sábado, 31 de octubre de 2020

Espeleo por Cantabria: Ruta circular en Cueva Fresca (Valle del Asón)

 ¡Hola de nuevo, gente errante!

 

Volvemos a las andadas. Volvemos a las cuevas. Volvemos a Cantabria...

 

Hoy os traigo el resultado de una nueva incursión en las inmensas galerías excavadas en las entrañas de la verde Cantabria. Vuelvo al Valle del Río Asón con el club Diaclasa Villalba, con el que estoy federado actualmente. Subíamos con la idea de hacer un par de cuevas, en un par de días. Es decir... que íbamos a echar muchas horas en cada cueva.

 

Una parte del proyecto era entrar a Coventosa para remontar los lagos y ver cómo era la bajada desde el 'Agujero soplador', ya que algunos compañeros del Club tienen pendiente hacer la gran travesía que recorre este sistema de cavidades. Hicimos un recorrido de 8 horas y media... podéis echarle un ojo, aquí: https://almaerrantedeestosmontes.blogspot.com/2020/10/de-vuelta-en-coventosa-recorrido-hasta.html

 

La otra parte del proyeto era hacer una travesía más asequible que la de Cueto-Coventosa. Íbamos con la idea de hacer la travesía Coterón-Reñada, pero al final, a causa de las lluvias desechamos esa opción, ya que no había garantías (a causa de que llovía constantemente en el Valle del Asón) de poder pasar por los tramos que se inundan...

 

Total, que improvisamos y, aprovechando que estábamos alojados en las Casucas del Asón, finalmente fuimos a hacer un recorrido por la Cueva Fresca, que queda a un paseo de este alojamiento.

 

Las 'Casucas del Asón'. Al fondo, se ve la cascada que sale de la boca de la Cueva del Agua.

 

La Cueva Fresca, fue descubierta en 1964 por el célebre espeleólogo Claude Mugnier, del S.C.Dijon. Se encuentra en la margen izquierda del Barranco de los Castros, afluente del Río Asón. Dejo un mapa con la aproximación desde las Casucas del Asón y de la posición aproximada de la boca de la cueva (que aparece marcada en los mapas de menor escala).

 

Ruta aproximada de acceso a la Cueva Fresca desde el aparcamiento de las 'Casucas del Asón'

 

En 1990 se realiza la primera travesía, entrando por la Sima de Tibia (descubierta el año anterior) y saliendo por la Cueva Fresca tras 410 metros de desnivel y 3.200 metros de recorrido. En 1994 se completa la topografía de este sistema, el cual arroja un recorrido total de 25 kilómetros de galerías y pozos. Hay que recordar que estamos en el márgen izquierdo del valle del Río Asón, donde se concentran las grandes cavidades de: Cayuela al norte, Coventosa un poco más al sur, Cueva del Agua; y más al sur, la Cueva Fresca. Si todos estos sistemas encontrasen puntos de conexión entre ellos, estaríamos hablando de una red de galerías ENORME excavada bajo los Collados del Asón.

 

Mapa con la situación de algunas de las cuevas más importantes del Valle del Río Asón.
Sacado del libro 'Grandes Travesías(40 Integrales Españolas)' del gran Isidoro Ortiz.

 

Pues bien, nos metimos en la cueva con el cansancio acumulado tras echar 8 horas y media en Coventosa el día anterior. Con pocas ganas pasamos por la primera sala que es unas dimensiones medias. Nos encontramos al poco con el primero de los dos laminadores de entrada. Toca arrastrarse un poco. Ea...

 

Pequeño vídeo de la primera parte de la Cueva Fresca.

 

Tras pasar por estos laminadores (el primero de unos 20 metros de largo, y el siguiente algo menor) nos encontramos con la primera vertical. Es pequeñita. Debemos ascender, por una cuerda montada en fijo, un resalte de unos 3 metros. Después, descendemos un resalte de unos 2 metros por una cuerda con nudos y nos encontramos en la galería de entrada. Al principio el techo no es muy alto, pero al poco tiempo la galería se agranda hasta unas dimensiones impresionantes.

 

Galería de entrada tras pasar los primeros laminadores y una pequeña trepada.

 

Por el suelo corre un pequeño reguero de agua. Tras alguna caída y resbalón, bajamos andando por el agua del reguero, donde el suelo está más lavado y no hay arcilla traicionera que nos haga caer al suelo (aunque al final, todos acabamos cayendo tontamente en algún sitio sin dificultad).

 

Vídeo de la galería de entrada.

Otra toma de esta galería de entrada a Cueva Fresca.


Vamos bajando y el techo sigue alejándose del suelo. Hay un recodo a la derecha. Estamos en un gran cañón subterráneo, llamado en la topografía 'Cañón de la Exploración', que será el primero de los que atravesaremos en esta cavidad.

 

En este recodo tenemos el primer pasamanos montado en fijo en la pared derecha, para salvar una caída que queda a la parte izquierda de la galería. Lo pasamos rápido.

 

Después seguimos andando sobre arcilla resbaladiza hasta encontrarnos con un cruce de galerías. Consultamos la topografía y ascendemos por una pendiente de arcilla muy resbaladiza. Hay que subir en fila, siguiendo las huellas talladas en el suelo para no caerse.

 

Tras esto hay otro pasamanos montado en fijo, en el que progresamos entre un gran bloque y la pared, sobre una grieta. Se trata del pasamanos 'Bloque 64'.

 

Continuamos por un cañón más estrecho que todo lo anterior, andando sobre otro pequeño curso de agua, hasta llegar a la 'Fuente de los Macarrones'.

 

Llegamos a la 'Fuente de Macarrones'.

