del Tío Seis Dedos, cercana a la localidad de Tragacete, con el objetivo de descender los 78 metros de esta cavidad que consta de dos pozos: uno de entrada de 20 metros, y otro de 50 metros. Si bien, según la crónica de la reequipación que hizo el Grupo Espeleológico Viana en 2015, puede que esté mal medido y el pozo inferior, al que se le otorgaban 50 metros de desnivel, quizá tenga algún metro más (dicen que debe rondar los 60, así que hay que tenerlo en cuenta al preparar las cuerdas para llevar a esta cavidad), ya que con la cuerda que llevaban no les cuadraba esa cifra de 50. Están pendientes de re-topografiar la sima para medirla mejor, pero vamos, que ronda los 80 u 80 y pocos metros de desnivel total desde la boca de entrada. En esta entrada me referiré a este pozo como "el pozo de 50" aunque tenga más metros de los reflejados en la topografía.

Esta sima se encuentra a un lado del camino que pasa por la puerta del Refugio de la Alconera y sigue hacia el Norte hasta el Vasallo de Tragacete (donde hay un área recreativa). Se puede llegar hasta ella sin tener que depender de un todoterreno, ya que el camino está aceptable para llevar un turismo (aunque se acaba bastante harto de ir a 30 kilómetros por hora esquivando baches constantemente...). La sima se sitúa en el llamado Barranco de Cuenca, y sale indicada en el mapa de IGN, como se muestra en la siguiente imagen (aunque no sale indicado el nombre):



Aquí está el mapa con un cuadrado rojo señalando la boca de esta sima. Al sur queda el refugio de la Alconera.
Pulsar para ampliar.

Pues bien, una vez tenemos el coche aparcado, nos ponemos todo el material y nos dirigimos a la boca de entrada, un pozo de 20 metros con mucho musgo y una miríada de mosquitos a refugio del calor.

Hermano Errante monta la cuerda de seguro de 50 metros a una roca con dos anclajes. Desde ahí, ya asegurado, se va acercando a la vertical de entrada, re-asegurando con una cinta la cuerda a un pino que hay cerca de la boca. De ahí, ya se empieza a bajar hacia la vertical, donde se anuda la cuerda en "Y" a dos anclajes que se encuentran en la repisa de entrada. Este primer pozo se baja en volado y del tirón, sin pasar fraccionamientos.

Ya está montada la cabecera. Mi turno para empezar a bajar.

Una vez baja, meto la cuerda por mi descensor y le sigo. Los mosquitos son un incordio, y deseamos pasar este tramo lo más rápido posible. Una vez abajo, grabo este vídeo del pozo de entrada:

Pozo de 20 metros que da entrada a la Sima del Tío Seis Dedos.



Tras este primer pozo, tenemos que montar un pasamanos de aproximación a la cabecera del pozo de 50 metros que nos llevará al fondo de la sima.

Aquí dejo un par de vídeos de Hermano Errante currándose el pasamanos con la misma cuerda con la que habíamos bajado el primer pozo. Hay alguna pequeña estalactita, formaciones conocidas como 'dientes de perro' y bastantes mosquitos aún...


Montando el pasamanos de aproximación.


Espeleotemas de esta primera parte de la sima. Los llamados "dientes de perro" junto con algunas estalactitas.

Aquí hay otro vídeo de Hermano Errante terminando de montar el pasamanos al que hay que asegurarse para poder alcanzar la cabecera del pozo, que se ancla en 'Y' al techo.



Cabecera del P-50.


Para bajar este pozo, montamos la cuerda de 80 metros que tenemos, y la re-aseguramos al último anclaje del pasamanos para que, en el improbable caso de que saltasen los dos anclajes del techo, siguiéramos asegurados y no cayésemos al vacío (más adelante se ve el montaje ya terminado en otro vídeo).

Hermano Errante baja. Es una tirada larga (de 35 metros, más o menos la altura del Puente de San Pablo), con lo cual tengo que esperar un buen rato hasta que llega al primer punto donde hay que fraccionar. Se pasa de largo el anclaje, y unos 8 metros más abajo se da cuenta. Cambia los cacharros para subir esos 8 metros, ancla la cuerda a ese fraccionamiento para evitar que roce, y me grita "¡Libre!" para que yo comience a bajar ese tramo de cuerda hasta el fraccionamiento.

