jueves, 4 de abril de 2019

Cueva de Royo Malo – Primera parte: Sector A hasta el sifón Es Alar



Vamos con otra de cuevas, y es que últimamente estamos a tope bajando al subsuelo…


Boca de entrada a la Cueva de Royo Malo

Esta vez, vamos con una a la que le teníamos ganas, pero que habíamos ido dejando pendiente, más que nada debido a lo que nos habían contado sobre la dureza del avance por esta cavidad. Sí que es cansada, sobre todo para portear la saca… pero no tanto como nos habían hecho creer. Vamos con los antecedentes…

Esta cueva de Royo Malo se haya enclavada en el llamado Barranco Malo (de ahí el nombre poco acogedor que tiene) que queda a la izquierda poco después de pasar la zona recreativa de la Fuente del Cayo, a orillas del río Escabas entre las localidades de Fuertescusa y Poyatos (cerca ya del cruce de este último municipio). Según el gran libro “Cuevas de España” del gran Carlos Puch, hay noticias, no confirmadas, de que las primeras exploraciones en esta cavidad fueron llevadas a cabo por grupos espeleológicos de Madrid allá por el año 1.969, y que en 1.972 el Grupo Espeleológico Esalar de Priego cogió el relevo, haciendo una primera topografía. Un par de años después el prestigioso grupo espeleológico madrileño SEII (Sección Espeleológica de Ingenieros Industriales) re-emprende el trabajo de topografía de la cueva, dando con un desarrollo en el año 1.979 de 2.767 metros de recorrido subterráneo. La última topografía, retocada por el Grupo Viana, le otorga un desarrollo total de 3.050 metros (si no me equivoco, es la quinta con más desarrollo de la provincia).
Esta cueva actúa como surgencia temporal de aguas, que van a parar al río Escabas. Vamos que, cuando llueve mucho, la cueva se llena hasta ‘reventar’ y comienza a drenar su agua al Barranco Malo.

El día que fuimos, lloviznaba, y eso hizo que acortásemos el recorrido planeado y nos contentásemos con recorrer todo el Sector A, hasta el sifón Es Alar, y dejar el resto para otra ocasión. Este sector es el eje vertebral en torno al que se desarrolló el resto de la cavidad.

Pues bien, el domingo pasado Hermano Errante y yo, estábamos ya en la boca de la cueva sobre las 10. El día estaba lluvioso, lo que nos hacía desconfiar… quizá algún paso sifonante tuviese demasiada agua y no podríamos avanzar… bueno, no pensemos en eso. Ya estamos aquí, una foto en la boca de la cueva, y al lío


De buen rollo a Royo Malo.


Con una sola saca (con comida, bastante agua, una brújula, una manta térmica, un mechero, una vela y reflectantes) nos fuimos para adentro, alternándonos para llevarla uno cada rato. En esta cueva es una verdadera tortura llevar la saca. Es el demonio de los espeleólogos. Es necesaria, pero llevarla por sitios estrechos y de techos bajos, como es el principio de esta cueva, se convierte en un auténtico martirio. Si te la pones en los hombros se engancha en el techo, si la llevas en la mano se te cansan los hombros. A la salida, ya vas lanzándola y dándole patadas. Maldiciéndola constantemente.

Al principio, cuando llevas avanzados unos 30 metros, a la izquierda sale una galería que lleva a el Sector C, y es que aquí hay que tener cuidado, pues es una cavidad bastante laberíntica. Consta de 4 sectores: el A con 800 metros de recorrido (el que hicimos en esta ocasión), el B con 630 metros, el C con 655 metros y el D con unos 700 metros de recorrido (datos del Grupo Espeleológico Viana de Guadalajara). Nosotros íbamos con la idea de hacer el Sector A, y si nos veíamos bien, el B también.

Os dejo un pequeño vídeo de Hermano Errante porteando la dichosa saca en los primeros pasos de esta cueva:


Hermano Errante porteando la saca. Entrando en el sifón temporal, con el techo bajo e incómodo de vadear


En el final de este vídeo ya se ve agua. Como decíamos, esta cueva actúa como surgencia de aguas, así que, cuando llueve mucho, esa zona se convierte en un sifón temporal. Es decir, un paso susceptible de convertirse en un sifón si el nivel de agua sube, ya que está por debajo del nivel de la galería principal. Si llueve mucho, se llena el conducto de agua, haciendo posible su paso únicamente mediante equipo de buceo especial para cuevas. Temíamos que estuviese alto, pero no había problema en pasarlo. Salvo por lo típico… que, hagas lo que hagas, se te llenan las botas de agua. Siempre. Da igual el cuidado que pongas. Es ley universal.

Tras este sifón temporal, seguimos por un corto tramo seco al que sigue otra zona con agua. Afortunadamente, este pequeño lago se puede evitar pasando por un tubo de presión (una pequeña galería circular con las paredes bastante lisas, erosionada por agua saliendo a presión durante las crecidas) que aparece en un lateral de la galería principal y te deja al final de esta zona de agua. Aunque, intentar esquivar el agua es difícil… una muestra


Hermano Errante saliendo del tubo de presión de nuevo a la galería principal.