 

Seguimos y, nos encontramos otro obstáculo: 'El Tracastín', que es un pozo de 2 metros de ancho y 20 de profundidad que corta completamente la galería por la  que progresamos. Hay otro pasamanos montado en fijo por la pared izquierda. Lo pasamos ordenadamente: mientras unos acaban de pasar este tramo, otros ya están enfrentándose al siguiente, situado unos cuantos metros más adelante.

 

Foto del 'Tracastín'.
Sacada del libro 'Grandes Travesías (40 Integrales Españolas)' de Isidoro Ortiz.


Ese otro obstáculo al que se dirigen los que van en cabeza se llama la 'Encrucijada de la araña', donde una cuerda nos hace ascender por la pared izquierda y superar un pasamanos largo (unos 20-25 metros) que libra una caída de unos 10 metros al desfonde de la galería que conecta con un nivel inferior de esta cavidad (Galería Eboulis).

 

Foto que hizo Pablo en este largo pasamanos que salva un desfonde de la galería.

Foto de la 'Encrucijada de la Araña'.
Sacada del libro 'Grandes Travesías (40 Integrales Españolas)' de Isidoro Ortiz.


Tras cruzar este pasamanos, nos adentramos en otra galería grande. Aquí vemos algo impresionante. La 'Gran Estalagmita', una formación de un tamaño impresionante, que ha debido tardar en formarse pacientemente varios cientos de miles de años.

 


Vídeo de la 'Gran Estalagmita'.

Foto de la 'Gran Estalagmita' versión 'mi móvil'.

Foto de la 'Gran Estalagmita' versión 'cámara de Pablo', con todos los miembros del Club Diaclasa que nos desplazamos a esta cavidad cántabra.


Después nos adentramos en el llamado 'El Gran Atajo', al que yo llamaría, 'El gran engaño'... jajaja. A ver. Me explico. Para cruzar este 'gran atajo' empleamos cerca de una hora y media, buscando pasos entre caos de bloques;  ascendiendo y descendiendo. ¿El engaño? A la vuelta, desde la 'Sala Rabelais' hasta el lugar desde donde parte 'El Gran Atajo' (que era el punto donde cerramos en círculo en que consistía nuestra ruta) tardamos unos 15 o 20 minutos... ¡muchísimo tiempo menos que por el dichoso atajo!

 

Tras superar este 'atajo' salimos a un cañón enorme: 'El Cañón Rojo' el cual tiene este nombre ya que sus paredes y techo son de un color rojizo intenso. Desde aquí giramos a la derecha para adentrarnos en la 'Sala Rabelais'.

 

Si el 'Cañón Rojo' es enorme, la 'Sala Rabelais' es inconmensurable. En esta enorme sala circular hay dos cascadas, y la caída del agua levanta gotas minúsculas que se quedan suspendidas en el aire y hacen que haya niebla incesante en este lugar. Llevamos muchos lúmenes en nuestras linternas, pero la luz que proyectamos sobre paredes y techo sólo logra arañarlos débilmente. ¡Vamos, que no se ve un carajo! Y, es normal... nos encontramos en bajo una bóveda de más de 100 metros de diámetro. Es acojonante.

 

Bajamos del gran caos de bloques que hay en la parte alta de esta sala, por una rampa empinadísima. Aquí hacemos la parada para comer. Envueltos por el sonido de las cascadas de agua y la oscuridad de este lugar.

 

Vídeo grabado desde la parte baja de la gran rampa de la Sala Rabelais, donde paramos a comer y descansar un poco.

 

Tras el repostaje subimos de nuevo a la parte alta de la sala. Buscamos ahora la entrada a la 'Diaclasa de los Parisinos'. Buscábamos este punto para tener una referencia porque, si vas a realizar la travesía, tienes que asegurarte antes de que las cuerdas montadas en fijo no tienen el cabo libre enganchado arriba, ya que se han dado casos de grupos de espeleólogos que bajaban haciendo la travesía y, al llegar a este pozo de 10 metros que se debe realizar en ascenso y ver que la cuerda que les separa del exterior está colgando fuera de su alcance porque alguien antes no ha tenido la delicadeza de dejarla bien al utilizarla, han tenido que ser rescatados...

 

Bueno pues, por lo visto, por la parte alta de la 'Sala Rabelais' no estaba el acceso a la dichosa diaclasa.

 

Tras deambular un rato sin lograr encontrar esa entrada a la 'Diaclasa de los Parisinos' (aquí es todo tan grande y caótico que orientarse en muy difícil) nos dirigimos a la '5ª Avenida' para iniciar el retorno al exterior.

 

La '5ª Avenida' es un cañón gigantesco (no se ve el techo, por más que lo buscas con tu haz de luz), por el que avanzamos muy rápido hasta encontrarnos con un desfonde que hay que salvar mediante una cuerda de ascenso (se puede subir a pulso; está instalada para no resbalar con el barro), un pasamanos y una cuerda de descenso.

 

Al poco nos adentramos en un tramo acojonante. No 'acojonante' de fascinación... Si no, 'acojonante' de acojonarse. Vamos, que vas andando por la parte superior de un caos de bloques, cubiertos de arcilla resbaladiza, con abismos a ambos lados y saltando entre algunas grietas para pasar de un bloque al otro. Un tramo bastante delicado, pero que superamos sin contratiempos.

 

Como por arte de magia, hemos llegado de nuevo a la 'Gran Estalagmita' y, desde aquí, ya nos conocemos el camino de vuelta; ya que es el mismo que el de acceso a partir de este punto.

 

De modo que volvemos a pasar por la 'Encrucijada de la Araña', 'El Tracastín', 'El Bloque 64' y todos los obstáculos que se nos vuelven a poner por delante, hasta llegar de nuevo al primer pasamanos, que nos hace enlazar el 'Cañón de Exploración' con la galería de entrada.