A pesar de no bajar muy rápido, el descensor coge bastante temperatura debido al roce con la cuerda.

La última sima que hicimos (entrada anterior) se desarrollaba en una grieta, y la sensación de estar pendiendo sobre el vacío no es tan grande como en esta sima del Tío Seis Dedos, donde la anchura y la profundidad del pozo sobrecogen y hacen que bajes más tenso. Aquí vas bajando 'en volado', es decir, lejos de las paredes, hasta el tramo donde se fracciona por primera vez, donde hay un pequeño estrechamiento tras pasar por una repisa de calcita. Mientras vas bajando ves coladas impolutas y brillantes cubriendo las paredes.

Pasado este fraccionamiento, hay que bajar otra tirada hasta el siguiente. Aquí, he de añadir que la instalación está en muy buen estado y montada en lugares bien escogidos. Nosotros solo fraccionamos este pozo dos veces, para evitar roces, pero hay otros dos fraccionamientos que son opcionales. Estos fraccionamientos opcionales se pueden usar al bajar mucha gente, para agilizar la progresión, pero en realidad fueron concebidos para evitar mojarse, pues esta sima es bastante húmeda durante todo el año, y en la parte final hay un chorreo de agua constante. Nosotros íbamos un poco justos de mosquetones para los fraccionamientos, así que, desde un principio teníamos pensado saltarnos esos fraccionamientos opcionales aunque acabásemos mojados luego mientras salíamos. Si bien es verdad, que luego no nos mojamos tanto...

Bueno, pues tras pasar el último fraccionamiento me reúno con Hermano Errante en la base del pozo. Ya hemos llegado al final. Ésta sima no tiene recorrido horizontal. Una vez se llega abajo, se ve lo que muestra el siguiente vídeo...


Vídeo del fondo de la sima, donde muere abruptamente en una fisura por la que se filtra el agua del constante goteo.


Y otra vez para arriba. Ahora toca paliza...


Subo yo primero, y Hermano Errante se queda esperando a que pase el primer fraccionamiento para seguirme e ir desmontando la instalación (recogiendo los mosquetones que hemos ido poniendo, deshaciendo los nudos de la cuerda y guardándola en la saca). Le doy el 'libre' tras pasarlo y sigo.

La subida, al ser tiradas largas, se hace eterna, pero poco a poco, palmo a palmo, vamos ascendiendo metros. Si bien es verdad que al empezar a subir la cuerda 'chiclea' (rebota) mucho y parece que no se avanza casi, pero luego ya te ves colgado de la cuerda en medio de un vacío del que no ves ni el fondo ni la salida, y te das cuenta de que sí has avanzado, sí. También lo indican los músculos, que se van cargando un poquito a cada 'pedalada' que damos para ascender.

Durante el ascenso vamos gritándonos tonterías de vez en cuando, silbando, tarareando alguna canción o hablando cada uno consigo mismo... éstas son técnicas para quitarte presión de encima. Para olvidarte de que estás colgado de una cuerda de la que depende tu vida, y que si algo fallase, seguramente no saldrías vivo de aquel sitio. Distraemos la mente del miedo, pues el miedo no es buen compañero en estos viajes. Y además, nos echamos unas risas.

Tras un buen rato ascendiendo, me planto en la cabecera del pozo de 50 metros (más bien 60, como dijimos al principio de la entrada que aseguraban los del Grupo Viana... yo les creo), con este careto: 


Quizá éste sea uno de esos momentos en los que piensas fugazmente: "¿Para qué cojones me habré metido yo aquí?",
pero luego quieres más...

Ya me he quitado de en medio la parte más cansada de esto. Me anclo al pasamanos y espero a Hermano Errante mientras grabo algunos vídeos, como éstos:


Informe de situación, ya anclado al pasamanos.


Aquí, grabando cosas y diciendo tonterías, mientras mi hermano sube...

Hasta que veo la luz de Hermano Errante que ya se acerca a la cabecera:


Hermano Errante llega a la cabecera del pozo.

Cambiamos de saca en la rampa que da acceso al pozo de salida. Ahora voy a subir yo el tramo de 20 metros de salida cargado con la saca que lleva la cuerda de 80 metros que hemos usado en el pozo de 50, y Hermano Errante va a desmontar el pasamanos y ensacar la cuerda de 50 metros en la otra saca mientras asciende este pozo de salida.


