jueves, 11 de octubre de 2018

Barrancos de Valdehambre y la Hocecilla (Carrascosa de la Sierra)

En una de mis visitas a la impresionante Hoz de Tragavivos, desde el mirador de la Peña del Águila vi un barranco que tenía muy buena pinta y corría paralelo a la Hoz Somera, y claro... la curiosidad me llevó este domingo pasado a investigar la zona.

El barranco en cuestión se llama Barranco de Valdehambre y se encuentra al Oeste de Carrascosa de la Sierra, lindando con el término municipal de El Pozuelo.

Tras revisar el mapa de la zona para planificar la ruta vi que este barranco, que corre en dirección Norte-Sur, se junta con otro barranco que discurre paralelo en la misma dirección (Barranco de la Hocecilla). Ambos barrancos rodean el llamado Cerro de la Muela. Así pues, decidí que bajaría por uno y subiría por el otro. Resolví bajar por el Barranco de Valdehambre y subir por el de la Hocecilla ya que, según el mapa, el Barranco de Valdehambre tiene varios 'saltos', que pensé que serían más fáciles de sortear en bajada que escalarlos en subida. Además, el mapa me mostraba que el Barranco de la Hocecilla no tenía este tipo de dificultades (salvo en su tramo final, donde hay un 'salto' que tuve que rodear como buenamente pude), y ascender por él no sería un gran problema. La duda residía en: si iba a poder sortear los 'saltos' de Valdehambre o si, por el contrario, me iban a obligar a dar media vuelta al no poder destreparlos. Finalmente los superé sin problemas.

Salí de Cuenca bien pronto para estar allí al amanecer y aprovechar la mañana.

Las primeras luces del día. Panorámica del amanecer junto a la torreta de observación de El Pozuelo.
A las 8 aparqué el coche en la carretera que une Carrascosa de la Sierra con El Pozuelo a la altura de donde nace el Barranco de Valdehambre y me puse a andar con la fresca (unos 3 o 4 grados harían).

Primera toma de contacto con el Barranco de Valdehambre. En sus inicios es bastante abierto, pero pronto se estrecha.

No hay un camino bien definido que recorra este barranco, por lo que tuve que ir siguiendo todo el rato una vereda poco marcada, que en algunos puntos se perdía. Otras veces, seguía el curso del barranco por el lugar donde debería correr el agua.

Roca labrada por el agua. Por aquí el barranco estaba seco, pero más adelante brotaba agua de un manantial.

Por aquí se andaba sin contratiempos. No había mucha vegetación por el fondo del barranco y se avanzaba a buen ritmo. Más adelante esto cambiaría...

Otra zona seca de este barranco.
Llegando al primer 'salto', de unos 15 metros. Se puede bordear por la margen izquierda. Este rincón es precioso.

En este lugar hay como una repisa de roca por la que, cuando llueve mucho, deja caer agua por tres lugares, creando así tres cascadas que tiene que dar gusto ver con buen caudal.

Salto de agua de Valdehambre, seco, desde otro ángulo.
Aquí la vereda que venía siguiendo se pasaba a la margen derecha del arroyo, que debajo de esta cascada seca nace de un manantial. A partir de aquí el rumor del agua me acompañaría casi hasta la unión de este barranco con el del la Hocecilla (un poco antes de ese punto el agua de este Arroyo de Valdehambre desaparece filtrada en el suelo).

Covacha en uno de los rincones del Barranco de Valdehambre.

Desde este punto ya se hacía más difícil el avance. La vereda pasaba por zonas con muchos Helechos y Romero Silvestre bajo que no dejaba de golpearme las tibias a cada paso que daba. También me tuve que pelear con alguna Zarza...

Aquí la vereda iba cruzando a un lado y otro del arroyo, buscando las zonas de paso más cómodas (aunque nunca llega a ser un trazado cómodo del todo).

Cerca del final del barranco (donde se une al Barranco de la Hocecilla) la cosa se complica aún más, cuando hay que afrontar pasos entre espesos Bojedales. En algunos puntos hay que subir a media ladera para poder seguir avanzando.

Aquí se veían las marcas de un barranco que se une a éste ya en su zona final, con un gran salto.
Ver caer agua por allí debe ser impresionante, sin duda.
Por este punto pasé un momento de tensión. Os explico: iba yo caminando por una pedrera a media ladera y tenía que bajar al cauce del arroyo, para pasar por un estrecho de roca lleno de Bojes que no podía pasar por otro lugar. De pronto oí piedras desprenderse y ramas partirse. Había un animal que se asustó con mi presencia. A juzgar por el fuerte ruido, era de gran tamaño... de modo que me quedé en un lugar más o menos despejado y lancé un par de piedras en dirección a donde se había oído el sonido, para asustar al animal que pudiese haber y poder pasar por allí. Tras lanzar un par de piedras y oír el ruido alejarse hacia la izquierda de donde yo estaba mirando, me fui hacia la derecha, que era por donde tenía que pasar... cuando de pronto vi un Rayón que se acercaba corriendo hacia mí. Era imposible que estuviese solo, me dije... y tras asustarlo con un grito para que se volviese por donde venía hacia mí (que era por donde yo tenía que pasar) oí detrás de mí a la madre buscando a su pequeño. En definitiva, estaba entre una madre Jabalí y su Rayón. Mal asunto. Las madres cuidan a sus crías con diligencia y si se llega a topar conmigo quizá me hubiese embestido... asusté al Rayón y bajé en la dirección por donde venía, oyendo aún a la madre buscar a su hijo detrás de mí, a unos 15 metros de distancia. Saqué mi navaja de la mochila y bajé con ella abierta en la mano por si la madre venía hacia mí tirando tajos con sus colmillos, cosa que afortunadamente no ocurrió... el Rayón se perdió entre la espesura, y yo seguí mi camino respirando aliviado tras pasar el estrecho y salir a un lugar amplio, donde acaba este barranco de Valdehambre.

