Volvemos con otra aventura subterránea, cada vez
profundizando un poco más en cada sima que visitamos.
En esta ocasión, el sábado pasado, Hermano Errante y yo nos presentamos en la boca de la Sima del Tío Seis Dedos, cercana a la localidad de Tragacete, con el objetivo de descender los 78 metros de esta cavidad que consta de dos pozos: uno de entrada de 20 metros, y otro de 50 metros. Si bien, según la crónica de la reequipación que hizo el Grupo Espeleológico Viana en 2015, puede que esté mal medido y el pozo inferior, al que se le otorgaban 50 metros de desnivel, quizá tenga algún metro más (dicen que debe rondar los 60, así que hay que tenerlo en cuenta al preparar las cuerdas para llevar a esta cavidad), ya que con la cuerda que llevaban no les cuadraba esa cifra de 50. Están pendientes de re-topografiar la sima para medirla mejor, pero vamos, que ronda los 80 u 80 y pocos metros de desnivel total desde la boca de entrada. En esta entrada me referiré a este pozo como "el pozo de 50" aunque tenga más metros de los reflejados en la topografía.
En esta ocasión, el sábado pasado, Hermano Errante y yo nos presentamos en la boca de la Sima del Tío Seis Dedos, cercana a la localidad de Tragacete, con el objetivo de descender los 78 metros de esta cavidad que consta de dos pozos: uno de entrada de 20 metros, y otro de 50 metros. Si bien, según la crónica de la reequipación que hizo el Grupo Espeleológico Viana en 2015, puede que esté mal medido y el pozo inferior, al que se le otorgaban 50 metros de desnivel, quizá tenga algún metro más (dicen que debe rondar los 60, así que hay que tenerlo en cuenta al preparar las cuerdas para llevar a esta cavidad), ya que con la cuerda que llevaban no les cuadraba esa cifra de 50. Están pendientes de re-topografiar la sima para medirla mejor, pero vamos, que ronda los 80 u 80 y pocos metros de desnivel total desde la boca de entrada. En esta entrada me referiré a este pozo como "el pozo de 50" aunque tenga más metros de los reflejados en la topografía.
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Aquí está el mapa con un cuadrado rojo señalando la boca de esta sima. Al sur queda el refugio de la Alconera. Pulsar para ampliar. |
Pues bien, una vez tenemos el coche aparcado, nos ponemos
todo el material y nos dirigimos a la boca de entrada, un pozo de 20 metros con
mucho musgo y una miríada de mosquitos a refugio del calor.
Ya está montada la cabecera. Mi turno para empezar a bajar.
Una vez baja, meto la cuerda por mi descensor y le sigo. Los mosquitos son un incordio, y deseamos pasar este tramo lo más rápido posible. Una vez abajo, grabo este vídeo del pozo de entrada:
Pozo de 20 metros que da entrada a la Sima del Tío Seis Dedos.
Tras este primer pozo, tenemos que montar un pasamanos de
aproximación a la cabecera del pozo de 50 metros que nos llevará al fondo de la
sima.
Aquí dejo un par de vídeos de Hermano Errante currándose el pasamanos con la misma cuerda con la que habíamos bajado el primer pozo. Hay alguna pequeña estalactita, formaciones conocidas como 'dientes de perro' y bastantes mosquitos aún...
Montando el pasamanos de aproximación.
Espeleotemas de esta primera parte de la sima. Los llamados "dientes de perro" junto con algunas estalactitas.
Aquí hay otro vídeo de Hermano Errante terminando de montar el pasamanos al que hay que asegurarse para poder alcanzar la cabecera del pozo, que se ancla en 'Y' al techo.
Cabecera del P-50.
Para bajar este pozo, montamos la cuerda de 80 metros que
tenemos, y la re-aseguramos al último anclaje del pasamanos para que, en el
improbable caso de que saltasen los dos anclajes del techo, siguiéramos
asegurados y no cayésemos al vacío (más adelante se ve el montaje ya terminado en otro vídeo).
Hermano Errante baja. Es una tirada larga (de 35 metros, más
o menos la altura del Puente de San Pablo), con lo cual tengo que esperar un
buen rato hasta que llega al primer punto donde hay que fraccionar. Se pasa de largo
el anclaje, y unos 8 metros más abajo se da cuenta. Cambia los cacharros para
subir esos 8 metros, ancla la cuerda a ese fraccionamiento para evitar que roce, y
me grita "¡Libre!" para que yo comience a bajar ese tramo de cuerda
hasta el fraccionamiento.
A pesar de no bajar muy rápido, el descensor coge bastante temperatura debido al roce con la cuerda.
La última sima que hicimos (entrada anterior) se
desarrollaba en una grieta, y la sensación de estar pendiendo sobre el vacío no
es tan grande como en esta sima del Tío Seis Dedos, donde la anchura y la profundidad
del pozo sobrecogen y hacen que bajes más tenso. Aquí vas bajando 'en volado',
es decir, lejos de las paredes, hasta el tramo donde se fracciona por primera
vez, donde hay un pequeño estrechamiento tras pasar por una repisa de calcita. Mientras vas bajando ves coladas impolutas y brillantes cubriendo las paredes.