Pozo de salida. Recuerda, por la forma y el abundante musgo, al de la Sima de las Palomas.

Subo, me peleo con los mosquitos de nuevo en la cabecera del pozo de entrada, y salgo al exterior, donde grabo este par de vídeos mientras Hermano Errante sube:


Informe de situación, ya en el exterior.


Hermano Errante sube desmontando la cabecera del pozo de entrada.

¡Y, ya está! Hemos bajado a 80 metros bajo la superficie y hemos vuelto para poder mostrar en esta entrada la Sima del Tío Seis Dedos (aunque, en realidad, lo hacemos por diversión, y no por el blog).

Otra más para apuntar en la lista.


Nos hacemos el, ya típico, selfie post-espeleo:


Selfie post-cavernadrio de los Hermanos Errantes.


Y vuelta al coche... que por una vez, está a un paso de la boca de la cavidad.

La topografía se puede encontrar en la página del Grupo Espeleológico Viana, quien la reeditó (dejo aquí el enlace). La original es del año 1979 y la llevó a cabo el desaparecido Grupo Espelelógico conquense ONZA.


También, como vengo haciendo últimamente, he subido un vídeo a YouTube con todos los vídeos que hay repartidos por esta entrada. Podéis verlo en este enlace:

https://www.youtube.com/watch?v=_QrKvPuBMps&feature=youtu.be

Y para la siguiente, ya tenemos echado el ojo a otra sima cercana a ésta, la del Bancal de la Nevera, que próximamente será protagonista de alguna entrada de este blog...

¡Hasta entonces, lectores errantes!

martes, 11 de junio de 2019

La Sima del Tío Feliciano, en la Muela de la Madera

¡Hola gente! Aquí estamos de vuelta, con otra visita a las profundidades de nuestra sierra. Más concretamente en las profundidades de la Muela de la Madera, en la Sima del Tío Feliciano. Tras enterarnos de que la Federación Castellano Manchega de Espeleología y Cañones (la FCME) había reequipado recientemente esta sima, y sabiendo que con la cuerda de 80 metros que tenemos era suficiente, Hermano Errante y un servidor, nos fuimos hasta ella el pasado sábado 25 de mayo.

¿Queréis ver lo que esconde?

En esta entrada usaré vídeos cortos, más que fotos, y al final dejaré un enlace a Youtube donde he subido el vídeo completo montado con todos los vídeos que tenéis aquí. ¿Vale? ¡Al lío!

Esta sima sale marcada en los mapas del IGN, al norte de la Muela de la Madera (aunque con un error de unos 60 metros), y hurgando un poco por internet se consiguen las indicaciones para llegar a ella sin grandes dificultades.

Aparcamos el coche donde buenamente podemos y cargamos con todo el material necesario hasta el afloramiento rocoso donde se abre la boca de esta sima. En la cabecera hay una chapa metálica con la fecha de la exploración y topografía de esta cavidad, que fue realizada por la Asociación Espeleológica Conquense LOBETUM allá por el año 1984.

Dejo aquí un vídeo de la boca de la sima:


Vídeo de la boca de la sima y de la placa que dejaron allí los exploradores de LOBETUM


Tras montar Hermano Errante una cuerda de seguro (¡cómo no! yo soy un vago para esas cosas, y además, me fío más de él que de mí...) y la cabecera del pozo de entrada, se va para abajo a montar el primer fraccionamiento. Entonces yo, meto la cuerda por mi descensor, pongo el shunt y voy bajando hacia la cabecera por a la cuerda de seguro. La entrada, como todas las entradas a estos sitios, está llena de mosquitos. Hay que pelearse con ellos.

Hermano Errante da el libre y baja por el tramo de cuerda que hay debajo del fraccionamiento que acaba de montar. Yo, voy cambiando los cacharros a la cuerda de la cabecera que él acaba de dejar libre y, al sacar mi cabo de anclaje, con un movimiento del pie que tengo apoyado en un lateral de la entrada arranco una laja de piedra, del tamaño de un móvil... mierda. Rápidamente grito: ¡Piedra! y Hermano Errante pega los brazos al cuerpo y encoge la cabeza. Esto es muy frecuente, y muy peligroso. Por suerte le ha rozado el brazo y no le ha dado de lleno. Tampoco había mucha distancia entre él y yo, ya que el primer fraccionamiento se encuentra unos 6 metros por debajo de la cabecera y él iría unos 2 por debajo de éste... pero estas cosas acojonan. Le pido perdón y le dejo más distancia, evitando también tocar nada durante mi bajada.