Después de esto, van saliendo galerías a mano derecha que conectan con el Sector D. Donde lo creemos conveniente, colocamos un reflectante para no confundirnos a la salida. A la vuelta, por supuesto, los retiramos.

Avanzamos, aproximándonos ya a la Sala del Barco, cuyo acceso se hace por una gatera estrecha llena de bloques por el suelo. Hermano Errante me grabó saliendo de esa gatera para acceder a esta Sala del Barco, que es la más grande de la Cueva de Royo Malo (ver aclaración al final de la crónica, el último párrafo).


Gatera estrecha entre bloques. Muy incómoda de pasar, por cierto.


Cartel plastificado en la Sala del Barco. De todos modos, hay cosas que no habría ni que tener que recordar a la gente...
Esta sala tiene la sección semejante a una campana con un agujero en el techo del que cae agua constantemente. Se accede desde una zona más baja, se asciende por una zona de bloques y el techo hace como una bóveda alta. Para salir tienes que descender por el otro extremo a un paso estrecho parecido al de entrada. Este paso conduce a una zona llamada Lo Peor…


Bajando por el otro extremo de la Sala del Barco hacia Lo Peor.


Y Lo Peor, en verdad no es tan malo. Es una zona de techo bajo con bloques desprendidos del techo. Aún nos queda el Laminador del Parto… cuyo nombre avanza los esfuerzos que hay que hacer para pasarlo…

Después de Lo Peor, una zona cómoda llamada el Descanso que nos lleva a continuación mediante una gatera estrecha y sinuosa en leve ascenso entre bloques al a Sala de las Dolinas. Según el reloj, hemos tardado 45 minutos en llegar aquí. ¡No va nada mal!

Esta sala tiene la peculiaridad de tener dos grandes dolinas excavadas en la arcilla. Una dolina es una depresión cerrada, más o menos redondeada y de anchura generalmente superior a su profundidad. Aquí, hay un goteo constante del techo, que ha excavado dos enormes embudos en la arcilla. Dejo un vídeo de muestra, aunque el vaho hace que la muestra se vea algo borrosa…


Sala de las Dolinas.


Ahora venía lo bueno. Nos esperaba el Laminador del Parto. Aquí, el paso es tan bajo que hay que franquearlo sin el casco. Tienes que quitártelo y pasarlo por delante de ti en la mano, mientras reptas por una grieta en la que sientes la presión de la roca en tu pecho y espalda al mismo tiempo. Es interesante… jajaja.

Bueno, en verdad, por lo que nos habían contado lo habíamos imaginado más angustioso, pero nuestros 1,83 y 1,79 metros de estatura (Hermano Errante es el alto) no tuvieron problemas en este punto. Al contrario, nos dio ánimos el pasarlo tan sueltos (aunque tengo que reconocer que yo me hice daño en una costilla al apoyarla sobre una piedra del suelo que no tuve la precaución de quitar antes…). El suelo aquí es bastante liso y arenoso, y eso ayuda mucho.

Tras pasar grabé este vídeo, pero ya desde la pequeña sala que hay al otro lado…


Pequeño respiro tras el paso del Laminador del Parto, a la ida hacia el sifón.

A la vuelta, sí que grabé este otro vídeo de Hermano Errante gestionándose esta dificultad



Hermano Errante en el Laminador del Parto a la salida.


Tras el Laminador del Parto pasamos por el Salto del Caballo y llegamos al Rincón de las Excéntricas.

Hago esta foto a Hermano Errante


Hermano Errante posando ante unas de las pocas estalactitas que hay en este sector de la cueva.

Avanzamos un poco y… yo me quedo boquiabierto. La belleza de este rincón hace que merezca la pena el esfuerzo de llegar hasta aquí. Juzguen ustedes



Rincón de las Excéntricas, con formaciones muy pequeñas pero muy espectaculares y puras.


Y, seguimos para el sifón.

Después del Rincón de las Excéntricas a mano izquierda sale una galería colgada, a la que hay que trepar haciendo oposición con las piernas sobre el techo, y con la espalda arrastrando sobre arcilla. Aquí estamos haciendo trampas… a ver, estamos saliendo del Sector A de esta cueva y entrando temporalmente en el Sector B para esquivar una zona conflictiva: La Ratonera, zona con agua de sección estrecha que queríamos evitar. Por tanto subimos a esta galería colgada donde el suelo, tras salir de la arcilla de la rampa de entrada, era de arena fina.

Yo ya me había dado cuenta antes, pero ahora se confirmaba: éramos los primeros en volver a esta cueva desde después de las lluvias del año pasado. Todas las zonas de arena que habíamos recorrido hasta ahora no mostraban ni una sola huella de paso de gente y hasta este día en que decidimos ir, no había caído ni una gota en todo el invierno (y en verano poco) que hubiese hecho entrar en carga la cueva (llenarla de agua) y mover la arena, borrando las huellas anteriores. Si no fuese por las marcas de quemadura de carburo en algunas zonas de techo bajo y por las pintadas que indicaban los sectores, daba la impresión de estar descubriendo algo nuevo.