 

Aquí nos paramos. Uno de los miembros del club (Pablo) tiene una cámara buena y hacemos un alto para hacer una sesión fotográfica en este pasamanos.

 

Pasamanos de acceso a la Galería de la Exploración.

 Tras esto, me adelanto para grabar algunos vídeos y echar alguna foto de la galería de entrada, y salgo con el grupo de los primeros, tras 6 horas de recorrido por la cavidad.

 

Otro vídeo más de la Galería de entrada, donde me adelanté al grupo para grabar tomas e intentar reflejar las dimensiones de esta gran galería.



Una imagen más de la galería de entrada.

Galería de entrada, tras los laminadores y un resalte.

 Eso sí, entramos cansad@s por la paliza del día anterior pero... ¡salimos exultantes!

Hermano Errante y Hugo, los primeros en salir, en la boca de entrada.

Grupo miembros del Club Diaclasa Villalba que realizamos el recorrido circular de Cueva Fresca.

 

Una gran cavidad, con un nivel de exigencia medio y unos rincones y volúmenes espectaculares.

 

Os incluyo aquí el recorrido que hicimos con la topografía de parte de la cueva:

 

Topografía (recortada) del recorrido circular que realizamos en esta cavidad.

Dejo por aquí un enlace al vídeo que he subido a YouTube sobre nuestra aventura en esta cueva cántabra: https://youtu.be/tltAHx0jofk

 

Quiero desde aquí, dar las gracias a Pablo (por permitirme hacer uso de las impresionantes fotografías que hizo durante la expedición, tanto de esta cueva como de Coventosa) y al Club Diaclasa Villalba por organizar la salida y juntar a tan buena gente para hacer espeleo.

 

Y, colorín colorado... esta entrada se ha acabado.

 

¡Hasta la siguiente, gentes errantes!

viernes, 16 de octubre de 2020

De vuelta en Coventosa: Recorrido hasta el Lago de la Tirolina.

 Otra entrada con sabor a norte, sabor a Cantabria. Otra vuelta a la gran Meca española de la espeleología: la gran Cueva de Coventosa, en Arredondo.

 

Hace unos años estuve junto a Hermano Errante dando una vuelta por los niveles inferiores de esa cueva, bajo la entrada. Vimos la Sala de los Fantasmas, la de los Lapiceros y la Sala del Espejo, pero eso fue un 'espeleo-paseo' comparado con lo que veníamos a hacer esta vez. Os dejo un enlaces con la crónica de esa primera visita a Coventosa, y algunos datos de esta gran cavidad: https://almaerrantedeestosmontes.blogspot.com/2018/07/parte-iii-trilogia-de-espeleologia-en.html

 

Pues bien, esta vez, junto a varios miembros del Club Diaclasa Villalba, nos propusimos avanzar por la zona activa de esta cavidad. La intención era reconocer la salida del 'Agujero Soplador' hacia la red activa (por donde corre el agua de esta cueva), con el fin de realizar la travesía completa en un futuro.

 

Sabiendo dónde íbamos a meternos, la noche anterior a la expedición teníamos bastantes dudas sobre la logística y el material. Y, es que, éste es un tema delicado. Me explico: ésta cueva es bastante fría por las corrientes de aire que la recorren, además teníamos la intención de cruzar los lagos dos veces (subida y bajada) para lo cual hace falta neopreno y flotador (o barca). Con lo cual, nos debemos meter a la cueva con todos los cacharros de progresión vertical (arnés, cabos de anclaje, croll, descensor, etc), el mono, un neopreno, comida, flotadores y una muda de ropa seca para ponernos al salir del agua. Vamos, que cada un@ llevaba su saca hasta arriba de cosas y de peso...

 

En cuanto a lo de los neoprenos, cada uno eligió la manera de organizarse. Algunos hicieron el recorrido únicamente vestidos con el neopreno; otros lo hicimos con el neopreno puesto sobre la piel, y el mono de espeleo encima. Alguno, incluso cruzó los lagos (de agua realmente fría) únicamente llevando un mono de tela sobre la ropa interior...

 

Una vez que cada uno se hizo con la idea de cómo organizarse para salvar los lagos, nos pusimos en marcha. Eran las 8 y media de la mañana de un día lluvioso típico del norte.

 

Subimos hacia en párking de Coventosa y nos colocamos todo el material. A las 9 y media estamos entrando por la boca de la cavidad.

 

La idea es avanzar muy rápido, casi sin detenernos. Somos un grupo grande y la progresión por los ascensos, descensos y pasamanos se puede alargar bastante...

 

Tras pasar, bajar por una rampa y usar las 3 cuerdas que colocamos el día anterior para bajar el primer resalte de 12 metros, nos hallamos en la encrucijada donde podemos elegir entre bajar a la Sala de los Fantasmas, o seguir hacia la red activa. Hacemos esto último, avanzando unos metros por la galería y subiendo por un resalte de unos 5 metros a una galería colgada que nos conduce hacia una gatera desde la que se desciende a 'La Galería del Metro', que se trata de una gran galería.

 

Foto que nos hizo Pablo en la 'Galería del Metro'.


Después de este tramo nos encontramos con un largo pasamanos montado en fijo con un cable de acero en su tramo inicial, por el que bajamos hacia 'Los Gours'.

Pasamanos con cable de acero a la izquierda y colada sobre el desfonde de la galería.

Aquí ya entramos en la red activa. Hay una pequeña laguna y cae un chorreo constante del techo:

 

                                                             Llegada a 'Los Gours'

                                                                 Otro vídeo desde 'Los Gours'

Tras superar este tramo, seguimos por una galería con un curso activo de agua. Al menos, no hay pasos sifonantes (inundables) en la sección que vamos a recorrer, así que avanzamos sin problemas por los pasamanos que hay instalados para superar este tramo sin tener que andar por el agua.