Bajo esos 6 metros que había bajado Hermano Errante antes de tirarle (involuntariamente) la piedra, y me cambio al siguiente fraccionamiento. Éste tiene 10 metros. Vamos todo el rato por una grieta. Bueno, exactamente es una diaclasa (una ruptura de la roca por distensiones y movimientos sufridos durante milenios) que sigue una dirección Norte-Sur y que baja en vertical (aunque con algunos resaltes por el camino) unos 56 metros. En esos 56 metros hay, tras la reequipación, 5 fraccionamientos. En el tercero, Hermano Errante deja una comba en la cuerda generosa para evitar pisar sobre una repisa con piedras sueltas que nos podrían ocasionar otro susto. Estamos a 25 metros de la boca.  A poco menos de la mitad del pozo, aunque no da sensación de vacío. Es angosto, una grieta con recovecos por todas partes.

Aquí esperando colgado mientras Hermano Errante, anclado ya por debajo del fraccionamiento, consulta la topografía, le hago esta foto:


Echando un vistazo a la topografía para ver dónde está el anclaje químico del siguiente fraccionamiento. 

Y este vídeo mientras empieza a bajar:


Esto es lo que se ve cuando llevas 25 metros descendidos.

Pasamos otro fraccionamiento y nos reunimos en otra repisa que hay antes de la última tirada hasta tocar el fondo. Aquí si se puede pisar el suelo sin miedo a apedrear al de abajo. Aprovecho y grabo este vídeo, de la zona más estrecha del descenso (aunque no se hace tan incómoda a la bajada...) antes de poner pie en el fondo del pozo de entrada.


Último fraccionamiento.

Después, bajo para reunirme con Hermano Errante en la base de la sima. Aunque, no es su cota de mayor profundidad...


Base del pozo de entrada. Comienza la 'zona horizontal'.

Lo que digo al principio del vídeo anterior de que es la 'zona horizontal' no es del todo cierto. En la base del pozo estás a 56 metros de la boca, pero desde aquí, al avanzar, en realidad vas bajando pequeños resaltes encajonado entre dos estrechas paredes de una altura impresionante. Estás en un estrecho pasillo de unos 45 - 50 centímetros de ancho. En el suelo hay fango y agua a partes casi iguales, pero seguimos avanzando:




Hasta un sitio donde se ensancha un poco la grieta, y hay una colada estrecha pero altísima. Dejo aquí el vídeo de este tramo, el más curioso de la cavidad:



Zona donde se abría un poco la grieta y había mayor goteo de agua, formando la colada que se ve en el vídeo.


La cosa sigue descendiendo poco a poco, pero hay un paso bajo que nos obligaría a arrastrarnos por esa agua fangosa y, pensando en que según la topografía esto no tira mucho más, decidimos no hacerlo y darnos la vuelta en este punto. Estamos a 60 y tantos metros bajo la boca de la sima. Esto baja aún más, pero no creemos que merezca la pena. Además, subir con todo el equipo embarrado por la cuerda, no mola.





Volvemos atrás, recogemos las sacas que hemos ido dejando por el camino, y esta vez asciende Hermano Errante esta primera tirada y me deja a mí la tarea de subir segundo ensacando la cuerda.

Sube, a trompicones por la grieta, que no da para avanzar mucho en cada 'patada' al pedal que va unido al 'puño'. La verdad, es que los puntos de anclaje de la reequipación están bien distribuidos, pero sí que tuvimos problemas en 2 o 3 anclajes para meter los mosquetones. Esos 2 o 3 anclajes químicos están demasiado ajustados a la roca. Por suerte, teníamos algunos mosquetones más 'finos' y pudimos bajar y subir sin problema. Con unos HMS, ni de coña.


Incómoda la subida hasta el primer fraccionamiento...


Hermano Errante luchando encajado en la subida.

Tras subir el primer tramo y ensacar la cuerda, adelanto a Hermano Errante en la repisa estable que hay, y comienzo a subir, fraccionamiento tras fraccionamiento hasta la superficie. Hermano Errante sube recogiendo los mosquetones, deshaciendo los nudos y ensacando la cuerda. Puedo decirlo bien alto: ¡mi hermano es un puto crack!





Hermano Errante ya en la cabecera de entrada.