Confluencia de los barrancos de Valdehambre y la Hocecilla. En el centro la peña que divide las aguas. A su derecha está el Barranco de Valdehambre y a la izquierda de la imagen se ve algo del Barranco de la Hocecilla.

Aquí ya parecía haber una vereda mejor marcada para recorrer el Barranco de la Hocecilla y, menos mal... porque el tramo final de Valdehambre fue bastante duro...

Restos de plumas de Paloma Torcaz. Alguien se había dado un festín recientemente.

Oía un rumor de agua. El Arroyo de la Hocecilla no iba seco. De hecho, llevaba más agua que el de Valdehambre. Eso es un problema cuando la senda o vereda que vas siguiendo comienza a cruzar el arroyo de un lado a otro, porque al final... te acabas mojando algún pie. Había algunas pozas profundas con agua azul que invitaba al baño (lo que no invitaba al baño era la temperatura ambiente...)

Este barranco era menos escarpado que el de Valdehambre, aunque más estrecho. La vereda estaba más marcada (las veredas que fui siguiendo durante toda la ruta las habían hecho vacas que hubo por la zona, pero parece que por Valdehambre hicieron menos camino) y se andaba sin demasiadas dificultades por ella.

Ya dentro del Barranco de la Hocecilla, que ascendería hasta su cabecera para salir de él y volver al coche.

En este barranco se veían más aportes que, en época de lluvias deben hacer correr por aquí bastante agua.

La verdad es que este barranco no me parecía tan interesante como el anterior, a pesar de ser más cómodo de recorrer. El arroyo sólo ocupaba un pequeño tramo cerca de la confluencia de los dos barrancos, pero en el resto estaba seco, de modo que este barranco lo recorrí casi en su totalidad andando por donde iría el curso de agua.

Pequeño Arce cambiando su vestido verde de primavera-verano por el rojo de otoño-invierno. Estaba a medias aún...

Otro tramo del Barranco de la Hocecilla.
Por aquí hice una parada para comerme el bocata sentado en una marmita seca excavada en la roca por el agua.

Vista del Barranco de la Hocecilla desde lo alto de su cascada inicial (casi al final de mi ruta) de unos 18-20 metros, junto a la Fuente del Meillo y el paraje llamado 'El Castillo'.

Una vez salí del Barranco de la Hocecilla, cogí otro barranco corto adyacente para subir hasta la carretera donde había dejado el coche. En este trayecto, me crucé con un ave que no había visto antes. Era un ave de color amarillo verdoso y de unos 30-35 centímetros de envergadura que alzó el vuelo delante de mí, a poca distancia. Al llegar a casa investigué para ver de qué especie podría tratarse. Resulta que, por el tamaño que tenía y la coloración tan característica, era una Oropéndola hembra, o un joven; ya que los machos tienen un color amarillo más intenso. Debía estar preparándose para la migración al norte de África, donde pasan el invierno estas aves.

Ya sólo me quedaba regresar al coche andando por una zona de encinas con bastantes claros. No sé cuántos kilómetros salieron de ruta total, pero la verdad es que acabé bastante más cansado de lo habitual tras 4 horas y 10 minutos de caminata (que no es mucho tiempo).

Con los vídeos que fui grabando durante la ruta he hecho un Vídeo-Resumen de esta aventura errante:

Vídeo-resumen de la bajada por el Barranco de Valdehambre y retorno por el Barranco de la Hocecilla, 
entre Carrascosa de la Sierra y El Pozuelo (Cuenca).

Y, como ya es costumbre, os dejo el mapa con el trazado de mi ruta (aunque sale un poco cortado por la parte de arriba):

Trazado final de la ruta. La seguí en la dirección de las agujas del reloj, bajada por Valdehambre y subida por la Hocecilla.

Y, con esto, ya he incluido una entrada de una ruta reciente... que últimamente estaba tirando de archivo para las últimas entradas del blog (esta ruta la hice el domingo 7 de Octubre de este mismo año. El domingo pasado, vamos)

Acabó el verano, vuelve el frío. Soy más de andar con frío que a 30 grados, de modo que... ahora estaré más activo Errando por estos montes.

¡Nos vemos pues!

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