 

Después, llegamos a 'La Playa', tras realizar alguna corta trepada por cuerda en fijo. El nivel del agua parece no ir muy alto...

 

Tras pasar 'La Playa' nos plantamos en la 'Sala de los 71 m', donde el techo se encuentra (como el nombre de la sala indica) a 71 metros sobre nuestras cabezas. Nos encontramos en un cañón altísimo y ancho.

 

Lo siguiente es volver al curso activo, intentando evitar el agua donde cubre mediante los pasamanos que hay en el lateral derecho de la galería, en el tramo llamado 'Las Marmitas'. Estamos ya en el sector conocido como 'Cañón de Coventosa' donde, por más que damos potencia a nuestros frontales y buscamos el techo, no lo vemos. Está muy alto sobre nosotros. Caen gotas de agua por varios puntos. Parece que estemos haciendo un descenso de barrancos nocturno bajo un cielo completamente negro y sin estrellas, que nos manda ráfagas de lluvia en lugares localizados.

 

Es impresionante.

 

Ya estamos cerca de los lagos. Hemos avanzado a un ritmo endiablado y, llegamos al comienzo del primer lago en tan sólo dos horas desde la boca de la cavidad. Para ir un grupo tan grande como vamos, está bastante bien...

 

En la zona anterior a los lagos hay cascadas que surgen de las paredes y sumideros por donde el agua desaparece. Este tramo parece un Aqua-park oscuro.

 

Cascada que surge de la pared al comienzo de los lagos. 
En este momento llevaba mucho más caudal que a nuestro paso por este mismo sitio a la vuelta.

 

En el comienzo de los lagos, toca parada. Aquí debemos despojarnos de nuestros monos de espeleo, dejarlos colgados de la pared al resguardo de la corriente de agua, hinchar los flotadores (cada uno llevamos dos, uno para usar, y otro por si pinchamos el primero), meter todo lo que vayamos a llevar al otro lado de los lagos en las sacas y echarnos al agua.

 

Foto antes de los lagos, donde dejamos los monos y nos enfundamos los flotadores.
Foto hecha por Pablo.

 Cada uno se gestiona el paso de los lagos de una manera: algunos nos metemos dentro del flotador (son todos de tipo donut) y vamos remando con las manos, o agarrando el hilo guía y tirando de él. Otros deciden ir en equilibrio sentados sobre el flotador con las piernas por fuera. Otros se tumban encima de él para avanzar. Aquí cada uno se las apaña como puede...

 

Aun con el neopreno, se nota que el agua está muy fría. Las manos se hielan al ir nadando, aunque esto es muy divertido y vamos cantando canciones y riendo. Yo, oigo a alguien cantar la canción del 'Barquito chiquitito' y se me mete en la cabeza, de modo que paso el primer lago cantando la canción mientras voy agarrándome del hilo guía para avanzar más rápido.

 

Pasamos el primer lago. Nos metemos en una zona seca, pero al poco ya nos estamos metiendo en agua gélida del segundo lago. Vuelta a buscar el hilo guía y avanzar con cuidado de no pinchar el flotador.

 

Así llegamos otra vez a tierra seca, donde debemos salir del agua, pasar por un pequeño caos de bloques con cuidado de no dañar nuestros flotadores, y volver a meternos en el agua. Ahora llegamos al tercer y último lago.

 

Tras pasar este último lago, dejamos los flotadores a un lado de la galería para recogerlos a la vuelta y volver a pasar los lagos. Mercedes llega a este punto con su flotador pinchado, y Pablo aprovecha para hacerle esta foto:

Mercedes (al fondo) agarrada a su flotador pinchado, llegando al final del tercer lago.
Foto de Pablo.

 

 Al salir del tercer lago, tras unos metros, nos encontramos con una cuerda que fijo que nos ayuda a subir por un pozo de 11 metros. Aquí nos demoramos bastante en subir, ya que íbamos todo el grupo junto al salir de los lagos. Toca esperar mientras vamos nos volvemos a colocar el material de progresión vertical, para superar este ascenso de uno en uno.

 

Una vez llegamos arriba, hay una galería grande donde debemos avanzar por un caos de bloques hacia la galería que continúa en dirección al 'Lago de la Tirolina'. Por aquí atravesamos un aporte de agua que cae sobre una colada blanca y se pierde al fondo de la galería.

 

Llegamos así al 'Lago de la Tirolina', donde hay que superar otro resalte.

Aquí había montada una tirolina para pasar por este punto más rápido al hacer la travesía, pero se ve que la retiraron ya que estaba bastante deteriorada.

 

Foto hecha por Pablo desde la parte de arriba del Lago de la Tirolina.

 Viendo que vamos a perder mucho tiempo en este nuevo obstáculo, partimos el grupo. Algunos seguirán hasta la 'Galería del Agujero Soplador', y otros nos daremos la vuelta en este punto para agilizar la progresión de vuelta. Llevamos ya bastantes horas moviéndonos constantemente bajo tierra, y los músculos empiezan a fatigarse.

 

Así, la mitad del grupo iniciamos la vuelta hacia el lugar donde hemos dejado los monos a esperar, mientras la otra mitad avanza hacia su objetivo.

 

Volvemos a recoger nuestros flotadores, y nos metemos en los lagos, esta vez a favor de la corriente, por lo que avanzamos más rápido que a la subida.

 

Una vez en la zona inicial de los lagos, hacemos una parada  para comer y esperar a que el grupo en punta se una a nosotros. Aquí me doy cuenta de que la cascada que caía en este punto lleva ahora mucho menos caudal, pero lo extraño es que el curso activo (el río que forma los lagos) en cambio parece haber aumentado bastante su caudal. Más abajo, al llegar a 'La Playa' confirmamos que el nivel ha subido aquí aproximadamente un palmo.