Nos hacemos un selfie post-cavernario, de estos en los que siempre salimos horrendos… y nos quitamos todo el material.



Selfie post-cavernario.


Ahora toca andar un rato hacia el coche, discutir acerca de en qué dirección debíamos ir para encontrarlo (yo llevaba razón al final... ejem), guardar todo y volver a la civilización, cansados pero contentos. Muy contentos, a pesar de que esta sima no tuviese nada destacable... ¡Otra más para apuntarnos!

Os dejo por aquí el enlace al vídeo que he subido al Tubo, aprovechando que no había ninguno de esta cavidad: https://youtu.be/lI0Ah-RImm0 

Y, por último dejo por aquí la topografía con la posición de los anclajes tras la última reequipación (sacada de la web de FCME. Topografía retocada de la original de LOBETUM. Los anclajes salen marcados como puntos rojos), y ya con esto, ¡me despido hasta la siguiente!


Topografía sacada de la web de la FCME


¡Nos vemos!

lunes, 3 de junio de 2019

Descenso del Barranco de la Hociquilla (Barranco de Portilla)


Hoy traigo una de descenso de barrancos. Este barranco lo hemos descendido 2 veces, aproximadamente en la misma fecha (con diferencia de 3 o 4 días) pero en dos años diferentes: 2018 y este 2019. Voy a ir intercalando fotos de un año y de otro durante la entrada. Las fotografías de un año y de otro se pueden diferenciar bien ya que, en 2018 alquilamos los neoprenos a una empresa de aventura de Cuenca, e íbamos todos iguales (neopreno oscuro), pero en 2019 cuando volvimos al barranco ya teníamos nuestros propios neoprenos (comprados de segunda mano a otra empresa de aventura de Cuenca) que son de color negro y naranja.

También se diferencian las fotos de un año con las del otro por el caudal que llevaba el barranco, bastante más bajo en 2018 que este año para las mismas fechas.

Hay que decir que este barranco es muy transitado por grupos organizados dirigidos por empresas multiaventura, aunque nosotros fuimos por nuestra cuenta en ambas ocasiones (sin guía. Hizo de guía Hermano Errante, que ya había hecho un barranco con anterioridad) sin duda, si no se tiene experiencia en estas lides, lo mejor es contratar un monitor para que nos enseñe los métodos de descenso y las maniobras a realizar para avanzar por el barranco.  Como nosotros somos muy aventureros (y tenemos material propio), preferimos ir a nuestra marcha... pero hay multitud de empresas que ofertan éste y otros descensos de la provincia de Cuenca.

Este descenso no tiene dificultad, siempre y cuando no vaya con un caudal muy alto, lo cual es complicado, ya que este barranco desagua en pocas horas. Aun así se le concede una valoración de dificultad V2 A2 III, lo cual quiere decir:

              - V: Es la valoración de la verticalidad del barranco en función de la altura media de sus rápeles y el agua que cae por ellos. El grado máximo es 7. Según la escala oficial, en el caso de este barranco, un grado 2 indica que es un descenso fácil, con presencia de rápeles de acceso y ejecución fáciles, inferiores a 10 metros, o destrepes poco expuestos. Un grado 7, es un barranco con verticales con caudal muy fuerte, cascadas muy consistentes que obligan a una extrema precaución en la gestión de todos los movimientos durante el descenso, escaladas o destrepes de grado 6a o superior, visibilidad limitada y obstáculos, movimientos de aguas al final de los rápeles y pasos en apnea (sifones).

              -A: Es la valoración acuática del barranco, es decir, la dificultad que le otorga el nivel de agua al barranco. Un barranco donde se realizan todos los rápeles por la cascada (lo que se suele evitar al montar las instalaciones) y además incluya movimientos de aguas (remolinos, drossages, sifones, etc..) tendrá un grado alto; en cambio un barranco habitualmente seco no tendrá apenas. El grado máximo es 7 también. El grado 2 de este barranco de la Hociquilla nos dice que puede haber tramos de natación en aguas calmas inferiores a 10 metros de longitud, saltos inferiores a 3 metros y toboganes cortos o de poca pendiente. Poca agua, vamos.

