jueves, 18 de abril de 2019

Cazando tormentas I

El rayo es una poderosa descarga natural de electricidad estática, producida durante una tormenta eléctrica, que genera un pulso electromagnético. La descarga eléctrica precipitada del rayo es acompañada por la emisión de luz (el relámpago), causada por el paso de corriente eléctrica, que ioniza las moléculas de aire, y por el sonido del trueno, desarrollado por la onda de choque. La electricidad (corriente eléctrica) que pasa a través de la atmósfera calienta y expande rápidamente el aire, produciendo el ruido característico del trueno. Los rayos se encuentran en estado plasmático. […]Un rayo viaja a una velocidad media de 440 km/s, pudiendo alcanzar velocidades de hasta 1400 km/s.​ La diferencia de potencial es mil millones de voltios con respecto al suelo. Cada año se registran 16.000.000 de tormentas con rayos.” Fuente Wikipedia.

Viendo cómo está el tiempo (que es como tiene que estar para esta época si luego no queremos sequías…) hoy se me ha ocurrido hacer una entrada recopilando unas cuantas fotos que tengo de tormentas. Bueno, más concretamente: de rayos.

Desde pequeño me han gustado las tormentas, siempre y cuando no me pillen en un llano sin refugio alguno…

Cuando veía alguna foto en National Geographic, o la revista Muy Interesante, de un rayo cayendo sobre una ciudad (a bote pronto, recuerdo una foto espectacular donde el rayo impacta en la antena del Empire State), me preguntaba cómo se conseguía hacer eso. Captar un momento tan extraordinario y sobrecogedor, y a la vez tan fugaz. En el instante exacto. Luego ya, investigando, descubrí que las cámaras profesionales tienen un modo de exposición en que el obturador se queda abierto durante el tiempo que quieras, captando lo que pase por delante del objetivo siempre y cuando la luz lo ilumine. O cuando sea la luz la fuente a captar (técnica de light painting) como en el caso que nos ocupa.

Ahora, las tecnologías móviles lo han adaptado a algunos modelos y se incluyen modos de ‘pintura con luz’ en el modo cámara. Es el caso del móvil con el que suelo hacer las fotos que veis por aquí.
Aprovechando esto y después de hacer algunas pruebas grabando radiales soltando chispas y agua fluyendo, me lancé a las tormentas. No son muchas las tormentas que he conseguido captar, ya que parece que cada vez hay menos… pero bueno, estoy satisfecho con el resultado hasta ahora de cuatro tormentas diferentes que sí pude ‘cazar’.

Vamos con las fotos. Estas tres primeras fotos las tomé en Abril de 2018 entre el Puente de la Mota y el campo de Golf que hay llegando a Villar de Olalla, por un camino que pasa cerca del basurero. Las técnica es sencilla: poner el móvil sobre un pequeño trípode con el modo ‘pintura con luz’ activado y enfocado hacia el lugar donde más rayos ves. Y esperar.

Ahí va el resultado:


Primera foto que conseguí hacer a un rayo.

A la derecha la descarga que tocó tierra, y en el centro de la imagen un 'canal' que surge de la nube.
 Estas dos primeras fotos me animaron. ¡Parecía fácil cazarlos!


Aquí ya pillé uno bueno, que además fue el último de la tormenta, ya que después no hubo más.

Éste sí. La descarga de retorno del 'canal central' fue espectacular. Éste cayó más o menos sobre la Sierra del Bosque, donde se encuentran los restos del Telégrafo antiguo de Cuenca.

La columna central de este último rayo muestra la potencia de la descarga.

Vamos con otras tres fotos. Éstas las tomé desde el Camino de San Isidro, cerca del Castillo, en Cuenca. Fueron tomadas durante una tormenta veraniega en Junio del pasado año.

Éstas descargas me pillaron más lejos que los anteriores, pero me gusta el efecto con la claridad de la ciudad por un lado, y la oscuridad de las nubes donde se desarrollaba la tormenta por otro. Aunque, al parecer, el viento me movió un poco el móvil y las luces se desenfocaron levemente…


Descarga lejana, más allá de la ciudad. El viento me movió un poco esta toma.

Dos descargas, una lejana que se ve de color violeta y otra más cercana y de color más blanco.
Pulsar sobre la imagen para ampliar.

De nuevo una descarga más lejana y tenue y otra más cercana y espectacular, aunque en esta ocasión ambas tienen un color más violáceo que blanco.

La siguiente tormenta que salí a cazar fue en Septiembre, y de ésta también saqué 3 fotos aceptables (aunque hice alguna más que no quedó bien). Las tomas se hicieron desde el Polígono Industrial de la antigua carretera de Madrid, en las cercanías del Decathlon, saliendo de Cuenca.