Pasado este fraccionamiento, hay que bajar otra tirada hasta
el siguiente. Aquí, he de añadir que la instalación está en muy
buen estado y montada en lugares bien escogidos. Nosotros solo fraccionamos
este pozo dos veces, para evitar roces, pero hay otros dos fraccionamientos que
son opcionales. Estos fraccionamientos opcionales se pueden usar al bajar mucha
gente, para agilizar la progresión, pero en realidad fueron concebidos para
evitar mojarse, pues esta sima es bastante húmeda durante todo el año, y en la
parte final hay un chorreo de agua constante. Nosotros íbamos un poco justos de
mosquetones para los fraccionamientos, así que, desde un principio teníamos
pensado saltarnos esos fraccionamientos opcionales aunque acabásemos mojados
luego mientras salíamos. Si bien es verdad, que luego no nos mojamos tanto...
Vídeo del fondo de la sima, donde muere abruptamente en una fisura por la que se filtra el agua del constante goteo.
Y otra vez para arriba. Ahora toca paliza...
Subo yo primero, y Hermano Errante se queda esperando a que
pase el primer fraccionamiento para seguirme e ir desmontando la instalación
(recogiendo los mosquetones que hemos ido poniendo, deshaciendo los nudos de la
cuerda y guardándola en la saca). Le doy el 'libre' tras pasarlo y sigo.
La subida, al ser tiradas largas, se hace eterna, pero poco
a poco, palmo a palmo, vamos ascendiendo metros. Si bien es verdad que al
empezar a subir la cuerda 'chiclea' (rebota) mucho y parece que no se avanza
casi, pero luego ya te ves colgado de la cuerda en medio de un vacío del que no
ves ni el fondo ni la salida, y te das cuenta de que sí has avanzado, sí.
También lo indican los músculos, que se van cargando un poquito a cada
'pedalada' que damos para ascender.
Durante el ascenso vamos gritándonos tonterías de vez en
cuando, silbando, tarareando alguna canción o hablando cada uno consigo
mismo... éstas son técnicas para quitarte presión de encima. Para olvidarte de
que estás colgado de una cuerda de la que depende tu vida, y que si algo
fallase, seguramente no saldrías vivo de aquel sitio. Distraemos la mente del
miedo, pues el miedo no es buen compañero en estos viajes. Y además, nos echamos unas risas.
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Quizá éste sea uno de esos momentos en los que piensas fugazmente: "¿Para qué cojones me habré metido yo aquí?", pero luego quieres más... |
Ya me he quitado de en medio la parte más cansada de esto. Me anclo al pasamanos y espero a Hermano Errante mientras grabo algunos vídeos, como éstos:
Informe de situación, ya anclado al pasamanos.
Aquí, grabando cosas y diciendo tonterías, mientras mi hermano sube...
Hasta que veo la luz de Hermano Errante que ya se acerca a la cabecera:
Hermano Errante llega a la cabecera del pozo.
Cambiamos de saca en la rampa que da acceso al pozo de salida. Ahora voy a subir yo el tramo de 20 metros de salida cargado con la saca que lleva la cuerda de 80 metros que hemos usado en el pozo de 50, y Hermano Errante va a desmontar el pasamanos y ensacar la cuerda de 50 metros en la otra saca mientras asciende este pozo de salida.
Pozo de salida. Recuerda, por la forma y el abundante musgo, al de la Sima de las Palomas.
Subo, me peleo con los mosquitos de nuevo en la cabecera del pozo de entrada, y salgo al exterior, donde grabo este par de vídeos mientras Hermano Errante sube:
Informe de situación, ya en el exterior.
Hermano Errante sube desmontando la cabecera del pozo de entrada.
¡Y, ya está! Hemos bajado a 80 metros bajo la superficie y hemos vuelto para poder mostrar en esta entrada la Sima del Tío Seis Dedos (aunque, en realidad, lo hacemos por diversión, y no por el blog).
Otra más para apuntar en la lista.
Nos hacemos el, ya típico, selfie post-espeleo:
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Selfie post-cavernadrio de los Hermanos Errantes. |
Y vuelta al coche... que por una vez, está a un paso de la boca de la cavidad.
También, como vengo haciendo últimamente, he subido un vídeo
a YouTube con todos los vídeos que hay repartidos por esta entrada. Podéis
verlo en este enlace:
https://www.youtube.com/watch?v=_QrKvPuBMps&feature=youtu.be
https://www.youtube.com/watch?v=_QrKvPuBMps&feature=youtu.be
Y para la siguiente, ya
tenemos echado el ojo a otra sima cercana a ésta, la del Bancal de la Nevera,
que próximamente será protagonista de alguna entrada de este blog...