 

Aun así, no hay peligro.

 

Las galerías de esta cueva son enormes y tendría que caer un verdadero diluvio para que se inundasen las secciones por las que tenemos que volver.

 

Así pues, tras haber comido algo y ponernos algo de ropa seca y el mono de nuevo, nos dirigimos de vuelta a la salida pasando por todos los obstáculos, ya a un ritmo algo más cansado que a la entrada.

 

Aquí dejo otro vídeo del pasamanos de acero que hay tras abandonar 'Los Gours' de camino ya a la salida de la cavidad.

Vídeo del pasamanos montado con cable de acero a la salida de 'Los Gours'.

Tras 8 horas y media en la cavidad (a las 6 de la tarde) volvemos a estar en la boca de Coventosa, con una gran sonrisa en la cara a pesar del cansancio.

 

Aquí va la topografía con el recorrido que hicimos:

 

Topografía (sacada de una edición del Grupo Viana de Guadalajara) donde he marcado en rojo el recorrido que hice, y ne verde el recorrido que algunos compañeros del Club Diaclasa Villalba hicieron hasta la 'Galería del Agujero Soplador'.
Pulsar sobre la imagen para ampliar.


También os dejo por aquí el enlace a un vídeo que he subido a Youtube con las escasas imágenes que pude grabar dado el frenético ritmo de progresión que seguimos durante toda la actividad: https://youtu.be/Qh9G6GKBXcw


¡Y, nada más por hoy!


Si os ha gustado, estad al loro, que en unos días subiré otra entrada de una gran cueva cántabra que visitamos el pasado puente de Octubre: Cueva Fresca.


¡Hasta entonces!

domingo, 4 de octubre de 2020

Verano de Ferratas: Dos vías ferratas de Cuenca y una de Teruel

 ¡Hola de nuevo, gente errante! ¡Ya estamos de vuelta tras el verano!

 

Vuelven las publicaciones. Vuelve la aventura. ¡Y, por una vez no va a ser otra cueva o sima! jajajaja

 

Si. Como el título anuncia, esta vez vamos de vías ferratas, tema que no he tratado aún en este blog.

 

Vamos a aclarar un par de asuntos, para quien no conozca este tipo de actividad.

 

Una vía ferrata se trata de un recorrido acondicionado mediante cables de acero (llamados línea de vida) y peldaños clavados en la roca, que posibilita el acceso a sitios donde, sin este sistema de anclaje, solo sería posible llegar haciendo escalada o rápel desde arriba. Es, como si dijéramos, una escalada guiada por un recorrido acondicionado para ofrecer seguridad.

 

Para realizar esta actividad se necesita de un material específico. Imprescindible: casco homologado, arnés (los utilizados para vías ferratas son los mismos modelos usados para escalada), disipador con tres mosquetones (dispositivo de cinta cosida que va unido a la línea de vida. En caso de caída, absorbe el impacto e impide que caigamos hasta el suelo. Lleva dos mosquetones que van anclados a la línea de vida y que vamos cambiando alternativamente de un tramo al siguiente, y consta también de un tercer mosquetón que sirve para anclarnos a algún peldaño y descansar si lo necesitamos), y, no olvidar, guantes.

 

¡Y, no tener vértigo, claro!

 

Quiero dejar bien claro aquí que, esto de las vías ferratas, no es llegar y ponerse a hacer una tras otra como un loco. No. Hay que tener unas nociones de escalada previas y un físico acorde a las dificultades con que vamos a encontrarnos. Cada año se dan multitud de accidentes y rescates en vías ferratas, ya que mucha gente cree que son actividades fáciles para realizar en grupo y no siempre es así. Además, ahora están muy de moda. No obstante, conviene empezar con alguien que sepa del asunto y estar federado en actividades de montaña para evitar problemas legales, además de físicos, si se sufre un accidente.

 

Dicho esto, vamos al lío, ¿no?

Panorámica desde el extremo del segundo puente tibetano en la vía ferrata de Arcos de la Sierra, en Cuenca.
 

Pues bien, a pesar de no haber mostrado ninguna vía ferrata hasta ahora en el blog, sí que había recorrido un par de ellas antes de visitar las que vamos a tratar en esta entrada.

 

La primera vía ferrata que hice fue la del Estrecho de Priego, en Cuenca. Fui con Hermano Errante, en Octubre de 2017. Hicimos las dos variedades: la K3 de iniciación, seguida después por la K4, más exigente y atlética.

 

A decir verdad, estuvo muy bien y el entorno es impresionante, pero no me 'enganché' a las vías ferratas en ese momento...

 

Hermano Errante en uno de los tramos horizontales de la vía ferrata K4 de Priego, llamada 'Las Buitreras'.

 

Como no me 'enganché' de primeras, transcurrieron dos años hasta que volví a hacer una vía ferrata. En esta ocasión, fui junto al colega Lion, con la idea de hacer las dos variantes de la vía ferrata de Fuertescusa, en Agosto del año pasado.

 

Hicimos la K3 sin problemas, pero a la hora de asaltar la variante K4 (llamada 'Asalto al Castillo', y más dura que la que acabábamos de hacer) no lo vimos claro y lo dejamos para otro día. No estábamos finos del todo aquel día. Aún la tengo pendiente... :(

 

Yo mismo tras uno de los tramos verticales de la variante K3 de la vía ferrata de Fuertescusa.


Vídeo de Lion trepando por otro de los tramos verticales de esta variante K3.

 

En fin... que esto nos lleva hasta este verano (y al tema de esta entrada), donde algunas personas me han convencido para retomar la senda vertical de las vías ferratas, y por ello he recorrido 3 diferentes en apenas un mes.