Una descarga lejana con un solo 'canal' que tocó tierra.

Ésta ya fue más cercana y por ello más espectacular, a pesar de que no llegó a tocar tierra.

Y ésta fue la definitiva. Éste sí que tocó tierra, más o menos por la Fuente del Canto. Pulsar sobre la imagen para ver detalle.


Esta última foto me encanta, el encuadre y la iluminación quedan muy bien.

Y vamos ya con la cuarta tormenta de esta serie, la cual cacé en el extranjero. Fue en un viaje a Marruecos en el mes de Noviembre. La primera vez que pisaba el desierto y me acompañó una tormenta… éstas fotos fueron tomadas cerca del Erg Chebbi, un desierto de dunas en medio de un desierto totalmente liso de piedras. Ahí va una foto panorámica del lugar al atardecer, con Erg Chebbi en medio y con la tormenta acercándose por la derecha:


Lugar donde cacé la última tormenta de esta serie, junto al Erg Chebbi, en el desierto de Marruecos, cerca ya de la frontera con Argelia. Esa noche, tras la tormenta, dormimos en el desierto de dunas que se ve en el centro de la imagen, al fondo.

Cayendo la noche, comenzó un auténtico ‘festival de rayos’, del que dejo tres fotos (cómo no… parece que es el número máximo de rayos a captar por tormenta… jajaj) y un pequeño vídeo con tomas de rayos también grabadas con la action cam y amenizado con musiquita.


En esta primera imagen se ve un tenue relámpago y la estela de las luces de los coches que transitaban por una carretera cercana, que conduce a la población de Khamliya.

Otro pequeño relámpago entre nubes y las luces traseras de los coches que pasaban por la carretera.

Otro relámpago entre nubes junto al desierto.


Vídeo donde recopilo varios rayos grabados junto al desierto, y a los que he ralentizado la velocidad de reproducción para que se puedan ver mejor las fugaces descargas eléctricas.


Y nada, éstas son las imágenes que he conseguido ‘cazar’ hasta ahora de tormentas. Estoy a la espera de que haya más…

Y ahora, para hacer esto más didáctico, vamos con la teoría del rayo, ya que me gustaría aclarar unas cuantas cosas curiosas sobre éste fenómeno.

Los rayos, no caen. Eso es un mito. Tras documentarme un poco sobre el proceso de formación y descarga de un rayo en tierra (hay por la red documentos en PDF muy buenos sobre el tema) me sorprendió enterarme de que la electricidad (lo que nosotros vemos que conforma el rayo) parte tanto desde la nube como desde el suelo.

La energía de la parte baja de la nube, con carga eléctrica negativa acumulada, busca un ‘canal’ por el aire, al tiempo que la carga eléctrica negativa acumulada del suelo hace lo mismo en dirección a la nube, en busca de unir positivo con negativo y formar el arco eléctrico. Se cierra el circuito y corre la electricidad. La chispa que parte del rayo hace de ‘descarga guía’ y atrae energía equivalente del suelo con carga contraria que parte hacia el rayo al mismo tiempo. Cuando las energías negativa y positiva entran en contacto a medio camino, se ve el rayo, que no es más que el ‘canal’ por donde la energía que se transfiere es tan potente que convierte el aire de ese canal, momentáneamente, en plasma. Cuando los canales de los que hablábamos se unen en el aire y forman el rayo, se produce la llamada ‘descarga de retorno’ que se propaga del suelo hacia la nube.

Además, la descarga de un rayo, no es única. Se descompone en ‘strokes’ que serían descargas más cortas que circulan por los mismos canales (las culebrillas de luz que vemos). Si la descarga de un rayo dura unos 0,2 segundos, en ese tiempo se suceden muchas descargas de menos de 1 milisegundo de duración cada una. Son invisibles al ojo humano la mayoría de las veces pero, hay ocasiones en que esas descargas se espacian un poco más en el tiempo y al ver el rayo se aprecia como un leve parpadeo de la luz. En el vídeo que he puesto más arriba se aprecia en alguna toma al estar pasadas a cámara lenta.

Para terminar de conocer un poco más los rayos, la temperatura del canal por el que se transfiere la carga eléctrica, de apenas unos centímetros de diámetro, llega a alcanzar temperaturas de 30.000 ºC. Cuando caen en arena de playa, forman las curiosas ‘fulguritas’ al ser capaz tal temperatura de fundir el cuarzo y los demás minerales que forman esta arena. También, una temperatura tan brutal es la causante de la brusca expansión del aire que genera una onda sonora, que es lo que nosotros conocemos como: el trueno.

Y con esto, ya sabéis algo más de los rayos. ¡Tened cuidado con ellos!

¡Hasta la próxima!

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