Tras pasar al sector B, había una gatera que no tenía nada que envidiar al Laminador del Parto, aunque la sección de este punto no viene reflejada en la topografía. Nos pilló de sorpresa. A la ida, sin problema, pero al salir me enganché un poco… pero vamos, son las cosas del directo, jajaja


Ahí ya iba en camino de encajarme. Debería haber salido más a la derecha de la foto.


Venga, ¡que esto está chupao!


Nada. No hay paso subterráneo que se le resista a los Hermanos Errantes.

Vimos ésta ‘pintada’ en una de las paredes, que es de los que hicieron la topografía final de la cueva allá por 1.979, el SEII madrileño. ¿Será original? ¿Lleva en esa arcilla desde el 79?



'Pintada' del SEII para marcar el inicio del Sector B de esta cavidad.
Ya estábamos cerca, pero la cosa ahora volvía a complicarse. En este punto la cueva cambia radicalmente su perfil. Se convierte en un meandro desfondado muy estrecho, donde tienes que progresar haciendo auténticas filigranas. Si bien es divertido, también es cierto que cansa bastante…

Aquí paré a grabar un vídeo con las piernas encajadas sobre el meandro, avanzando por la parte alta, que era de forma acampanada, ya que por abajo era muy estrecho e impracticable. Aquí tienes que avanzar palmo a palmo encajando como buenamente puedas tus brazos y piernas. No hay riesgo de caer al vacío, porque la grieta es muy estrecha en su base y no cabes, pero tampoco quieres resbalar y acabar encajado a media altura buscando la manera de subir a la zona ‘ancha’ otra vez…


Encajado, progresando en lo alto de un estrecho meandro desfondado. (¡Toma ya! ¡Me ha rimado!)


Tras este paso acrobático, ya se oía el agua correr. Eso, por supuesto, cuando estás bajo tierra, a 800 metros de las salida (una hora y pico reptando), en una cueva activa un día de lluvia, pues como que acojona. Habíamos llegado a donde queríamos, pero ahora nos preocupaba que el agua corriese por esa galería. El agua del sifón rebosaba y se precipitaba hacia la zona que habíamos evitado, la Ratonera. Por otra parte, en la topografía esta zona se llama Los Rápidos, por lo que finalmente nos tranquilizó un poco pensar que eso sí era normal. Pero aun así, no sabíamos lo que llovía afuera y eso nos preocupaba.

Por la topografía también, sabíamos que el agua se pierde en la Sala de la Purga, que también nos habíamos saltado al evitar La Ratonera. No sabíamos si era normal ese caudal, que aunque no parecía muy alto ni tenía el agua turbia.



Vídeo del sifón Es Alar y la zona de los Rápidos.


Este sifón fue buceado por miembros el grupo GAEM, y dicen en su crónica que a los 14 metros salieron a la superficie encontrándose un estrecho laminador ascendente con dos ramales que a los 2 metros se ciegan. En el suelo encontraron una grieta que parecía ensancharse a los 5 metros, pero desistieron de seguir por la baja visibilidad del agua en aquella ocasión.

Así que, misión cumplida, en parte. Queríamos ver, ya que estábamos aquí, el Sector B de esta cueva que llega a la zona más alejada de la boca de entrada, en la llamada Sala de los Mocos, pero la prudencia nos decía que volviésemos. La cueva va a seguir ahí mucho, mucho tiempo, y la meteorología nos decía que era mejor, ya sabiendo cómo se progresaba y los pasos que tenía, dejarla para volver más tranquilamente en verano y dar una vuelta por sus demás salas curiosas, como la Sala de la Colada, la Sala de la Cascada, el Baño, la Sala del Derrumbe, la Galería del Aragonito (como la de la Cueva de la Solana), Copacabana, la Risa Tonta… etc.

Esta es la primera parte, pero tengan seguro que volveremos para seguir recorriendo las laberínticas galerías de esta gran Cueva de Royo Malo.

Dejo la topografía, para que se hagan una idea de lo que supone enfrentarse a este reino subterráneo de la oscuridad y el agua.


Nuestro recorrido del Sector A hasta el sifón marcado en rojo sobre la topografía del Grupo Viana (pulsar para ampliar)


Conclusión: si entras a Royo Malo, de buen rollo, al final se deja hacer.

Dejo por aquí, ya para despedirme, el enlace al vídeo de este Sector A de la Cueva de Royo Malo que he subido al Tubo, con las imágenes de esta crónica, y alguna más que no he puesto por aquí. En este vídeo sí que están colocados los cortes en orden cronológico, y hay una errata (en esta crónica la he mantenido, por no cambiar el vídeo… ea). En el vídeo donde pone que es la gatera de acceso a la Sala del Barco, en realidad se trata de la gatera de acceso a la Sala de las Dolinas, más adelante. Mea culpa. Perdonen la confusión.


¡Hasta la vista!

No hay comentarios:

Publicar un comentario

¿Quieres dejar un comentario? ¡Éste es tu espacio!