 

En primer lugar, una vía fácil, para ir cogiendo el tranquillo, y enseñando la actividad a quien no la conocía. Esta vez fuimos: Chemo, Elena, Miriam y un servidor; a la localidad de Arcos de la Sierra, donde se esconde una vía ferrata de iniciación en un rincón espectacular.

 

Esta vía está catalogada con dificultad K2, lo cual nos dice que es de las facilitas. La graduación va desde el K1 (vía ferrata fácil) hasta el K6 (vía ferrata extremadamente difícil). Así pasó... que, como ésta es de las fáciles, a las dos semanas volví con otro colega para volver a recorrerla... ea.

 

Antes de llegar al pueblo de Arcos de la Sierra, viniendo desde Villalba de la Sierra, sale un camino a la derecha un poco antes del punto kilométrico 13. Al poco de coger este camino, hay una bifurcación. El camino de la derecha nos acerca un poco si no llevamos todoterreno, pero aun así tras dejar el coche hay que andar unos 700 metros hasta el estrecho donde se ubica la vía ferrata. Si llevamos todoterreno, el camino de la izquierda nos llevará tras vadear el cauce del Río Trabaque, habitualmente seco en este punto, directamente hasta el estrecho donde dejaremos el coche junto a una caseta blanca. Desde este punto ya se ve el primer puente del recorrido.

 

Dejo un plano para que lo veáis mejor:

Plano de acceso a esta vía ferrata. La ruta en negro es la que se puede hacer sin problemas con un vehículo todoterreno.
La ruta marcada en rojo se puede hacer con un turismo, dejarlo en una curva a derechas donde no moleste y andar hasta enlazar con el camino que conduce al estrecho del Río Trabaque.

 

Una vez a la entrada del estrecho y con el material puesto, cruzamos el cauce saltando por unas piedras y nos plantamos rápidamente al inicio de la vía ferrata. Trepando poco a poco vamos ganando altura, hasta llegar al primer puente tibetano, que se trata de un cable sobre el que andaremos y otros dos cables a mayor altura donde iremos apoyando las manos para estabilizarnos. Los mosquetones del disipador irán anclados a la línea de vida por otro cable que va más arriba que los de los pasamanos.

 

Aquí hay que aclarar que, a pesar de no ser difíciles de franquear... estos puentes se mueven mucho, y la verdad es que es lo que más acojona de esta vía, sin duda. Este puente mide 35 metros de largo, y nos pone en nuestro lugar, haciéndonos ver que esto de las vías ferratas no es una actividad pensada para gente sin aplomo...

Foto que me hizo Sergi mientras pasaba el primer puente tibetano de esta vía.

Tras este primer puente y un leve ascenso, viene un tramo horizontal muy facilito, que nos coloca en el segundo puente, éste de 25 metros de longitud, pero a una altura de 20 metros sobre el suelo (al doble de altura que el primero).

Sergi entrando en el segundo puente tibetano, a 20 metros sobre el cauce (con poca agua en esta época) del Río Trabaque

Panorámica desde el otro extremo del segundo puente tibetano.
Éste no se balancea tanto como el anterior... pero está al doble de altura.
(Pulsar sobre la imagen para ampliar)

 

Una vez pasado este segundo puente tibetano, comienza el tramo vertical cuyo ascenso nos sacará del Estrecho del Trabaque y finalizará la vía ferrata en un camino desde el que volver al coche.

 

Miriam superando el pequeño extraplomo previo a la última vertical que nos deja fuera de la ferrata. 


Miriam progresa por este paso. Elena, al fondo, espera su turno.

En este tramo hay un pequeño desplome donde se exige más fuerza en los brazos, pero el de esta ferrata no ofrece ningún problema, pues es bastante corto y se pasa sin dificultad. 

 

Esta vía no es muy larga, y se hace tranquilamente en menos de una hora de recorrido (al que hay que sumar la aproximación y la salida, que en este caso no son muy largos).

 

Os dejo por aquí un vídeo cortito con tomas de mis dos visitas a esta vía ferrata durante este verano:

Vídeo de la vía ferrata de Arcos de la Sierra, en Cuenca.


Después de haber hecho esta ferrata con Chemo, Elena y Miriam, volví dos semanas después con Sergi, para repetir ésta y conocer la vía ferrata del Ventano del Diablo, en Villalba de la Sierra; cerca de la anterior de Arcos de la Sierra. De hecho, hicimos las dos en un mismo día.

 

Tras bajar a Vilalba de la Sierra y pasar por las instalaciones de ActiJúcar Aventura (empresa concesionaria de los derechos de uso de la vía ferrata) para pagar la tasa y conseguir el permiso de aparcamiento (este año se ha prohibido el estacionamiento en la zona del Ventano del Diablo sin ese permiso) nos dirigimos a la ferrata.

 

Tras andar un poco por un sendero bien pisado, nos acercamos a la torre de electricidad desde donde parte esta vía. Comienza con un tramo bastante horizontal, andando sobre las grapas agarradas a la pared mientras admiramos el color singular del Río Júcar sobre el que transcurre la vía. Este tramo es de una belleza enorme, aunque da miedo sacar el móvil para grabar vídeos o hacer fotos, por la posibilidad de que caiga al agua y lo perdamos...

 

Aun así hago alguna foto a Sergi mientras progresa por este tramo, que es de dificultad K3.

Sergi progresa sobre el Río Júcar, comenzando la vía ferrata del Ventano del Diablo, donde recorrimos la variante K4.

Recorrido espectacular sobre las verdes aguas, de color único, que tiene nuestro Río Júcar (aunque aquí no se ve bien).