              - Compromiso y envergadura: Aquí la graduación se realiza en números romanos, y va del I al VI para describir el nivel de compromiso, que viene dado por la dificultad de escape del barranco en caso de crecida; y el nivel de envergadura, donde se cuantifica la duración del recorrido. Por poner 2 ejemplos: el grado III de este descenso del que trata la entrada, supone que el entorno del barranco posibilita el escape de una crecida en un máximo de 30 minutos, que existen escapatorias (salidas del barranco a terreno seco) en 1 hora como máximo de recorrido y el tiempo total de recorrido (entre aproximación, recorrido del barranco y vuelta al coche) oscila entre las 4 y las 8 horas (en este caso es menos). Para que os hagáis una idea, el grado VI en este aspecto nos hablaría de un barranco donde la posibilidad de ponerse a salvo de una crecida supone más de 2 horas de recorrido, donde las escapatorias del barranco suponen más de 4 horas de recorrido y el tiempo total de recorrido del barranco es de más de 2 días (los franceses han abierto barrancos en el Himalaya con este nivel de compromiso y altos niveles vertical y acuático, imaginen cómo son...)


Mapa de acceso al barranco. Pasado el pueblo de Portilla, un camino que sigue dirección Norte hasta donde acaba (junto a un corral con ganado) será donde dejemos el coche. Está marcado en rojo. A partir de aquí, seguimos andando por una senda (marcada en amarillo) que nos adentra en el barranco.

Vamos a lo que vamos. Para quien no lo sepa, éste barranco se sitúa al norte de la población conquense de Portilla, y se accede a él por la senda que lo recorre en su parte baja (donde no hay rápeles y se puede caminar sin dificultad) de la ruta circular PR-Cu 30. Tras aparcar el coche en un camino que sale del pueblo en dirección norte, nos ponemos los neoprenos (tarea ardua e ingrata ésta...) y el material, y nos adentramos por dicha senda, la cual hay que transitar durante 20 - 30 minutos hasta llegar a un punto donde hay 2 tinadas colgadas sobre una roca tras un recodo de la senda, a mano izquierda (donde acaba el tramo de subida). Aquí comenzaremos el descenso del barranco, bajando a mano derecha hasta el cauce del arroyo.


Mapa aumentado con la aproximación por el sendero (marcada en amarillo) y el punto aproximado de acceso al barranco.
Senda de aproximación, ya con el equipo puesto.

Estrecho del Gollizno, que es la parte final encajonada de este barranco de la Hociquilla.

Mojamos las cuerdas, y Hermano Errante monta (en las dos ocasiones) un pasamanos de acceso al primer rápel (R1), que salva un desnivel de 6 metros.

Esperamos mientras Hermano Errante monta el pasamanos de acceso y el rápel.

Y nos comenzamos a deslizar por la cuerda:

Aquí voy en mi primer descenso de barrancos, en 2018.

Otra más conmigo colgando de una cuerda...

Ahí va Daviz (lo llamaré así porque es de Madriz), también en su primer barranco.

Llegando al suelo.

Ésta ya es de 2019. Ahí está Hugo gestionando el primer rápel, con un caudal más alegre.

Mi turno.

Primer rápel superado.

Ahí va hermano Errante con éste primero del descenso.

Y una vez abajo todos, recuperamos la cuerda, la ensacamos (la metemos en la saca, vamos...) y nos vamos para el siguiente, esta vez uno de 5 metros:

En 2018.

Ahí voy yo.

Este segundo rápel va alejado de la cascada.

Ahí va Daviz con este segundo rápel.

Otra foto de Daviz descendiendo.

Turno para Hermano Errante.

Encajonado.


Hugo bajando por éste segundo rápel. Ésta es de este año.




Salvado éste segundo rápel, caminamos un poco (tampoco mucho, pero los dos primeros van más seguidos) hacia otro rápel de 5 metros, con el acceso a la vertical un poco más complicada:

Fer, enfrentándose a éste tercer rápel.



Ahí va Daviz.



Mi turno.



Y por último Hermano Errante.



De 2019 tenemos ésta foto, con Hermano Errante atacando el rápel.



En éste tercer rápel, grabamos algún vídeo en la última visita. Por aquí lo dejo:

Pequeño vídeo con los descensos de Hugo y Lion de éste tercer rápel

Una vez salvado, andamos otro tramo, hasta llegar a la cabecera del rápel, a mi juicio, más bonito de este descenso. Éste consta de una vertical de 10 metros que te deja en la bellísima parte estrecha y encajonada de este barranco, conocida como Estrechos del Gollizno. Del año 2018 tengo todas estas fotos:

Ahí estoy yo en 2018.


Imagen de éste rápel desde abajo.

Hermano Errante

Daviz en acción.


Aquí está Jesús, que fue quien se trajo la cámara de la que han salido todas las fotos y vídeos de esta entrada. ¡Gracias Jesús!



Pero este 2019, en este mismo punto, lo que hicimos fue grabar vídeos y, aunque alguno (no sé quien los grabó... pero tiene delito, macho) no se entere de cómo funcionan las cámaras digitales (¡se graba en horizontal, coño!) he juntado los vídeos de éste rápel en uno solo. Echadle un ojo, que aquí se nota mucho la diferencia de caudal de un año con otro:

Aquí se ven, por orden: a Hermano Errante, a Lion, a Hugo (neopreno negro) a mí y a Charli.

Ya estamos en la zona de estrechos, donde el escape del barranco ya se hace casi imposible y no hay vuelta atrás. A partir de este punto, tienes que seguir sólo hacia delante, ya que las paredes que te rodean son muy altas y escarpadas. Aquí nos encontramos con otro bonito rápel de 10 metros, el quinto del día. Las siguientes fotos son del 2018:

Fer, en 2018.

Daviz.


Jesús.



Ésta es la única foto que tengo de este rápel de 2019:

Hugo bajando por éste rápel, en 2019, con bastante más caudal.

Porque en esta ocasión lo que grabamos fueron varios vídeos en este punto:

Vídeo del descenso de varios de nosotros por éste rápel. 



Este quinto rápel puede ser bastante peligroso cuando baja mucha agua, por ello, por su derecha hay montado un cable de acero sobre una repisa de roca que baja hasta el siguiente rápel, evitando por tanto éste. También, en la pared de la izquierda hay una instalación para montar un pasamanos bastante aéreo y montar la cabecera de éste rápel desde una zona más alta, convirtiéndolo en uno de 12 metros. Nosotros, lo bajamos por donde se hace usualmente, ya que el caudal iba en su punto.

Seguimos hacia el sexto rápel, al que se accede mediante un pasamanos montado en fijo. A ver, en realidad, son dos los pasamanos que hay montados en fijo, uno a cada lado del estrecho de roca en que nos encontramos, pero nosotros siempre hemos usado el mismo para aproximarnos a la cabecera de este rápel, de 12 metros:

Cuerda en fijo con pasamanos a la derecha. Este año a la izquierda había otra para aproximarse a la cabecera del rápel. Hermano Errante y Fer están ajustando la cuerda a la altura del rápel.

En 2018 hicimos las fotos de este rápel desde arriba, y éste es el resultado:

Fer.

Yo mismo.


Jesús.

Daviz.



Y en 2019 las hicimos desde abajo:
Jesús bajando éste rápel en 2019.


¡Allá voy!


Lion en faena.



Hugo bajando.
Llegamos a la parte más estrecha para salvar un pequeño rápel de 5 metros con instalación para montar un pasamanos recuperable y acercarnos con más seguridad a la vertical. En 2018 no recuerdo si montamos el pasamanos o no... dejo por aquí las fotos:

Fer en éste rápel.





Pero en 2019 sí que montamos el pasamanos, y me quedé yo a desmontarlo al bajar el último éste rápel. Los demás ya estaban por el siguiente, y último, que se trata de un resalte de 3 metros destrepable mediante una cuerda fija con nudos. Aquí no hay que montar cuerda.
En este tramo, en 2019 no hicimos ya fotos porque la batería de la cámara se estaba agotando, pero tengo ésta de 2018 con Hermano Errante bajando por el último obstáculo de este descenso:

Hermano Errante bajando los tres metros del último destrepe, que está montado con una cuerda fija.

Una vez finalizado, salimos a la senda por la que ascendimos al principio y volvemos a los coches. Fotos de grupo y, ¡a beberse un tercio!

El grupo que descendimos en 2018.

Y aquí los que lo descendimos al años siguiente. Jesús, Hermano Errante y yo estuvimos en ambos.
No he puesto la reseña de este barranco, pero buscando por internet no es nada difícil dar con ella. De todos modos, con dos cuerdas de 30 metros y conociendo las técnicas propias del descenso de cañones, este recorrido se muestra divertido y sin dificultades.

Y nada... con esto me despido, lectores errantes. ¡Hasta la próxima!