Sergi llegando a la pasarela desde la que parte la variante K4.
Aquí si se aprecia algo mejor el color 'verde Júcar' de las aguas.

 

Y también salgo yo en alguna foto

Alma Errante (vamos... yo) avanzando sobre las aguas.

Pegado a la roca cual araña...


Foto de la foto.

 

Hay una tirolina de 26 metros de longitud también por aquí, pero nosotros no llevábamos la polea y la cuerda de recuperación necesarias para poder hacerla, y la salvamos por un lateral.

 

Seguimos avanzando sobre el agua y, tras franquear este paso horizontal, bastante divertido, nos colocamos sobre una pasarela de madera suspendida sobre el río desde donde parte la variante K4 de esta vía ferrata.

 

Esta parte ya se hace más vertical desde el principio. Aun así, no tiene la exigencia física de la vía ferrata de Priego (también catalogada como K4) que he mencionado al principio de esta entrada.

 

Aquí grabó Sergi un par de vídeos que he juntado en uno solo:

 
Vídeo del comienzo de la variante K4, grabado por Sergi mientras yo progresaba.

 

Alternando tramos horizontales muy cortos con tramos verticales, llegamos a un abrigo de roca por el que progresa la vía, con pasos muy divertidos y un entorno natural inigualable. Hay un puente tibetano corto a poca altura sobre el suelo.

 

Desde aquí, ya comenzamos a ascender hacia la salida, que nos deja a un lado del Ventano del Diablo, desde donde comenzaremos el descenso hacia el vehículo.

 

La vía ferrata es muy, muy entretenida y está enclavada en un lugar único de nuestra provincia. Sin duda, merece la pena adentrarse en ella. Su recorrido se hace en una hora y media, aproximadamente.

 

Dejo por aquí el enlace a la página desde donde se informa de las condiciones de uso de esta ferrata: https://ferratavillalbadelasierra.com/


Y también pongo aquí el vídeo con las imágenes que grabé recorriendo esta magnífica ferrata:

Vídeo-resumen corto de la vía ferrata del Ventano del Diablo, en Villalba de la Sierra (Cuenca)

Y... pasamos a la siguiente.

 

Esta vez, dos días después de haber hecho las dos vías ferratas anteriores (la de Arcos de la Sierra y la  del Ventano del Diablo), Sergi y yo nos desplazamos a otra provincia, para hacer la singular vía ferrata de los Estrechos de la Hoz, en Formiche Alto (Teruel).

 

Ahora sí, ya me había 'enganchado' a las ferratas.

 

Tras un viaje, no muy largo saliendo desde Cañete (donde he estado trabajando este verano), nos plantamos en Formiche Alto y, siguiendo las indicaciones, encontramos rápidamente la pista de acceso a la vía ferrata. Hay que destacar que el acceso esta vía está muy bien señalizado, no obstante el camino que nos lleva a ella no está en muy buenas condiciones para un turismo. Aun así, dejamos el coche en una pequeña explanada, bastante avanzado ya el dichoso camino, e hicimos una aproximación de unos 15 minutos hasta donde comienza el recorrido equipado.

 

Para llegar hay buenas referencias buscando por la red, de modo que no incluiré mapa aquí.

 

Estamos en un estrecho labrado por el Río Mijares y, según los carteles informativos de la vía, el recorrido consta de 3 estrechos, con zonas intermedias sin equipar donde seguiremos la senda y los pequeños carteles que hay por todo el recorrido. El tiempo estimado para completarla es de 2 horas y media... pero eso no es todo, ya que hay que sumar una hora y media, andando a buen ritmo (según las crónicas que he leído, 1 hora y 45 minutos suele tardar la gente), de retorno hasta el coche. Y es que, estamos hablando de una actividad con un recorrido total de casi 8 kilómetros.

 

Así que, es una actividad a planificar contando con suficiente tiempo, o llevando linternas en previsión de que la noche nos pille en el monte (conozco el caso de alguien a quien casi se le hizo de noche hasta llegar al coche después de 5 horas de actividad total, sin llevar los medios necesarios...)

 

Nos adentramos pues en el estrecho del Río Mijares, en un primer tramo de gran facilidad. Está catalogado con dificultad K2, pero es más bien un K1.

 

Inicio del primer estrecho, de gran facilidad.


Tras pasar por una zona algo más abierta enlazamos con el segundo estrecho, que también es muy fácil de recorrer. Vamos avanzando muy rápido. Eso sí, nos damos cuenta de que, en época de crecida de aguas, en los tramos por donde hay que vadear el cauce (que ahora estaba seco) te tocará mojarte, seguro...

 

En este segundo estrecho, lo más curioso que vimos fue que, al acercarse Sergi a una pequeña covacha que hay en el margen por el que íbamos progresando y que íbamos a subir a investigar, se dio cuenta de que había algo dentro. Se apartó un poco y dejó espacio para que saliesen de la oscuridad una cabra montés y su cría. Saltaron fuera de la covacha, cayendo a unos 3 metros de nosotros, y se fueron por el cauce río arriba mientras les silbábamos para tranquilizarlas. O para tranquilizarnos nosotros...

 

Dejo un par de vídeos de este suceso, aunque no me dio tiempo a sacar el móvil para captar a las cabras al salir de la cueva...

Hembra y su cría de Cabra Montés...

 

... que salieron de esta cueva cuando nosotros íbamos a entrar.


Vamos progresando rápido, sin pararnos demasiado en las variantes del recorrido (hay un recorrido alternativo para ascender a ver unas pequeñas cuevas y también una cadena instalada para subir a ver un mirador entre el segundo y tercer estrecho; pero los pasamos de largo) ya que Sergi llevaba algo de prisa.

 

Eso sí, me paro de vez en cuando a hacer alguna foto. Como ésta, mostrando la forma dibujada sobre las capas de caliza por el paso de los siglos y los movimientos tectónicos.

Panorámica de los plieges en los estratos de roca de esta zona de los Estrechos de la Hoz del Río Mijares.

 

Ya casi donde comienza el tercer estrecho, hay algo muy curioso y único: se trata de la sabina pinera de Formiche Alto, la única de su especie. Consiste en una sabina de unos 200 años y pico, dentro de la cual crece un pino negral de unos 60 años de edad.

 

Dejo por aquí un par de fotos y un vídeo de este singular espécimen:

 

Imagen del pino negral que surge de una sabina. Espécimen único en el mundo, según leí por ahí...

Otra imagen de esta curiosa simbiosis. O, quizá se trate más bien de una parasitación...

Vídeo donde se ve más a fondo esta curiosidad natural.

 También dejo una imagen del cartel informativo de este caso singular:

 

Cartel explicativo de la sabina pinera.

 

Buscando más información, 'a posteriori', di con esta curiosa leyenda sobre la sabina pinera de Formiche Alto: https://casafausto.es/actividades/sabina-pinera

 

Después de entretenernos viendo esta curiosidad de la naturaleza y echar unos tragos de agua (muy importante llevar agua para una actividad tan larga, y beber a menudo) nos metemos en el tercer y último estrecho.

 

Hasta este punto, avanzando rápido, hemos invertido tan solo una hora. Aquí creímos que íbamos a batir un récord de velocidad en esta ferrata, pero estábamos equivocados...

 

Entramos en el estrecho mediante un pequeño puente tibetano.

Entramos en el tercer estrecho, creyendo que ya no quedaba mucho para el final...
 


Aquí la cosa ya se pone más escabrosa, y hay tramos verticales sin mucha dificultad, pero alternados con tramos horizontales con las grapas bastante pegadas a la roca, donde se van cargando poco a poco los brazos que están en tensión durante más tiempo. Este tramo ya es de algo más de dificultad, arrojando un grado K3. Bajamos el ritmo de progresión en esta zona, pero intentamos seguir sin paradas innecesarias.

 

Dejo por aquí una foto que me hizo Sergi al comienzo de este tramo, que al final resultó ser muy, muy largo (invertimos una hora y media en recorrerlo) y que te va dejando poco a poco sin fuerzas.

 

Voy siguiendo a Sergi al comienzo de este tercer tramo equipado.


También grabó el siguiente vídeo:

 

Este tercer estrecho al principio es ancho, pero poco a poco se va volviendo más angosto y tiene algunos pasos curiosos, sustituyendo en un par de puntos las grapas por un solo cable por donde irán los pies, y únicamente tenemos la línea de vida para agarrarnos con las manos.

 

Este barranco lleva equipado bastante tiempo (leí por ahí que lleva instalado desde 2006 o así) y en este tercer tramo hay algunas grapas que se mueven un poco, dándonos algún pequeño susto mientras progresamos.

 

Al final de este tercer estrecho bajamos al cauce del río, para después comenzar el tramo de salida de esta vía ferrata.

 

Vídeo grabado por Sergi al final de este interminable tramo. Eso sí... aún quedaba un tramo delicado.


Este tramo de ascenso para salir de la ferrata comienza siendo en rampa, sin mucha dificultad, hasta llegar a un punto donde la vía ya se hace totalmente vertical, tiene un par de desplomes y los cambios de mosquetón en la línea de vida están colocados en sitios un poco comprometidos, por lo que es aconsejable guardar energías para esta zona final, o descansar un poco antes de acometerla. Si no, se te puede hacer dura...

 

Nosotros no descansamos, y yo llegué arriba con los antebrazos bastante cargados. En ese último tramo me marqué un sprint para salir cuanto antes de la pared y dejar descansar un poco los músculos.

 

Una vez terminada la ferrata, nos encontramos con el acceso a otro sector más. Este sector se llama 'Vía jurásica' y por lo que habíamos leído, se trata de un camino equipado y sin dificultad apenas. Se accede a esta vía mediante un puente muy chulo, pero nosotros ya llevábamos buena paliza y nos volvimos para el coche. Aun así, Sergi se dio un paseo de ida y vuelta por este puente.

 

Sergi por el puente, donde comienza la vía ferrata 'jurásica', que nosotros ya no recorrimos.

Puente que enlaza con otro tramo más de recorrido.


La vuelta al coche puede ser algo confusa. Al principio subimos una ladera muy empinada y luego debemos seguir la senda que transcurre por un cortafuegos, también en subida. Siempre siguiendo los pequeños carteles que marcan el recorrido. Una vez arriba, donde acaba el cortafuegos y hay una caseta de información, es donde nos podemos confundir. A pesar de que hay indicaciones por todos lados, algunas llevan a los tramos de la vía ferrata por donde ya habíamos pasado, de modo que tuvimos un momento de duda en un cruce de caminos... pero finalmente cogimos el bueno y volvimos al coche tras una caminata que transcurre entre fincas valladas con toros bravos (aunque había pocos).

 

Para ir terminando, os dejo un vídeo con las tomas que grabé en este interesante barranco de Teruel:

 

Vídeo recopilatorio de nuestro paso por esta vía ferrata de Formiche Alto (Teruel)

 

Y, ya de paso os dejo el enlace a un vídeo que he subido a Youtube con los vídeos de cada una de estas vías ferratas:

 https://youtu.be/A8ZEqFWGxGk

 

Y bueno... parece que me he extendido demasiado así que... por aquí lo dejaremos.

 

¡Eso sí! ¡Estad atent@s al blog, que voy a volver a coger ritmo subiendo entradas! ¡Y viviendo aventuras!

 

¡Hasta la siguiente, lectores errantes!